CAPITULO 20

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-¿El clan Yunmeng Jiang? Ja! Los eliminé con el joven maestro Wen Chao- se escuchaba una voz algo egocéntrica.

Un grupo pequeño de discípulos Wen se encontraba bebiendo y burlándose acerca de su -para ellos- gran hazaña contra el clan Jiang en la torre de adoctrinamiento en Qishan.

-En cuanto a Wei Wuxian, escapó como una gallina junto con su hermana. -se rió burlón- no es más que una perra que solo sirve para satisfacer y darle hijos a un buen hombre.

-Jefe, jefe- llamó otro

-¿Ah?

-¿Qué hay del otro joven arrogante? El joven... -hizo una pausa- ¿cómo se llama?

-¡Jiang Wanyin!

-¡Si!

-Aiya, solo recuerdo su nombre, solo eso- contestó.

-¿El chiquillo Jiang? -preguntó otro que estaba atento a la conversación- Wen Zhuliu le arrebató su núcleo dorado, ahora es solo un hijo de líderes de secta inservible- se burló.

Ajenos a su alrededor, los Wen no se percataron de ciertas presencias que llegaban ante ellos, así que siguieron riéndose y burlándose todo lo que podían de los hermanos Jiang.

-Cuando lo teníamos encerrado, lo golpeamos y lo pateamos como si no fuera un humano

-Jefe, eres increíble. ¡Brindemos por nuestro jefe!

Túnicas blancas logran visualizarse subiendo por las escaleras que los llevaban a ellos. Uno salió volando, a lo que al resto se le bajó el mareo y rápido se pusieron en alerta para ver llegar a su enemigo.

-¡Es Lan Wangji! -alertó uno

-¡Atrapen al traidor!

No tuvieron ni tiempo de reaccionar cuando unas cuerdas finas celestes ahorcaban al que era mencionado como jefe del grupo.

Lan Wangji no decía nada, solo los miraba fría y calculadoramente a todos y cada uno de ellos. Pronto una segunda persona se sumó a él.

Llegaba con porte y elegancia, era más bajo que él, pero eso no evitaba que se viera intimidante con cada paso que daba.

Wei Ying llegaba al lado del Lan y más atrás lo acompañaban discípulos Lan quiénes se posicionaron uno a lado de un Wen apuntandolos con una espada.

-De rodillas- ordenó el oji dorado.

Lan Wangji volteó a ver al menor dándole la palabra a él. Wei Ying entendió y agradeció con un asentimiento.

Dando toda su atención hacia los Wen, preguntó- ¿dónde está Jiang Cheng?

Nadie dijo nada por unos instantes, hasta que el Wen ahorcado alzó la mano como pudo y Lan Wangji lo soltó.

-Habla.

-Jiang Wanyin fue arrojado a los túmulos funerarios. Su cuerpo debe haberse ido y su alma debe haberse dispersado- confesó

El menor de todos estaba aterrado, no, su hermano no podía estar muerto, él no. No podía creer lo que esos Wen le dijeran, algo en su corazón le decía que no lo hiciera.

Lan Wangji ordenó capturar a los Wen que se encontraban en el lugar a la vez que buscaran las espadas que se les habían quitado anteriormente.

Mientras esperaban, vestimentas blancas y moradas estaban a la par en un silencio sepulcral.hasta que el oji gris tomó la palabra.

-Han pasado tres meses, solo lo mandé por comida pero ahora ni siquiera ha aparecido -suspiró tratando de contener las lágrimas- tenía esperanzas de que haya escapado de donde sea que estuviera y que fuera a Lanling a reencontrarse con nosotros.

Te amo y más Donde viven las historias. Descúbrelo ahora