CAPITULO 5

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TAEHYUNG

—¿Qué tal? —pregunto mientras me dejo caer en el sofá junto a Seokjin, que está dando de comer a Bahiyyih.

Me mira divertido. Sigue vestido con los pantalones negros de gimnasia que le traje esta mañana, junto con su remera morada del gimnasio, sus brazos son un poco delgados, pero tienen cierta definición, y no puedo evitar mirarlos un poco.

—Todo el mundo ha sido muy amable—, dice en voz baja, sin dejar de dar de comer a Bahiyyih.

Le he enseñado todo esta mañana y hoy he intentado vigilarlo. Ha hecho un buen trabajo. No es muy hablador, pero es tan guapo que llamó la atención de todos los que intentaban hablar con él. Y por no hablar del bebé que llevaba atado a él la mayor parte del día. Hablando de atraer. Bahiyyih es un éxito. Pero las mujeres que se agitaban el pelo, miraban a Seokjin y le hacían todo tipo de preguntas no lo hacían solo para acurrucarse con la bebé.

Ven la misma belleza en bruto que yo cuando lo miran, con su salvaje pelo rubio, sus labios carnosos y sus intrigantes ojos. Bahiyyih se duerme casi al instante cuando se termina el biberón. Veo cómo Seokjin deja el biberón sobre la mesa y la sube para que se recueste contra su pecho. Mira la caja que le entregaron mientras estábamos en el trabajo y que traje cuando le acompañé arriba.

—¿Qué es eso?

—Ni idea. Es tu entrega—, le digo con la mayor despreocupación posible, pero sé que no lo engaño. Puede que el otro día me volviera un poco loco en Amazon, pero no pude evitarlo. Hacen cosas lindas para bebés.

—Probablemente de la misma persona que dejó pañales y toallitas aquí el otro día. —Me mira enarcando una ceja. Desvío la mirada con una sonrisa en la cara.

—No sabría decirte.

Su cara decae aún más, parece ligeramente derrotado, que no es lo que yo quiero. —No tienes que hacer estas cosas por mí, Taehyung.

No quiero que parezca gran cosa. No me debe nada. Tengo un poco de dinero extra, y tengo un amigo -aunque, un amigo realmente nuevo- que necesita algo de ayuda. No veo el problema. Así que pongo los ojos en blanco y saco el móvil para pedir algo de cenar.

—Es todo por Bahiyyih.

Sonríe y le pasa la mano por el pelo. —¿Qué eres, una especie de multimillonario secreto? ¿Adoptas familias sin hogar por toda la ciudad y las malcrías, lo quieran o no?

Me rio entre dientes. Me gusta cuando bromea. Es tan callado. Me gusta esta faceta suya. Abriéndose para mí poco a poco. —Sí. Me has pillado. Sólo merodeo por el gimnasio y busco gente a la que ayudar. Me encanta hacer de hada madrina.

—Ya. —Resopla y lleva a Bahiyyih a su cama, colocando las almohadas a su alrededor y tumbándola boca arriba. Volviendo al salón, se acerca a la caja y la abre. —¿En serio?

Termino el pedido de la cena y me acerco a él, que ve que han llegado un par de conjuntos para Bahiyyih, un columpio muy cool para el bebé y algunas cosas más. Bien por Amazon.

—Vaya, es genial—, continúo con la farsa. Se limita a sacudirme la cabeza, sacándolo todo.

—No pasa nada. Ya tengo suficiente ropa para ella. —No la tiene. De verdad que no. Le ayudé a lavar unos bodies esta mañana durante una pausa en el gimnasio, y diablos, la niña es capaz de cambiar de ropa. Me dijo que acababa de hacer lavado hace un par de días, pero que no le quedaba nada para vestirla.

—No es para tanto, Seokjin.

—Pero no nos conoces. Acabamos de conocernos. —Parece confuso mientras me mira, como si esperara una respuesta, pero yo no la tengo.

No puedo explicar la atracción magnética inmediata que sentí hacia Seokjin y Bahiyyih cuando los conocí. Sólo sé que quiero que les vaya mejor. Está claro que este hombre ha visto muchas cosas malas, y quiero demostrarle que puede ser mejor. Crecí con una familia feliz. Con unos padres que me querían y me aceptaban y que también me enseñaron a ayudar a los demás cuando podía. A devolver el favor y todo eso, así que eso es lo que intento hacer.

—Mira, tengo unos ahorros para días lluviosos, ¿okey? Y tú eres la nube más tormentosa que he conocido. Así que funciona.

Frunce el ceño, malhumorado y simpático. Pero refunfuña en voz baja y me da las gracias antes de colocar el columpio y quitar las etiquetas de la ropa nueva. —Te lo devolveré.

—No hace falta. —Me vuelvo a tumbar en el sofá. —A menos que por devolverte el favor te refieras a darme información sobre mi mejor amigo.

Se burla, sentándose a mi lado. —No hay nada que contar. —Su voz es más tranquila ahora, y percibo una especie de angustia que no me gusta viniendo de él.

—Siempre hay algo que contar. —Miro hacia donde está Bahiyyih, desmayada, borracha con una cuba de leche y con las manos por encima de la cabeza, y luego vuelvo a mirarlo a él. —¿Su madre?

Una mirada sombría pasa por su rostro mientras respira hondo y ofrece una respuesta rápida. —Ya no está en la foto.

Quiero más información, pero la tensión de su mandíbula me dice que siga adelante. —¿Tus padres?

Su expresión se ensombrece aún más. —Nunca han salido en la foto.

Bien, dirección equivocada. Por una vez -lo juro, es la primera vez en mi vida- no sé qué decir a continuación.

—Mira… —Estira sus largas piernas delante de él. —Te agradezco todo lo que has hecho, y aún no tengo ni idea de por qué eres tan servicial, pero mi historia no tiene mucho que ver. Sólo quiero hacer lo correcto por Bahiyyih, y eso es todo. —Sus ojos se encuentran con los míos. —Por favor, no compres nada más, ¿sí?

Me aclaro la garganta, concentrado en su voz grave, y hago una mueca. —Bueno, pero puede que haya una o dos cosas más en camino. —Empieza a discutir, sentándose un poco más erguido, y yo levanto ambas manos de forma apaciguadora. —Pero nada más después de eso. —Por ahora.

No parece contento, pero se limita a asentir, apartando la mirada de mí cuando llaman a la puerta. Me levanto y agarro la comida antes de que pueda gritarme por eso. Sigo siendo sutil. Necesito saber que está bien. Y no sólo él, sino también esa dulce niña. Es exagerado y loco, lo sé, pero soy un solucionador. Siempre lo he sido, siempre lo seré. Puede que no sepa qué me atrajo de este hombre, pero no soy alguien que discuta con el destino.

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ABANDONADO (Libro IV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora