CAPITULO 27

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Aunque sus padres al inicio se negaban a dejarlos ir a los túmulos funerarios, donde ahora sabían que se encontraba Jiang Cheng, al final los pudieron convencer con que las sectas necesitaban una respuesta de lo que pasaría con el heredero Jiang y los Wen que se había llevado. Entonces aquí se encontraban.

Apenas llegaron, se percató que muchos de los Wen eran lo que sospechaba. La mayoría era ancianos y mujeres vulnerables que no tenían nada por lo que luchar, solo trataban de sobrevivir a la injusticia de las secta de no dejarlos apelar por su vida.

Se encontraron a Wen Qing y Jiang Cheng hablando, su hermano los recibió con los brazos abiertos, pero el ambiente seguía siendo incómodo. Él los invitó a pasar a una pequeña cueva a lado de una cabaña más grande que las otras.

El olor a sangre era inevitable y mientras más se adentraban, más era difícil de apartar la vista de ese lugar.

Sus pies se detuvieron y su cuerpo se paralizó, puesto que frente a él, se encontraba el cuerpo de Wen Ning envuelto en muchos talimanes y quieto como si solo estuviera durmiendo. Wei Ying por supuesto que sabía que no estaba solo durmiendo.

Wen Ning estaba pálido y su pecho no se levantaba como una persona normal para dar señales de que estuviera respirando. Cruzó mirada con su hermano y este solo asintió confirmándole lo que ya sospechaba.

Sintió pena por el chico, era tan joven para tener un final así. Todo porque solo había tenido la desdicha de haber nacido en el clan incorrecto.

La voz de su hermana fue la primera en sacarlo de esa nube tormentosa.

-A-Cheng, deberías volver con nosotros. Padre y madre están preocupados por tí.

-Jie, ellos ahora confían en mí, no puedo dejarlos a su suerte. No es culpa de ellos lo que su secta hizo.

Wei Ying empezaba a tener un nudo en la garganta, pero como pudo, después de mucho tiempo, tomó la palabra.

-A-Cheng, eres el heredero de Yunmeng, nuestro próximo líder. Volvamos y después podemos pensar como ayudar a los Wen, tal vez los podamos acoger en nuestra secta bajo supervisión y así el resto de clanes no nos cuestionará, ¿sí?

Wei Ying esperaba que con eso su hermano aceptara, pero sus palabras lo dejaron helado y sin poder reaccionar.

-No, ellos no escucharán y los tratarán como si fueran enemigos. No volveré.

-¡A-Cheng! Por favor..- suplicaba.

-Ya no deben preocuparse por mí, pueden salir y decir que ya no soy el heredero de Yunmeng Jiang y que deserto del clan. -decidido

Yanli se tapó los labios de la sorpresa para esconder un grito ahogado. Sabía que su hermano tal vez no estaba pensando con claridad con el calor del momento, Wei Ying estaba peor que ella.

El menor pareciera que comenzaría en cualquier momento a hiperventilar, las lágrimas no paraban de salir de sus ojitos grises, su labio y así como todo su cuerpo temblaba. Sus manos estaban hechas puños y su piel estaba más pálida de lo que ya era.

Como pudo, respiró profundamente y con voz firme, se expresó tomando la misma actitud que su madre, ya no solo era la hija que tenía la misma personalidad que el líder Jiang, ahora era, la hija de Jiang Fengmian y Madam Yu

Wei Ying solo podía escuchar como sus hermanos mayores comenzaron a discutir, nunca los había visto de ese modo, mucho menos a su hermana. No es que llegaba a un punto en el que se gritaban, pero era la primera vez que se encontraban los tres en una situación.

Al final, tuvo que detener todo y con el dolor encima aceptar lo que había dicho su hermano.

Se marcharon de ahí sin antes repetirle a Jiang Cheng que lo ayudarían como pudieran y que buscarían una forma de que los Wen y él estuvieran a salvo en Yunmeng.

Te amo y más Donde viven las historias. Descúbrelo ahora