CAPITULO 8

85 29 17
                                    

SEOKJIN

No estoy seguro de cuánto tiempo permanezco tumbado junto a Taehyung, saboreando el calor de su cuerpo contra el mío. No quiero moverme. Todo mi cuerpo está agotado. Solo pensar en Irene, me pasa siempre. La echo de menos y la odio al mismo tiempo. No sé cómo es posible.

Taehyung me saca de mis pensamientos cuando dice en voz baja: —No tienes que hablar más de ello. Siento haberte obligado a hacerlo.

Levanto la cabeza lo suficiente para mirarlo, a sus intensos ojos, y casi me quedo sin aliento al ver lo increíblemente guapo que es. Y amable. Nunca había conocido a nadie como él. Al principio, pensé que podría estar un poco loco, pero ahora no lo sé. Es como si esas personas angelicales que ves en televisión a veces realmente existieran. Ese es Taehyung. He oído algunas cosas más sobre él en el gimnasio, aquí y allá.

Que es voluntario en refugios para indigentes. Y cómo no nos habíamos cruzado antes está más allá de mí, pero hay un montón de refugios en esta ciudad. También es voluntario en refugios de animales. Y va a marchas, luchando por diferentes tipos de injusticia por todas partes. Porque a Taehyung le importa. Profundamente. De una manera que no estoy seguro de poder comprender.

He pasado la mayor parte de mi vida tratando de sobrevivir. No he sido capaz de comprender ese nivel de preocupación por el mundo. Pero Taehyung sí. Todo lo que he conocido es gente que sabe cómo tomar y no dar. Que toman y toman hasta que no queda nada más que amargura. No sé qué más decir porque ya no puedo hablar de Irene. Es demasiado doloroso. Y, de algún modo, acabamos con su frente contra la mía y su mano en mi nuca mientras me abraza.

Mis ojos se posan en sus labios, sus labios hermosos, y por primera vez en mucho tiempo, pienso en besar a alguien. Pero no a cualquiera, a Taehyung. Parece inseguro, con el ceño fruncido, pero sé que él también lo siente. Sería tan fácil cerrar la brecha para saborear sus labios, pero justo cuando se inclina un poco más hacia delante, me alejo. Porque Taehyung se merece algo mucho mejor que eso. No se merece que lo utilice por unos instantes de placer y que lo tire cuando la oscuridad se apodere de mi alma y no pueda devolverle nada de lo bueno que me ofrece.

Sus ojos se abren de par en par y retrocede, con cara de espanto. —Dios mío. —Se tapa la boca y parece totalmente conmocionado mientras sacude la cabeza. —Lo siento mucho, Seokjin. No puedo creer que yo...

Sacude la cabeza y me entran unas ganas terribles de besarlo. Atraer su cuerpo hacia el mío y darle un beso de muerte. Decirle que no ha hecho nada malo, y eso incluye casi besarme. Que la culpa es mía. Que no debería perder el tiempo conmigo, que es demasiado bueno para mí.

—No es nada, Taehyung. No pasa nada.

—No pasa nada. —Sus ojos se encuentran con los míos, y los veo brillar como si estuviera a punto de llorar. —Estás vulnerable y dolido y me estás contando el peor momento de tu vida. Perdiendo al amor de tu vida, y yo pensando en besarte.

—Taehyung... —Empiezo, pero él se levanta de un salto del sofá, manteniendo la voz baja, probablemente para no despertar a Bahiyyih.

—Lo siento. No volverá a pasar, ¿sí? —Niega con la cabeza. —Dios, besar a un hetero. Un hetero vulnerable y dolido. ¿En qué demonios estaba pensando?

Debería corregirlo. Consolarlo. Decirle que quería que me besara. Pero me contengo porque no quiero complicar las cosas. —Oye—, digo con firmeza y atraigo su mirada hacia la mía. —No has hecho nada malo, Taehyung. Eres el mejor amigo que he tenido nunca.

—E iba a besarte—, dice entrecortadamente, y odio eso. Lo odio tanto porque hice eso. Mis nubes oscuras tocaron su sol y están empezando a eclipsarlo.

—Taehyung, por favor, no te hagas esto. Tú no hiciste nada. —Le tiendo la mano y me deja que lo arrastre de nuevo a mi lado en el sofá. Aunque se asegura de dejar algo de espacio entre nuestros cuerpos.

—Lo siento mucho. Gracias por compartir tu historia conmigo.

Sacudo la cabeza porque es demasiado amable. —Gracias por escucharme. Por querer saber. Sé que... —se me quiebra la voz, y lo odio, pero me obligo a continuar —Sé que no te lo pongo fácil. Pero eres el mejor amigo que he tenido nunca.

Por fin sonríe. —Se me da muy bien ser el mejor amigo.

Me rio suavemente y le doy la razón. —Realmente lo eres.

—¿Podemos olvidarnos de lo último? —Se vuelve hacia mí, levantando las manos delante de él, como si se rindiera. —Te prometo que no volverá a pasar.

Sé que intenta aligerar la situación, pero me duele mas de lo que debería pensar que nunca tendré la oportunidad de besarlo. Aun así, sé que es lo mejor para él.

—Por supuesto—, me obligo a decir.

Después de eso, Taehyung parece relajarse un poco. La conversación se vuelve más ligera, pero sigo sin poder dejar de pensar en ello. Me pregunto cómo habría sido si me hubiera dejado llevar por mi instinto. Porque sé, sin lugar a dudas, que habría sido como tocar el cielo.

*****

ABANDONADO (Libro IV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora