XXXV. Treinta y uno.

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LA CAPITAL

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LA CAPITAL.
MUSEUM, CIUDAD SUR.

“¡Por favor, calmense!”

Uno de los guardias trata de calmar a la multitud que está protestando por la falta de agua en toda la ciudad. Las personas siguen hablando con fuerza y a pesar de que el superior alza sus manos para callarlos, ellos siguen peleando.

“¡Tenemos una semana sin agua y tres horas sin electricidad, ¿cómo coño quieres que nos calmemos?!” Un hombre le grita con enojo mientras que su esposa asiente apoyándolo. “Muchos tenemos hijos y esposa, ¡Hagan algo!”

“¡Eso es inaudito, siempre tenemos que ir a pozos porque en la tubería nunca hay y las velas no sirven de nada, ¿qué clase de gobierno es este?!’

El superior asiente escuchando a cada persona en su descontento, por lo cual al escuchar a varios dejar al aire sus problemas, habla.

“El presidente Ganghan está al tanto de los problemas de la ciudad, él junto a los funcionarios están haciendo lo posible por resolver los problemas”

“Nos han dicho eso el mes anterior y aún no veo cambios” Una señora mayor se acerca y señala a las personas que están presentes. “Sean serios y resuelvan los problemas. Además de que tenemos que pagar agua, electricidad y gas, ¡eso no sirve! Los bonos no sirven de nada tampoco, ¡no alcanzan para siquiera dos días!” 

El capitán aspira ante esa declaración y alza sus manos.

“Y lo entendemos, haremos lo posible”

“Espero que sea así”

Una joven los mira hastiada de la misma mierda cada día. Todos comienzan a alejarse para volver a sus casas y seguir con sus rutinas diarias.

Las cosas iban a decadencia. Museum está peor que antes y no ayuda en nada la ignorancia del gobierno hacia los problemas de sus habitantes. Desde que él agarró la presidencia las cosas fueron cayendo de manera horrible.

Casi nunca había agua, la luz se iba tres horas por día, no había gas así que tenían que comprar bombonas para poder cocinar. Los precios eran super altos y el sueldo que tenían ellos era miserable.

Tres dólares quincenal.

Y mientras ellos tenían la peor parte, Seonmul era un total paraíso. Pero claro, ellos al apoyar al gobierno siempre se llevaban la mejor parte.

El capitán de la guardia mira a uno de ellos y asiente para que él mira a los demás y haga la seña para que se vayan.

Empezaron a subirse a las camionetas para volver al capitolio siendo observados por los habitantes que aún quedaban afuera.

Un niño alza la vista y mira a su madre mirar con enojo a los guardias ya lejos de sus casas. Él jala la camisa de ella para llamar su atención y lográndolo al instante. Ella baja la mirada y le sonríe con suavidad.

WHATEVER IT TAKES ℘ JK&THDonde viven las historias. Descúbrelo ahora