XVI. Trece

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“Señor”

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“Señor”

El general Woon deja de mirar al horizonte y mira al beta que se le acerca con algo en sus manos. El pelinegro examina la tela en la mano extendida del soldado.

“¿Qué es?” Pregunta Woon tomando la tela en manos y con ojos achinados la observa con detenimiento, y gracias a su olfato desarrollado, puede sentir un leve aroma de omega en él.

“Es una camisa rota, la encontramos en el centro de la calle” el beta señala el lugar mencionado con partes de autos destrozados y edificios abandonados. “Tiene sangre”

Woon frunce su ceño viendo la prenda y cuando un olor característico llega a sus fosas nasales, se tensa y empieza a cerrar sus puños con fuerza, tanto que sus nudillos emblanquecen.

Joder.

El alfa empieza a sonreír con ironía y niega para después tirar aquella tela en el piso, sintiendo repulsión. Pasa la lengua por su labio inferior y suelta una risa tratando de entender cómo es que ese omega es más listo que ellos.

“Ese pequeño bastardo” murmura mirando más allá de todo lo que sus ojos pueden divisar.

El beta debate entre sí preguntar o no, pero la curiosidad fue la vencedora.

“¿Ocurre algo malo, señor?”

El general Woon lleva sus manos a las caderas y mira al beta para luego decir.

“Demasiadas” confiesa con sus ojos gélidos tal y como el hielo en invierno. “Sabe que conocemos su olor, ¿Por qué crees que se quitó la camisa? Sin ella, no podemos rastrearlo”

“Pero tiene mas prendas de ropa, quizá sí-”

“No se puede” le interrumpe tosco. Se da la vuelta yendo hasta donde está su motocicleta. “Sólo optamos por seguir el olor de su camisa llena de sus feromonas, ¿crees que él será tan estúpido en dejarlas al aire?”

“Tal vez haya otra solución, podemos enviar helicópteros para que vean más allá de la ciudad”

Propuso el beta, pero Woon estaba tan hastiado de la situación y se da la vuelta con brusquedad y sin evitarlo deja salir su enojo.

“¡¿Que no lo entiendes, Kim?!” grita con rabia inyectada en sus ojos. El beta tropieza hacia atrás cuando el alfa hizo el amago de ir a él. “¡Hemos perdido cualquier tipo de rastreo! ¡¿Sabes lo que nos contará encontrarlo?! ¡Maldición!”

Patea un trozo de lata que había cerca de sus pies, causándole escalofríos al soldado.

Ya recuerda el por qué no debe hacer enojar a su jefe.

Woon pasa sus manos en la cara frustrado.

¿Ahora que harán? El presidente Ganghan le prohibió volver sin tener algún éxito, y no lo hará, porque sabe lo que le espera si llega con sus manos vacías.

WHATEVER IT TAKES ℘ JK&THDonde viven las historias. Descúbrelo ahora