❝Haré lo que haga falta❞
❝¿Inclusive siendo omega?❞
❝Omega o no, es mi deber❞
☆
Un país regido por el último enigma de la generación ha vivido durante años bajo un régimen que los ciudadanos deben cumplir sin falta. Nadie rompe las leyes, pero algu...
Recomienden el fic para que llegue a máspersona, porfa ♡
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Okay.
Su presión bajó hasta el suelo por los nervios.
El señor Kim está frente a él aún esperando la respuesta de su pregunta, pero cómo se siente tan agobiado por tanta hostigación nada sale de sus labios.
Sus ojos con pocas arrugas a los lados lo observan con detenimiento, como sí un paso en falso pudiese saber todo de él con esa mirada.
Joder.
“¿Y bien?”
El líder Kim le insiste en que hable, pero el omega yace en shock por no saber cómo responder, y es que el problema es que él tampoco sabe por qué.
Taehyung traga con dificultad, ya que siente que su garganta está más cerrada que antes. Se siente atrapado entre tantos problemas que no sabe cómo es que llegó a este punto.
“Yo…” comienza diciendo pero es interrumpido por el líder.
“Y no trates de mentir, niño” advierte con calma, pero aún con mucha perspicacia. “Uno de los buscadores que te encontró dijo que estabas muy herido e inconsciente; además de que uno de mis hombres me dijo que el capitolio está en busca de un fugitivo, así que no, mentir ya no es una solución”
Y Taehyung aunque por un instante pensó en mentir y decir cualquier estupidez, dejó esos pensamientos atrás. Su mirada viaja a Jungsuk, que con sus ojos le da el apoyo que necesita para decir la verdad.
“Yo no sé qué decirle, señor.
Todo se queda en un espeso silencio, hasta que alguien habla con mucha duda.
“¿Qué?” Yunah le cuestiona y se acerca unos cuantos pasos para estar al menos un distancia más cerca del omega. “Eso es estúpido. Debes saber, ¡No mientas!”
Ah.
Esa vieja le está tocando los cojones.
Taehyung siente como sí alguien le hubiese controlado desde dentro ya que aprieta sus puños con fuerza, dejando muy blanco sus nudillos.
Y la última gota que derrama el vaso fueron las palabras que salen de su garganta con violencia.
“¡No estoy mintiendo!” su grito se escucha en todo el salón de liderazgo. Jungsuk camina por instinto, ya que el omega se ve que está muy molesto, y lo nota por sus músculos tensos y sus ojos que brillan con levedad de un color dorado claro. “¡No me importa si no me cree, porque estoy diciendo la puta verdad!”
Él líder Kim no se inmuta ante la aterradora reacción del omega, ya que siente que esa misma actitud la ha visto hace muchos años, pero su vieja memoria no le da buenos resultados como quisiera.
