Capítulo 15.

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POV TOM.

No había nada más que hacer… no podíamos negarnos.

-Dime una cosa – me volví y puse ambas manos encima de la mesa encarándome con él. - ¿Cómo se yo que después no vas a vender el video? Siempre lo vas a tener en tu poder, porque aunque digas que nos das el original me apuesto la cabeza a que te has hecho una copia.

-Eres muy listo – se agachó y cogió un CD de un cajón. – Tienes razón, si quieres te entrego el video, pero yo tengo una copia en mi casa… para disfrute personal. –sonrió. Me dio asco… mucho asco. - Ahora voy a demostrarte que soy de fiar.

Puso el CD que había sacado del cajón en el ordenador y le dio la vuelta de nuevo enseñándomelo. De repente puse cara de desprecio total.

-Quita eso… - giré la cara hacia un lado. En el video salía él siendo follado por dos tíos grandes y musculosos. Era un maldito vicioso.

Quitó el CD y lo metió en una funda sujetándolo en alto.

-Si accedéis te lo entregaré Tom. De este modo estaremos en paz pues si incumplo mi promesa yo también estaré en vuestras manos y podréis destruirme si queréis.

-No es lo mismo, tú no eres un personaje público – dijo de repente mi hermano.

-Tienes razón, pero me despedirían, me quedaría en la calle y mi mujer mis dos hijos me odiarían de por vida. Bill yo también estaría acabado.

Le mire con los ojos muy abiertos. No me esperaba tal cosa. Vi como Bill también le miraba desconcertado. Nos estaba haciendo una putada, pero si hacíamos lo que nos pedía, nos dejaría tranquilos.

Me giré poniéndome de cuclillas y miré a Bill. Le pregunté con la mirada mientras acariciaba sus rodillas.

Él apretó los ojos fuertemente y frunció los labios.

Alcé una de mis manos rozando su mejilla y me incliné hacia delante para hablarle al oído.

-Te prometo de que te olvidarás que él está aquí. – le susurré y me quedé ahí.

Oí como suspiraba y me puso él también una mano en la cara.

-Más te vale – me respondió.

Me levanté y miré a ese cerdo. Se había puesto de pie y sonreía con el CD en la mano.

-Acompañadme, este no es buen lugar. – pasó por mi lado y abrió la puerta. Bill se levantó pesadamente. Yo le rodeé con mi brazo sus hombros y atrayéndole a mí le di un beso en la cabeza. Después bajé hasta su oído.

-Cariño… recuerda que te quiero, vamos a hacer el amor, y nadie nos va a mirar ¿de acuerdo?
El asintió varias veces agarrándose fuerte de mi cintura.

Respiré hondo y eché a andar.

Subimos los tres en el ascensor a la segunda planta más alta.

Al salir no había nadie allí. Nos condujo hasta una sala que abrió con llave. Entramos y cerró de nuevo con la llave. Encendió la luz y corrió las cortinas.

No había cama, pero sí un enorme sofá. Una mesa y unas butacas. El suelo estaba enmoquetado.

Sin soltar a Bill le miré.

-Todo vuestro, podéis hacerlo donde queráis. – El caminó, se sentó en una cómoda butaca y esperó.

Yo ya no me fiaba nada.

-¿Cómo se yo que aquí no hay cámaras? – él soltó una carcajada.

-Créeme no las hay, ¿de que me sirve teneros grabados dos veces? Yo lo que quiero es veros en directo.

Obsesión Sexual By Eivy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora