Pov Tom.
Me costaba respirar.
Él no era una persona, no era un hombre… era la tentación. O algo peor que eso… Bill era la perdición…
Observé sin perderme detalle como cerraba los ojos y se metía dos dedos en la boca, segundos después los abría mirándome con la perversión pintada en ellos y sacaba los dedos rozándolos contra sus dientes.
-Tom… - dijo en tono lastimero. – yo también quiero jugar… - y con un puchero me miró, miró lo que yo estaba haciéndome.
No lo pude evitar cuando vi como Bill se desprendió de su camiseta y empezó a acariciar su pecho plano hacia abajo, restregando después ambas manos por su excitación.
-No… - jadeé sin dejar de sacudírmela. – tu sigue tocándote.
-¿Yo solo? – volvió a adoptar ese tonito de niño pequeño mientras se pasaba el pulgar por la goma de los boxers que sobresalía de su pantalón desabrochado.
-Sí, enséñame como te lo haces.
Él soltó otra risita y se removió sobre la cama, yo dejé un momento la mano quieta porque estaba empezando a intensificar mucho las sensaciones de solo pensar en todo lo que le iba a hacer.
Me la solté y me abroché los pantalones para evitar un posible accidente antes de la cuenta.
Aun así no reprimí las ganas de acercarme y colocarme de rodillas encima de esa enorme cama de matrimonio, un poco separado de él, para verle bien.
No pude evitar desviar un momento mis ojos a la cámara, que nos graba ahora a ambos, yo estaba de perfil a ella, Bill justo de frente.
-Me da vergüenza… - dijo riendo tontamente mientras se mordía un dedo.
-Tú no tienes de eso.
De repente se sentó apoyando ambas manos en la cama mientras que alzaba la cabeza y se sacudía el pelo hacia atrás varias veces. Bill hoy estaba muy raro, estaba borracho, de eso no había duda, yo también lo estaba pero no tanto como él. Sin embargo tenía una actitud bipolar de lo más desconcertante.
A veces le daba la vena tonta y se comportaba como un niño inocente que no entiende, y otras se me ponía provocador e insinuante.
Lo peor de todo es que no se cual de los dos comportamientos me ponía más caliente.
Así, echado levemente hacia atrás con una mano apoyada en la cama empezó a recorrer su pecho otra vez con la otra. No apartaba esa mirada sucia de mí ni un momento.
Llegó a sus pantalones y alzando un momento las caderas se los empezó a bajar.
Mi entrepierna bombeaba insistentemente. Mi excitación era notoria debajo de mis pantalones. Yo cerré los puños apoyados en mis piernas intentando aguantarme las ganas de meterme mano otra vez o lo que es peor, interrumpirle para abalanzarme sobre él.
Pero me contuve, porque observar a Bill tan obediente a mis deseos era algo de lo que no iba a volver a tener el privilegio.
Bill acabó de bajarse los vaqueros negros y los arrojó al suelo. Extendió sus largas y preciosas piernas a lo largo de la cama, flexionándolas más tarde pero sin cerrarlas ni un milímetro.
Ahora solo estaba en ropa interior frente a mis ojos, a punto de meterse la mano por dentro de la única prenda que me impedía verle en todo sus esplendor, volví a mirar de reojo a la cámara, nervioso. No pude evitar pensar que estaría desnudo de por vida inmortalizado en ese vídeo que podría contemplar todas las veces que quisiese cuando él no estuviese a mi lado.
-Eso es… tócate… - finalmente se metió la mano y empezó a moverla, sonrió cerrando los ojos y un quejido se escapó de sus labios. – Bill no puedo ver… - le hice saber.
Él abrió los ojos y me miró un momento con expresión de niño malo, yo en respuesta alcé la cara en gesto de superioridad haciéndole saber quien mandaba.
Volvió a sonreír juguetón mientras se bajaba la prenda, dejándome ver lo tiesa y dura que la tenía, totalmente rodeada por sus finos dedos.
Esa imagen era… Buah… No tengo palabras para describirla.
Solo diré que solté un gemido sin poder evitar volver a remojar mis labios…
-Bill eres tan…. Tan… - intenté transmitirle lo que me embargaba al verle en esa postura tan sensual.
-Tuyo…. Dime que soy tuyo Tom… – jadeó interrumpidamente mientras se agitaba la erección arriba y abajo. – Dime que eres el único hombre que me ha follado y el único que me follará.
Mi cuerpo sintió un calor abrasador que me recorrió el pecho, mientras mi miembro erecto seguía bombeando insistentemente aprisionado por mis pantalones.
El deseo y el descontrol empezaron a invadir casi el 100 por 100 de mi cuerpo y mi mente. Sin poder evitarlo me acerqué a ese maravilloso ser.
-Eres más que mío, me perteneces y jamás sentirás otra polla que no sea la mía llenado tu interior, ¿has oído? - Posé mi mano sobre su muslo y ascendí hasta su ingle haciéndole gemir con un sonido agudo. Él quitó su mano y agarrando la mía la llevó ahí, pidiéndome a gritos que le diese yo el placer.
-Todo tuyo… todo… - gimoteó con cara de desesperación porque le tocase.
Sin poder reprimirme más me encorvé y besé sus labios húmedos y carnosos. Él enseguida me rodeó con sus brazos, haciendo que me echase sobre él mientras que torcía la cabeza para darle más profundidad a ese beso. Su juguetona lengua no tardó nada el entrar en mi boca y acariciar la mía con desesperados roces, mientras nuestros labios se movían acompasados.
Profunda e insistentemente, así era como Bill y yo nos besábamos.
Varios gemidos se perdieron en el interior de mi boca, tragándome yo toda su excitación, pues mi mano no dudo ni un segundo en hacer que mi hermano se retorciese de placer.
Le empape todo el contorno de su boca sin ningún tipo de cuidado. Él recogió la saliva que chorreaba fuera de esta y se lamió los dedos con vicio.
Me estaba provocando…
-Eres muy sucio Bill… - me separé de sus labios sin dejar de masturbarle.
-Me gusta el sexo sucio… - respondió sin dejar de chuparse los dedos insistentemente. - … por eso adoro tanto como me la metes por detrás. – alcé las cejas sorprendido.
-¿Meterla por detrás es algo sucio?
-Sí, por ahí no debería de meterse nada, ese agujero no está para eso. Que tu metas tu polla ahí es algo muy sucio.
No pude evitar reírme ante su lógica.
-Yo no lo veo así. – dije acercándome y participé en su jueguecito de lamer y chupar dedos, él gimió satisfecho entregándome los suyos par que yo los chupase. – Ven, que vas a chupar algo mejor. – me separé y tiré de él hacia mí haciendo que se levantase.
Él sonrió tambaleándose un momento, seguía estado muy piripi.
-Uuuy… me la voy a pegar… - perdió el equilibrio un momento hacia un lado, yo le sujeté y le mantuve en su sitio, parpadeó un momento y luego me volvió a mirar totalmente encendido. - ¿Qué pasa? – preguntó jugueteando otra vez.
-Venga, vamos a seguir con el sexo sucio que a ti tanto te gusta, chúpame la polla Bill.
-Jijijijiji – se rió con una vocecita inocente que me hizo echar aire por la nariz, intentando contener mis ganas de destrozarle a polvos. – chupártela no es algo sucio.
-¿Ah no? – él me miró perdido ante el tono con el que lo dije. Yo le hice media sonrisa y le agarré el pelo tirando un poco, él se quejó pero se notaba que le gustó. - ¿y si te digo que hoy no me he duchado?
Bill abrió los ojos y sonrió ampliamente.
-¿Qué no te has…? Que cerdo Tom.
-Vamos, ¿que más te da? Es sexo sucio.
-No, no es así – negó con la cabeza sin dejar de sonreír. – eso ya es asqueroso.
-Lo otro también lo es y a ti te gusta, no sé quien es más cerdo de los dos. Bueno si lo sé, tú – sentencié señalándole con mi dedo en el pecho, él bajó la cabeza y soltó unas cuantas carcajadas. Ahí se tuvo que callar.
-Esta bien… trae eso aquí – dijo de repente agachándose y empezó a desabrocharme los pantalones. Me mordí el labio satisfecho.
Me dejé caer hacia atrás y me senté con las piernas muy abiertas, Bill estaba agachado entre ellas. Una vez me la sacó empezó a masajearla de arriba abajo y me echó una mirada de estar seguro de si mismo, de que lo hacía bien.
Mi pecho subía y bajaba apresuradamente, estaba demasiado excitado.
-Vamos… - le pedí agarrando su pelo por la nuca. Bill obedeció y me envolvió con sus labios. De nuevo el placer me nubló los sentidos y la razón. Oí un gemido agudo emerger de mi garganta, parecía un gemido de maricona joder… pero es que me salió de dentro. - ¿Qué tal? ¿a que te sabe? – le piqué mientras masajeaba su pelo.
Bill no dejaba de chupar y succionar con ganas como si mi polla realmente sabiese a algo. Se la sacó y la recorrió con la lengua mirando hacia arriba.
-Sabe tan bien como siempre… - jadeó con ella aun entre sus labios, le dio otro chupetón a la punta con vicio haciendo que me retorciese y me volvió a mirar sonriendo. - … me has mentido.
Sonreí ampliamente. Era muy listo.
Yo siempre estaba muy pendiente de estar con ciertas partes de mi cuerpo muy limpias. Sabiendo la relación que teníamos y lo que Bill me hacía, lo último que quería era desagradarle.
-Haz que me corra, vamos, tu solito… - le desafié entre jadeos.
-Oh, no , no quiero que lo vuelvas a hacer en mi boca.
-¿Cómo que no? ¿hay algo más sucio que eso? – sonreí burlándome.
-No me lo voy a tragar.
-Oh, si que lo vas a hacer. – le empujé de la cabeza y le obligué a seguir, él empezó a gimotear con mi polla dentro de su boca, él sabe que cuando hace eso yo no puedo… -Calla… no hagas eso – le volví a tirar del pelo hacia atrás haciendo que se la sacase, su saliva y el líquido preseminal se quedó en el camino, su boca estaba totalmente empapada y pegajosa, tubo que tragar varias veces.
-Ahg… ¿ves? Hasta el presemen está amargo, no quiero – me dijo como un niño enfurruñado negando con la cabeza.
-¿Amargo? – pregunté alzando una ceja.
-Si amargo, claro olvidaba que tu nunca te has tragado el mío – me atacó incorporándose un poco.
-¿El semen es amargo?
-El tuyo sí.
-¿Cómo que el mío sí? – Bill sonrió y se acercó a mi acariciando mi pecho desnudo con sus manos.
-Una vez oí que dependiendo de lo que coma el hombre su semen sabe de una forma u otra. – Yo fruncí el entrecejo, no me había parado a pensar en como sabe mi semen la verdad…
-¿Y por qué el mío…?
-Será que no comes mucho dulce – me cortó sonriendo ante mi actitud.
-Pero es que el dulce engorda…
Bill infló los mofletes y se empezó a carcajear en toda mi cara. Yo arrugué la nariz y seguidamente le agarré de la cintura para pegar su cuerpo al mío.
-Eres realmente tonto Tom… - susurró sin dejar de reírse mientras se abrazaba a mí.
-Coño, me ha chocado… - sonreí besando sus labios un momento. Él hizo un movimiento con ellos y se separó haciendo un sonido húmedo. - ¿A si que no quieres seguir por eso?
-¿Quién ha dicho que no quiero seguir?
-Pero no me dejas hacerlo en tu boca…
-Pues hazlo en otro sitio – su tonito insinuante me estaba desquiciando.
-¿En tu cara?
-Eso es asqueroso.
-Y sucio… - volví a atacarle con lo mismo.
-Agh ¡Es igual! – me empujó repentinamente quedando yo totalmente tumbado en la cama. Él se situó encima de mí y comenzó a recorrer mi cuerpo con húmedos besos, bajando cada vez más hasta volver a su tarea inicial. Me incorporé en mis codos y me mordí el labio al sentir de repente una sacudida de placer realmente intensa, producida por las profundas penetraciones que hacía Bill con su boca.
-Realmente… cada día lo haces mejor… - articulé entre gemidos que no tuve la delicadeza de reprimir, porque no me daba la gana. Era bueno, Bill era muy bueno todo había que decirlo.
La primera en la lista, la mejor mamada que me han hecho fue una que me hizo él.
Aquella vez en la ducha… todavía tiemblo al acordarme…
-Bill ya… me voy a correr.. ¡me voy a..! – yo le intenté avisar pero el orgasmo me sorprendió así de pronto, haciéndome quedar con la boca abierta mientras me notaba descargar… finalmente gemí seguido de un suspiro de alivio y me desplomé en la cama exhausto.
-Maldita sea… - oí decir a Bill mientras sentía como se levantaba de la cama. Giré la cara y vi como se subía la ropa interior mientras andaba tambaleándose en dirección al cuanto de baño.
-Bill.. ¿Qué haces…?
-Voy a limpiarme esto… que asco.
-¡A ver!… enséñamelo – dije incorporándome como pude, totalmente interesado. – Bill – le llamé antes de que se metiese en el baño. El se giró mientras se limpiaba la mejilla con el reverso de la mano.
-Te has corrido en mi toda mi cara, jodido. – me miró sonriendo levemente para después meterse en el cuanto de baño.
-Jujujuju… - me dejé caer en la cama otra vez con ambas manos sobre mi barriga mientras me reía de todo en general.
Me lo estaba pasando realmente bien. Y Bill estaba que se salía.
Giré la cabeza y ahí estaba la cámara. Grabándolo todo. Alargué la mano y la paré. Este video valía millones, pero el que íbamos a hacer ahora seguro que valía mucho más.
-¡Bill! – le llamé al cabo de varios minutos pues todavía no había salido del baño, yo me tumbé derecho en la cama mientras programaba otro video con la cámara en mis manos.
ŭ
-¡Voy! – me contestó.
Oí el grifo y le vi salir apagando la luz. Se acercó a mí con pasos inseguros, se tuvo que apoyar en la mesita pues se la iba a pegar justo antes de llegar a la cama.
-¿Todavía estas mal? – le pregunté sin mirarle, concentrado en el aparato.
-Estoy súper mareado…
-Estas súper borracho – dije mirándole mientras bajaba las manos.
-Hmmm puede ser… puede ser… - se subió a la cama gateando hasta colocarse encima de mí, yo sonreí juguetón.
-Bueno que… ¿continuamos? – le agarré de la cintura con una mano, él sonrió mostrándome que estaba de acuerdo.
-Entonces yo te doy a ti ¿no? – la sonrisa se me borró de la cara.
-¡¡¿Qué?!! Ni hablar – dije firme. Él bufó.
-Eres un estrecho, no te dejas follar
-¡Jajajajaja! pues vale, soy un estrecho.
-Seh… desde luego que lo eres. – su cara se transformó y volvió a ser ese chico malo y provocador que tanto me gusta.
-Ven aquí – le ordené poniéndome serio.
Bill bajó para encontrarse con mis labios, dejé la cámara en la mesita un momento, la pondría a grabar más tarde, ahora quería disfrutar de Bill y que él me disfrutase a mí.
-Tócame Tom… - jadeó contra mis labios y cogiéndome ambas manos las situó en su perfecto trasero.
Ya estábamos empezando a calentarnos otra vez. Esa manera tan sensual que tenía Bill de menearse encima de mí me hacía perder la razón por completo.
No dejaba de besarme ni un segundo, cuando se separaba de mis labios me dedicaba unas miradas que hacían que me derritiese y más aun cuando empezaba a succionar la piel de mi cuello.
Mis manos impacientes le recorrían de arriba abajo, movía mis caderas para rozarme con él con más insistencia, haciendo que se me pusiese tiesa de nuevo en un tiempo record.
Empecé a sudar… bueno empezamos a sudar. Cada vez veía el cuerpo de mi hermano más brillante y más apetitoso meneándose sobre mí.
Estaba empezando a hace mucho calor en esa habitación…
-Ah… - gemí alto cuando Bill bajó su mano y me agarró de nuevo empezando a masturbarme. Mientras lo hacía me susurró alguna que otra frase guarra al oído. Yo me mordí el labio y mi polla se tensó totalmente.
Bill era un jodido pervertido…
-Tom… - gimió en mi oído mientras me la sacudía con fuerza.
-¿Hmmm?
-Déjame meterte los dedos. – Yo apreté los ojos ante una nueva e intensa oleada de placer. Negué con la cabeza mientras me sentía cada vez más perdido.
De repente un dulce olor a fresa me hizo abrirlos.
-Bill ¿Qué…? – lo pillé con el bote de lubricante que todavía no había tenido el privilegio de usar. Lo había abierto. – Bill he dicho que…
-Shhhh…. –dejé escapar un quejido de mi boca al notar como él me apretó mi erección con fuerza. – Se que te va a gustar, solo vamos a probar.
En un rápido movimiento quitó la mano de mi longitud y se echó un poco de líquido en esa misma mano. Yo no pude evitar tragar saliva al verle tan resuelto, intentando tomar el control.
Le empujé con ambas manos intentándole apartarle de mí, él hizo un sonido de molestia y movió las caderas restregando su excitación contra la mía claramente más sensible y más descubierta.
Yo me mordí el labio y dejé caer mis manos a ambos lados de mi cabeza, derrotado.
Me estaba dando el bajón de la borrachera y estaba bajando la guardia, Bill cada vez estaba más chisposo y más activo. Encontró un buen momento para hacerme eso que jamás le hubiese permitido hacer de estar completamente lúcido…
-Hmmm… ya vale, no quiero. – le dije empujándole de nuevo, pero no tenía fuerzas, después de haber eyaculado y del día que llevaba hoy no podía con mi alma.
Bill se agachó sobre mí y se apoderó de mi boca haciéndome suspirar de gusto. Yo lo notaba, notaba como su mano empapada de lubricante se acercaba a zona peligrosa.
-Tomy no te resistas, piensa que luego me vas a follar como más te guste…solo consiénteme esto y después podrás hacerme lo que quieras - ante esa proposición sonreí con vicio de la cantidad de cosas que comenzaron a cruzar mi sucia mente.
Me revolví sin poder evitarlo cuando mi hermano llegó por fin a donde quería.
-Prohibido meter más de dos… - le advertí mirándole seriamente, el se rió y con una expresión de gozo total empezó a presionar sus fríos dedos ahí.
-No sabes como me pone poder hacerte esto… - presionó más fuerte y sentí como su dedo resbaló dentro de mí.
-¡Au! – me quejé, más que dolor lo que sentía era frío.
-No seas quejica, tú me has llegado a meter tres, y bueno ni que decir de tu enorme potencial todo dentro de mí – yo sonreí sin poder evitarlo. Me estaba poniendo más cachondo y todo.
-Es zona sensible, ten cuidado.
-Lo tendré yo no soy como tú – Auch… eso había dolido. Me mordí el labio sin poder evitarlo cuando noté como suavemente sacaba su dedo y lo volvía a meter.
Un intenso escalofrío me recorrió la columna de arriba abajo.
No era desagradable… no del todo.
Bill bajó a besarme otra vez y se empezó a restregar conmigo insistentemente, estimulándome con el roce de su erección en la mía.
-¿Te gusta..? ¿eh? ¡¿Te gusta..?! – de repente sentí como el otro dedo se colaba en mi interior.
-Creo que me estás clavando las uñas… - susurré apretando los ojos, noté como Bill hacía un movimiento raro con los dedos, moviéndolos de alguna otra manera y el pinchonazo desapareció.
-¿Mejor?
-Oooooh... – gemí ante la nueva e intensa sensación.
-Dime que te gusta y te juro que me corro ahora mismo… - Bill gemía agudamente cada vez más seguido, parecía como si el que estuviese recibiendo las caricias fuese él, pues cada vez le veía más y más al borde del orgasmo.
No puedo creer que me esté dejando hacer esto…
Alcé ambas manos sin poder evitar agarrarme a los barrotes que formaban el barroco cabecero de esa cama, sin darme cuenta abrí más las piernas para facilitar a mi hermano la tarea.
-Oh por Dios… - gimió Bill al apreciar esto. Estrujé los barrotes entre mis manos cada vez que Bill embestía cada vez más rápido y más profundo – Tom te juro que me voy a correr…
Abrí los ojos y le miré mientras mi cuerpo se balanceaba suavemente hacia atrás al ritmo de sus embestidas.
-Bill… no pares… - jadeé.
-Oh… ¡Joder Tom! ¡JODER! – de repente y contra mi petición, paró y le vi agachar la cabeza haciendo que su pelo se balancease hacia delante y me impidiese ver su cara, lo único que noté fue como sacaba los dedos con cuidado.
Suspiré y me solté del cabecero.
Ví como los hombros de Bill subían y bajaban junto unas fuertes respiraciones entrecortadas.
-¿Bill? – le llamé y le di un toque con mi mano en su brazo. Cuando alzó la cabeza yo no pude evitar que mis ojos se abrieran de un modo escandaloso.
Estaba completamente colorado y jadeante, justo igual que como cuando se…
-Tom… es que… - susurró entre jadeos.
Yo me incorporé un poco, era imposible…
-Te.. ¿te has corrido? – le pregunté incrédulo, pero al mirar hacia su entrepierna mi pregunta fue respondida. – Bill… Eres un jodido pervertido… - le dije mirándole con la boca abierta, totalmente sorprendido.
Mi hermano sonrió y se remojó los labios.
-Y a ti te ha gustado que te meta los dedos – me atacó.
Yo hice una mueca con la cara y volviendo a mi actitud de macho dominante le empujé hacia un lado y él cayó flácido sobre la cama. Rápidamente me coloqué sobre él inmovilizándole con mi cuerpo.
-No me ha gustado, nada.
-Mentira – sonrió él abiertamente, picándome.
-Nunca lo sabrás… - y seguidamente le abrí las piernas agarrándoselas por los muslos con ansia, colocándome entre ellas. Le subí una de ellas y la apoyé en mi hombro, Bill no tenía mucha elasticidad pero le puse la pierna ahí por cojones. Él se quejó como si de repente estuviese desesperado, al ver mis intenciones. Agarré mi miembro erecto y lo guié entre sus piernas.
-Aumm.. Tom… Tom.. – gimoteó Bill totalmente descontrolado.
-¿Qué pasa? ¿Qué? – pregunté en tono severo mientras le penetraba sin mucho cuidado.
-¡Ayy! Déjame bajar la pierna… así es demasiado… ¡au!
-¡Demasiado que! Está perfecto así – le regañé mientras me movía, embistiéndole.
-Profundo… demasiado profundo.. – consiguió articular entre gallitos.
Yo sonreí sin dejar de mirar su cara de medio dolor, medio placer.
Alcé mi cuerpo un momento y cogí la cámara digital de nuevo y la encendí. Bill abrió los ojos mientras se balanceaba hacia arriba dándose con el cabecero en la cama a causa de mis continuas y rudas embestidas.
Enfoqué la cara de Bill desde mi posición y le di a grabar.
Me reí detrás de la cámara. Mi hermano me miró con rabia cambiando de repente su expresión a placer en un leve minisegundo, después abrió los ojos y me miró molesto otra vez.
-Apaga eso… - gimió intentando no hacer muecas con la cara.
Yo le seguía enfocando desde arriba sin dejar de sonreír. Cuando viese el video se me oiría reír detrás de la cámara.
-No, estás muy sexy hermanito… - le dije sin dejar de enfocarle.
Él echó un momento la cabeza hacia atrás con la boca abierta y gimió agudamente al notar una sacudida de placer, luego la bajó y volvió a mirarme.
-Gilipollas… - me insultó, yo volví a reír y le agarré la cara sujetándosela de la barbilla con la mano que tenía libre.
-Vamos… que te gusta zorra… - le meneé la cabeza, sacudiéndosela levemente hacia ambos lados, Bill volvió a gimotear. - …. Te gusta… - esta vez le di una pequeña hostia en la cara a lo que él se mordió el labio.
Yo empecé a reírme de nuevo, él no pudo evitar curvar sus labios de nuevo en una leve media sonrisa. Si le encantaba, no se porque se hacia el enfurruñado.
-Deja eso y demuéstrame lo que sabes hacer… - me retó Bill.
Yo sin dejar de penetrarle, solté la cámara y me agaché sobre él apoyándome con ambas manos en el colchón y mirándole muy de cerca.
-No aprendes… - le dije en tono amenazador a lo que él se encogió sobre si mismo un momento.
-Pues castígame…
Bill me había vuelto a provocar y eso era algo a lo que yo no podía hacer frente.
En ese momento todo lo que me rodeaba careció de la menor importancia. En mi mente solo estaba Bill, solo él, nada más que él… yo creo que por mucho que mi hermano diga que no, yo se que sí. Se que estoy obsesionado con él… con hacerle mío.
Pero sinceramente…. No creo que sea algo tan malo…
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Obsesión Sexual By Eivy
Aléatoire- Fanfic Twincest. Soy Bill Kaulitz, tengo a medio mundo loco por mis huesos, tías y tíos, he visto de todo, me han hecho proposiciones de lo más interesantes, doy un chasquido y tengo a quien yo quiera a mis pies y si la cosa se pone dura de roer m...