XLVI. Cuarenta y uno.

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Está amaneciendo y las camionetas siguen su rumbo hasta las ciudades

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Está amaneciendo y las camionetas siguen su rumbo hasta las ciudades. Anoche no se detuvieron a parar y descansar en alguna parte en específico, no cuando no tenían más tiempo que perder.

El sol estaba saliendo, y con él, un nuevo día. En la camioneta donde estaba la mayoría, Yeonjun dormía con su cabeza apoyada en el hombro de Hyebin mientras que ella miraba por la ventana con una expresión recién levantada. Sus ojos están hinchados por el poco sueño que aún circula en su sistema.

Namjoon maneja mirando con total concentración, sin querer ver por el retrovisor como Yoongi dormía y tenía en su figura la mirada de Jin, que al tener la mínima oportunidad se le queda viendo de manera esbelto, pensando a cada rato que es un omega muy lindo.

Uno muy bonito.

Y tanto Jimin como Jack medían sus manos para pasar el tiempo. El alfa tenía su brazos alrededor de los hombros del beta para reconfortarlo al estar en el único lugar en donde se sintió igual a todos, un lugar que ya no existe.

Sigue doliendo, pero aún así trata de mantenerse fuerte.

Más atrás de ellos venía la camioneta que Jungkook manejaba. Tenía una mano en el volante mientras se centraba en la carretera llena de tierra. Su corazón late con fuerza pero se siente bien, se siente tranquilo y pleno.

Sus ojos se desvían sólo unos segundos para ver al azabache dormido con la cabeza puesta en su hombro.

Jungkook inconscientemente aprieta su mano en la cintura de Taehyung donde la tenía puesta. El omega se mantenía sereno, en su sueño profundo mientras que se abraza al alfa con fuerza.

Jungkook traga poquito mirando otra vez al frente mientras que sentía su pecho gozar de esas emociones que sólo Kim Taehyung podía provocar.

Y son las primera emociones que sentía en los pocos años de vida que tiene.

Nunca antes le había gustado alguien, mucho menos ser correspondido.

Es más, ni siquiera tuvo una buena infancia para decir que conocía el amor. No tuvo buen amor fraternal, ni amor maternal, ni mucho menos paternal.

En sus recuerdos borrosos apenas puede recordar a su madre, pero sí sabe que la quiso muchísimo. Ella era la única que pudo demostrarle al menos un poco de cariño, pero jamás se comportó como una buena madre al tenerlo a él sin haber sido planeado.

El embarazo de su madre fue un error.

Él fue y es un error.

O eso es lo que siempre le decía su padre cuando se desquitaba con él hasta el punto de dejarlo casi inconsciente en la sala de su antigua casa.

Ah.

Su padre.

Ese hombre que intentó matarlo al igual que a su madre.

WHATEVER IT TAKES ℘ JK&THDonde viven las historias. Descúbrelo ahora