Había vuelto hace algunas semanas a su ciudad natal, pasaba la mayor parte del tiempo buscando trabajo, tarea que no resultaba fácil o saliendo con sus amigos y amigas, pero sobre todo recuperando el tiempo perdido junto a su familia, su hermana mayor había tenido gemelos hace casi un año, y se alegraba de poder estar presente en su primer cumpleaños.
Y hace una semana que se había topado con el primer vestigio de su pasado, cuando volviendo a su Jeep luego de contemplar un hermoso atardecer, su vehículo ayudó al destino a atraer de vuelta el pasado.
—Señorita ¿necesita ayuda? —Constance había dado un pequeño brinco por el susto y la sorpresa que le siguió no ayudó a sus nervios.
—Jajaja —soltó una risa nerviosa— ¡Hey! Que susto —Federico la miraba con esa sonrisa tan particular de él— Vaya ¿Cómo estás? —no podía ocultar los nervios, pero sobre todo la sobrecogía el no saber por qué estaba tan nerviosa.
—Mejor que tú al parecer —respondió Fede abriendo la puerta del vehículo sin aviso para darle un abrazo.
La sorpresa y los nervios de Constance crecían por minuto, mientras le respondía el abrazo, que se sintió tan familiar.
—Si, bueno supongo que es lo que pasa cuando no se le hacen las mantenciones necesarias —dijo riendo y dándole una mirada rápida al vehículo detrás de ella— me has sorprendido, no esperaba verte.
—Tengo un amigo que es mecánico, por si quieres que lo revise, no puedes ir por ahí sin saber si tu Jeep te dejará varada, es peligroso —y como si nada se dirigió al capot del vehículo para revisar la falla— No creí que te asustarías, lo siento, pero tendrías que haber visto tu cara —dijo sonriendo, encantador como siempre.
—Claro, te lo agradecería mucho, creo que le hace falta una buena revisión. Y claro que me he asustado, no esperaba que alguien se me acercara así y bueno para ser sinceros, jamás hubiera pensado en que si me veías volverías a hablarme.
Fede solo torció su sonrisa, era un gesto que derretía el corazón de cualquier mujer, encantador.
—Échalo andar, supongo que solo es la batería —Constance asintió y se subió al vehículo, no tardó en escuchar el motor, con una sonrisa triunfante y fugaz Federico cerró el capot y fue junto a Constance sentada tras el volante—. ¿Por qué pensabas qué no te volvería hablar?
No era una pregunta que a Constance le sorprendiera, Federico siempre había sido muy directo, pero tenía la esperanza de poder sortear ese bache.
—No importa, una tontería ¿quieres que te lleve a la ciudad?
Para Constance no era un simple encuentro, era un reencuentro con su pasado, con parte de su vida que suponía olvidada, como iba a pensar, a siquiera imaginar lo que ese simple encuentro llegaría a significar.
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Algunas aclaraciones necesarias;
1. Las imágenes que aparecerán en cada capítulo son generadas con IA, por lo que puede haber algunas diferencias entre la descripción y la "fotografía" y sobre todo variación en la vestimenta de los personajes de un capítulo a otro.
2. Los lugares y nombres son totalmente ficticios e inventados por mí. Sin embargo, pueden tener cierta inspiración en ciudades reales.
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Doble o Nada
RomanceCuando Constance tenía dieciocho años y persiguiendo la carrera de sus sueños, dejó atrás a su familia y amigos. Lo que no tenía planeado, era que su partida resultara tan prologada, y después de nueve años decidió regresar a su hogar, escapando de...