Grace, la hija de uno de los más prominentes empresarios de Los Ángeles, se ve arrastrada a una glamorosa gala por su padre. Es ahí donde se encuentra con Julián, el hijo del mejor amigo de su padre. Con el paso del tiempo, lo que comenzó como una...
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"El penúltimo capítulo... y solo puedo decirte que si te duele, es porque estás muy dentro de la historia. Y eso, querido lector, es un cumplido. Prepárate, lo peor está por venir."
Estaba sentada en la habitación, observando cómo Julián terminaba de empacar sus cosas con una rapidez que apenas lograba comprender. Había llamado a Roger para coordinar los vuelos; todo sucedía demasiado rápido para mí.
Decidí salir un momento para tomar aire fresco. Aunque ya no lloraba tanto, una sensación de vacío persistente me envolvía y no me dejaba en paz. Sentía que algo faltaba, una parte de mí que no sabía cómo llenar.
"Acabo de perder a la única persona que amo en el mundo," pensé amargamente. "Ahora estoy completamente sola. mi madre murió, quiero ver a mi padre... No sé qué hacer."
Pasé las manos por la cara, tratando de aclarar mis ideas, de disipar la niebla de confusión y dolor que me envolvía.
¿Cómo iba a vivir ahora? ¿Cómo iba a sobrellevar esto? Apenas estaba comenzando a superar la muerte de mi madre, y ahora tenía que asimilar también la de mi padre. No sabía a dónde ir, ni a quién recurrir en estos momentos tan oscuros.
¿Cómo podría ahora vivir? Apenas tengo 18 años. Necesito el apoyo de mis padres, y no tengo ninguno de los dos.
Sentí cómo mi móvil vibraba en el bolsillo. Lo saqué y vi que era un número desconocido, el mismo que me había enviado el mensaje horas atrás.
-Bueno -dije lentamente, mi voz apenas un susurro cargado de incertidumbre.
-Ay, pequeña e inocente Grace -resonó una voz familiar pero inquietante al otro lado de la línea. Era Marcos. La llamada me dejó congelada, bloqueada, estancada en el lugar donde estaba.
Él siguió hablando al notar que yo no respondía. -Sabes, fue muy fácil acabar con tu padre. Y más cuando tú no estabas cerca. Dime, ¿cómo te la pasaste con mi hijo? -una risita de avaricia pura se coló en su voz. ¿Tenía que ver esto con Julián?
No sé cómo, pero encontré la voz para preguntarle, intentando que sonara firme y autoritaria, sin que se quebrara a mitad de la frase: -¿Qué tiene que ver Julián en todo esto?
-Él tiene todo que ver, pequeña ingenua. Él era mi cómplice en todo esto -respondió Marcos, riendo de manera siniestra. Mi corazón se detuvo por un instante. ¿cómo que Julián qué?
-¿A qué te refieres? -pregunté, y mi voz se quebró involuntariamente.
-Aparte de ingenua y tonta, Julián era mi cómplice en todo esto. Esto lo planeamos él y yo: que te sedujera y te enamorara para llevarte lejos y así poder cometer el crimen -continuó Marcos, con una risa macabra.
Me despegué el móvil de la oreja y corté la llamada de golpe. Solté el aire que estaba conteniendo y sentí como si mi corazón se fuera a salir del pecho.
