XLV. Cuarenta.

97 14 8
                                    

¿Por qué le va bien a la gente malvada?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿Por qué le va bien a la gente malvada?

Jack se ha hecho esa pregunta tantas veces que sus pensamientos giran alrededor de esa duda sin respuesta. Quizá se la ha hecho más de las que quisiera.

Su infancia no fue mala, pero tampoco muy buena. Tenía a sus padres, a sus hermanos mayores y, sobre todo, tenía un techo donde dormir. Estaba conforme con lo que tenía.

Pero de lo que no estaba orgulloso era de su condición.

Jackson era alguien muy diferente.

Sus padres creían que él sólo era introvertido por no gustarle estar con personas que no conocía. Cuando alguien le hablaba, él no lo miraba y seguía haciendo sus cosas. Sus manos siempre se movían para tratar de apaciguar sus ganas de entrar en crisis.

Jamás le gustó hablar, no cuando los niños de su barrio se burlaban de él por su forma de hablar.

Sí alguien decía una frase completa, él sólo decía tres palabras.

Hablar era difícil para él, no le gustaba porque se burlaban.

Siempre se burlaban.

Fue diagnosticado a los diez años con autismo de nivel uno, y eso fue después de que tuviera una crisis en aquella aula de clases, donde era su día a día recibir burlas y muecas debido a su condición.

Raro, fenómeno e inútil.

Lo sacaron de la escuela para empezar a tener clases privadas en casa, pero de nada servía porque los profesores que le daban sus clases eran la misma mierda.

Lo trataban duramente porque le costaba concentrarse. No los miraba a la casa ni una sola vez y sus palabras jamás las dejaba salir.

Nunca.

“Responde la pregunta, Jackson”

La alfa le mira con seriedad pero el jovencito sigue doblando sus dedos sin darle una mirada. La docente siente que su paciencia se está acabando, pero lo intenta otra vez. “¿Quieres seguir recibiendo clases, o quieres quedarte como un lisiaso analfabeto por siempre?”

Jack sentía su garganta seca, y su lengua moverse dentro de su boca, pero ni una palabra salía. Sus ojos se movían rápido por todas sus manos, queriendo desaparecer.

La alfa aprieta sus dientes y camina hacia él con seguridad y toma con fuerza su mentón obligándolo a mirarla.

“Es de muy mala educación no mirar a los que te hablan, Jackson Wang”

El niño se remueve pero ni una palabra salió de su boca. La alfa chasquea su lengua y lo aleja de forma brusca dejándolo con el corazón latiendo fuertemente. Sus ojos se cristalizan pero una vez más, no dijo nada.

Quizá sí nunca hubiera tenido ese problema, pudo haber gritado con fuerza todas sus torturas y poner fin a su infierno.

Quizá si-

WHATEVER IT TAKES ℘ JK&THDonde viven las historias. Descúbrelo ahora