Kakashi no iba a admitir que el proceso de cocinar junto a los Maito era algo que extrañaba, en especial cuando cortar verduras y preparar todo lo demás se convertía en una competencia que hacía que la cocina pareciera un campo de batalla al final. Pero, a pesar de lo que expresaba su cara cuando miraba de reojo el desastre que quedó, se sintió complacido con el resultado final y no solo hablando de la comida sobre la mesa.
—Ya no puedo más— escuchó decir a Dai mientras se sobaba el estómago y hacía una mueca de dolor.
Kakashi resopló dejando sus palillos sobre la mesa también satisfecho. No había comido tanto, se lo había tomado con calma al elegir y masticar para no terminar mucho antes que ellos.
—Yo tampoco— se quejó de igual forma Gai y Kakashi resopló antes de ponerse de pie y comenzar a levantar todo para poder comenzar a limpiar.
Usualmente no se apuraba tanto para hacer esto y recibía ayuda pero ésta vez se apresuró para poder escapar disimuladamente hacia su cuarto.
Algunos de sus ninken estaban deambulando dentro de la casa y podía escuchar los ladridos de los perros de la propiedad mientras jugaban por los alrededores. Actualmente debían haber treinta perros, todos con un collar de identificación del clan Hatake. Una veterinaria del clan Inuzuka venía de vez en cuando para sus controles y por si había alguno más uniéndose a la manada.
Kakashi había entrenado a un grupo para que fueran rastreadores y otro para búsqueda y rescate. La mayoría solo podían ser domésticos pero los que eran aptos para algún trabajo los entrenó cuando tuvo tiempo y le enseñó a Dai para que lo hiciera cuando él no pudiera.
Así que de los perros que había cuando se mudó solo quedaban la mitad, pero cada tanto aparecían más perros callejeros y algún que otro grupo de cachorros en cajas cerca de la entrada principal de la propiedad.
Por esa razón se vio obligado a mantenerse en contacto con el clan Inuzuka, él no era veterinario por mucho que conociera sobre perros y primeros auxilios ya sea para humanos como para sus ninken y mascotas.
Hana Inuzuka era agradable, un poco tosca al tratar con otras personas, pero tenían un trato amistoso y cuando traía a algunos niños de su clan para que aprendieran de su trabajo él no se quejaba. Tampoco era extraño ver a algunos niños Inuzuka venir sin ella para jugar con los perros.
—Papá quiere hablar contigo antes de nuestro entrenamiento— canturreó Gai apareciendo a su lado para lavar los trastes. Kakashi rodó los ojos, fingiendo que no había estado planeando hacerse el desentendido hace un momento. Deliberadamente arrojó un poco de agua sucia en el molesto rostro sonriente de Gai, que tuviera la boca abierta porque estaba a punto de decirle algo no estaba en su plan —¡¿Por qué?!
—Afronta los riesgos de ser un mensajero Gai— se encogió de hombros y lo dejó con el resto de las cosas.
El impulso que había sentido hace unas horas atrás para mejorar su situación se estaba evaporando y sabía que si no se desahogaba ahora mismo seguiría embotellando sus problemas. Lo cual en este preciso momento le parecía una gran ideas si era sincero.
Suspiró al ver a Dai limpiando el piso de la sala junto con dos perros que no calificaron para ser ninken pero que tenían habilidades suficientes para ser más que perros domesticos. De cualquier manera esos dos siempre estaban detrás de Dai y los dejó seguirlo en su momento porque ya habían elegido a su dueño.
Sonrió un poco viéndolos terminar de limpiar junto con su padre. Aunque rodó los ojos cuando escuchó el nombre que obtuvieron.
—¡Buen trabajo Saburo, tú también Shiro!— los perros movieron la cola exageradamente y en cuanto lo vieron corrieron para que les acariciara la cabeza como si no los hubiera visto hace unos momentos —Sé que extrañaron a Kashi pero van a tener que dejarnos un momento, vayan con Gai.
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Reiniciando (2)
FanfictionParte II Lazos Kakashi ya no recordaba cada mala decisión, cada error, cada pérdida... Pero sabía que las hubo en su otra vida y que en esta logró reparar muchos de los hechos que lo mantenían ahora mismo viviendo entre las personas en las que confi...