❝Haré lo que haga falta❞
❝¿Inclusive siendo omega?❞
❝Omega o no, es mi deber❞
☆
Un país regido por el último enigma de la generación ha vivido durante años bajo un régimen que los ciudadanos deben cumplir sin falta. Nadie rompe las leyes, pero algu...
Dejen sus comentarios y díganme que tal les está pareciendo el fic, porfa.
Beso a todos, chikis. Los amo ♡
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La puerta de aquella farmacia abandonada se abre de golpe, chocando con las repisas viejas y polvorientas.
El omega jadea y camina hasta el mostrador para apoyar sus manos en él y apretar sus dientes con fuerza, con la única intención de no soltar un grito por el dolor de su pantorrilla.
Taehyung mira a su alrededor buscando los insumos necesarios para atender su herida, pero su visión se ve obstaculizada por el mareo rápido que siente.
Sabe que es por la falta de sangre y sabe que ha perdido mucha como para estar pálido y muerto en el rocoso suelo. Con sólo mirar el camino lleno de líquido carmesí que su herida ha dejado, le hace saber que ya no debe perder más tiempo.
Abre su boca tomando un bocado de aire y agarra las fuerzas necesarias para enderezarse y caminar por el primer pasillo que tenía a la derecha unos refrigeradores averiados apoyados en la pared, llenos de bebidas con un límite de tiempo que ya ha pasado.
Y en su izquierdas los estantes llenos de productos para el cuidado personal como shampoo, jabones de baño y ropa.
"¿Dónde están?"
Musita fastidiado por no conseguir lo que busca.
Al llegar al final, encuentra un pasillo más largo y cuando sus ojos captan los empaques de algodones y alcohol para heridas. Se apura para ir a ellos y toma con desesperación varios de ellos.
"Si, si, si, gracias al cielo" agradece con más alivio cuando se aleja del estante para ir detrás del mostrador y sentarse a duras penas en el suelo sacando quejas de su garganta.
Traga poquito y toma un profundo respiro para mirar su pijama desgarrada, donde podía verse la sangre tanto seca como fresca. Acerca sus manos a la tela para rasgarla y cortarla hasta la altura de su rodilla.
Hace una mueca cuando ve la acumulación de líquido carmesí. Gira un poco su pierna hasta dar con la pantorrilla que al verla le causa una arcada de asco cuando ve la horrorosa herida.
