11.

34 3 0
                                    

Simone Masserati
Sicilia, Palermo

La historia jamás contada y la que nadie se imagina, la protagonizo yo. Sintiendo la necesidad asfixiante de ella y a la vez de dominar. Me pongo terriblemente incómodo cuando pierdo el control de la situación y de las personas, no puedo evitarlo, y aunque tampoco quiero alejarla, como soy pesa.

Y sí, tampoco comprendo como, después de tenerla cerca y en práctica, sigo tomando el camino que me lleva a ella. Obsesivo, quizás; inrremediablemente intenso tal vez, demasiado loco, un poco; tóxico, sin dudas. Aquí está todo lo que puede hacerte vivir y matarte a la vez. No había nacido persona con la capacidad de destruirme, aún con mil pistolas; pero ya está aquí y jodidamente la sigo eligiendo. Como si la forma de morir y sobrevivir se encontraran en un mismo sitio.

Vuelvo a la casa. Debería correr y explicarle el millón de razones por lo que es ella, pero, no es lo que quiero hacer ahora. Somos tan jodidamente parecidos que explotamos. Dejemos tiempo a qué ambos nos calmemos y entendamos que es dominio, que somos nosotros.

Antes de pasar el umbral con destino a la cocina Claudio me llama.

—Toma. —Me extiende una foto. Es de la boda con Gia—. Me parecía ilegal no dejar recuerdos.

Sigo observando la foto, la sigo observando a ella y antes de que una idea se concrete en mi mente, la guardo en mi bolsillo y continúo.

— ¿Qué haces aún aquí? —le pregunto a Alessandro, que corría detrás de Ivy para que le preparase lasaña.

—Ivy he llevado días horribles. Lo merezco Ivy —comenta y finge llorar.
Cruzo los brazos esperando porque acabe su número teatral.

—Claro que lo haré. No necesitas actuar Alessandro Torner —comenta ella y le sonríe.

Él le da un sonoro beso y camina en mi dirección.

—Está ocupada ahora —comenta—. ¿Planeamos una fiesta?

—Olvídalo —concreto.

—Se me olvida que estás casado —comenta—. ¿Se han arreglado o van a firmar el divorcio?

—Después de tu funeral si sigues preguntando —aseguro y me marcho.

Entro al despacho y reviso todo el trabajo que he dejado pendiente de la mafia, más las nuevas adquisiciones que pretendo obtener: el Vanity Night Club y Astoria Palace Hotel.

Una vez, en orden los negocios, me dirijo a lo interesante: encontrar donde está el nuevo informante de la policía.

Marco el número de Galiano, infiltrado nuestro. Tras un timbre cuelgo. Él devolverá la llamada. Marco el número de Alessandro.

—Es hora de trabajar. Reúne a todos los hombres. El culpable saldrá hoy —ordeno y cuelgo.

Entra una llamada e identifico a Galeano.

—Se te ha escapado de las manos por segunda vez —comento.

—Me han cambiado. Federicco Carusso ocupa mi sitio. Él tiene un infiltrado en tu organización y le está siendo muy eficiente al jefe —explica—. Se han reunido tres veces ya, especialmente los miércoles.
Entonces me lo han puesto bastante fácil.

—Envíame la dirección de Federicco Caruso y Galeano estás fallando, la muerte te acecha —manifiesto y cuelgo.

Bajo al subterráneo para la reunión. La situación es más simple de lo planificado, pero tengo que tomar decisiones ya, es el tercer cascittuni en menos de un año.

Alessandro se sentaba frente a todos mis hombres. Al notar mi presencia se levanta y ocupa sitio a mi lado.

—Necesito un grupo de cinco hombres para cuidar la mansión doce —informo—. Un paso al frente los que estarán al pie.

Mato por Ella [Duología Oscuridad I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora