Capítulo 24

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Pov Tom.

Justo al salir del cuarto de baño tuve que apoyarme en una columna que había cerca. Abrí y cerré los ojos varias veces, me escocían.

Mi corazón todavía latía a 1000 por hora. Demasiadas sensaciones para cortarlas de cuajo y tan de repente. Estaba mareado, desconcertado y más cachondo que cuando una vez aquellas tías me propusieron hacer un trío.

No estaba en mi mejor momento la verdad, haber estado con Bill me había dejado totalmente derrotado, y no solo físicamente, después de haber vuelto a hacerle mío después de tanto tiempo, no tenía ni las más mínimas ganas de intentar camelarme a ninguna otra persona que no fuese él.

La morena de la minifalda me la traía floja ahora mismo.

Pequeñas descargas eléctricas me recorrían el cuerpo de cuando en cuando.

Tenía una erección de caballo, y haber estado a puntito de eyacular no ayudaba a que se bajase. Empecé a andar entre la muchedumbre. Intenté mantener mi porte y andar derecho y sin tambalearme, pero no era fácil, además de borracho estaba increíblemente cachondo.

La verdad es que no me sentía nada capaz de ligarme a una tía y ni mucho menos convencerla para que se viniese conmigo al hotel. Pero le dije eso a Bill porque yo chulería ante todo.

Bill estaba decidido a ganar, él estaba más lúcido que yo, seguro. Y con lo condenadamente sexy que es y lo guapo que está hoy se va a llevar de calle a quien él le dé la gana.

Me senté en la barra para intentar despejarme un poco.

-¡Vaya! ¡Eres Tom Kaulitz! – oí a mi lado, torcí el gesto y miré a la chica en cuestión. Vale estaba buena, pero no tenía ni punto de comparación con Bill.

No le contesté a lo que ella se removió el pelo así como nerviosa.

-Em… ¿Qué haces aquí solo? – dijo ella para romper el hielo.

-¿Y tu eres…? – le pregunté entornando la mirada y chasqueando mis dedos como si la conociese y no cállese en la cuenta de quien era.

-Soy Helena – dijo ella con una gran sonrisa.

-Creo que no te conozco de nada

-Emm… no.

-Pues entonces no seas impertinente bonita, no te importa que hago aquí y ni porqué estoy solo así que ¡Pírate! – Le dije chasqueando los dedos una última vez en señal de que se esfumase. Pude ver como me ponía cara de ir a echarse a llorar, plantada todavía delante de mí. - ¿Hablo en chino?

Ella negó con la cabeza como asustada y se dio la vuelta para desaparecer por fin de mi vista.

Suspiré y me eché en la barra tapándome los ojos con una mano.

Algo que antes tanto me gustaba ahora es como una molestia. Que las tías me entrasen me encantaba, me hacía sentir que soy lo más. Pero ahora me cansa, no me apetece estar con ninguna, no me apetece magrearlas ni besarlas. No me apetecen las chicas en general.

Esto es preocupante… que soy Tom Kaulitz venga ya.

-¡Tom! – me giré porque esta voz si que me sonaba.

-Hola tío.

-¿Dónde cojones os metéis tu y Bill? – dijo como enfadado.

-Eh relájate, ven siéntate conmigo y bebamos.

-Los cojones, estás más pa´lla que pa´ca.

-Jajajajaja nah, estoy perfect – dije haciendo un OK con la mano.

Obsesión Sexual By Eivy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora