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La tarde transcurre tranquila, Andy está sentado en una mesa del fondo atento a como Chad lleva órdenes, él realmente no quiere preocuparse por eso pero sorpresivamente el grupo de Nigel y Wally entra, van a una mesa e incluso desde el otro lado del restaurante el universitario los sigue con la mirada, sin embargo. están en el área contraria y él solo puede verlos entre servicios

Los minutos pasan y él no puede evitarlo, quiere ir a él, tal vez saludarlo o solo acercarse para oír su voz, pero no, no puede, esta noche hay mucha afluencia y tiene las manos llenas, aun así de vez en cuando lo voltea a ver. La forma familiar en la que habla con sus amigos lo hace sentir de todo, alegría de poder ver esa interacción y celos de no ser él quien la disfrute

No obstante, debe centrarse para ser lo más profesional posible, va al camino al var cuando le llaman a sus espaldas— Entrenador, ese uniforme no le queda — ríe el castaño rojizo a sus espaldas, él reconocería esa voz donde sea y con una sonrisa se da vuelta para refutar, pero queda inmóvil al encontrarlo justo a su lado — ¿Que hará al salir? — pregunta Nigel suavemente, casi tímido

— Ah... ir... a casa... — vacila el rubio, mirando a su alrededor, nerviosamente

— Puedo esperarte ¿cierto? — Insiste el castaño rojizo, extrañamente inseguro, Chad mismo lo esta, en especial por la situación y el lugar, sin embargo, el menor da el último paso, el que los separaba, y aireando su oscuro cabello sonríe alzando escéptico su ceja — Aunque no quieras lo haré — sonríe jactanciosamente, dejando toda su vergüenza atrás, tomándole el hombro para palmearlo y apartarse a la vez

Chad se queda impactado al punto que debe releer su pedido para saber a dónde iba, se estremece aún cuando va y viene entre las mesas, pero no puede mirar de nuevo a la mesa donde Uno está, teme que si lo ve sufrirá una campaña, además ahora sabe que al final de su turno él estará ahí, esperándolo

Hoy hay mucho ajetreo y sus mesas se han ocupado un par de veces en las últimas horas, sin embargo, él no puede dejar de sonreír, incluso cuando va a la cocina, pero inesperadamente Jaden llega tras él — ¿No te creerás quién entró? — le pregunta el sonriente moreno, deteniéndolo

— ¿Quién? — Chad dice falsamente ingenuo, supone que le dirá del grupo pero no se preocupa

— La chica que te gusta — dice el moreno entre risas, llamando la atención de los cocineros

Él no entiende la gracia de eso, suponiendo que Cindy llegó evita expresarse, pero Matt parece interesarse — ¿Cuál de ellas te gusta? — pregunta su amigo

— La pelirroja — responde Jaden, sin consideración o tacto, sorprendiendo al rubio

— Ah... se sentó con unos chicos al fondo — agrega Matt, negando casi triste

— ¿Cómo? — pregunta el rubio, totalmente confundido

— Viene otro par de linduras con ella, pero están con el tipo de la otra vez — insiste Jaden — Te dije que hicieras un movimiento, ahora ya es tarde — bromea al salir

Matt lo mira algo desconcertado — No te preocupes, es muy niña todavía — intenta animarlo al salir con su pedido

Chad toma sus órdenes y sale mirando al frente "No importa" piensa "Me dijo que me esperaría" se aferra a esa idea esperando que el chico realmente lo haga

Las órdenes no son muchas así que se vuelve a ver al grupo, aquel suave calor que lo envolvía se ha ido, y ahora lo recorre un desagradable escalofrío, aunque puede ver como Wally sigue cerca de Nigel mientras la chica pelirroja está en la orilla contraria, y eso le da ánimos, ningún chico sentaría a su novia ahí

Aunque revisando al grupo nota que dos chicas están sentadas juntas, la linda rubia y una mal encarada rizada pelirroja, de pronto la mesa luce muy llena para él, pero en una de sus mesas lo llaman así que se concentra en su trabajo y va presuroso.

No sabe cuánto se tardó, porque corrió de un lado a otro demasiado para ver el reloj o al grupo de chicos, mas, al dejar su ticket en caja se toma un respiro — ¿Cómo lo llevas? — pregunta Matt amable, aun cuando le estorba la vista a su amigo

Igual Chad no pilla de que habla hasta que — Se fueron — dice Jaden llegando a la caja, su sonrisa es tan burlona que al rubio le gustaría mandarlo al diablo

— ¿No tienes mesas que atender? — interviene Matt, molesto, consiguiendo mas risas del moreno

— Sin esos niños tengo dos menos —sonríe Jaden, buscando picar al rubio, logrando que Chad aparte a su amigo solo para ver la mesa definitivamente vacía

Matt lo mira desconcertado por su expresión — ¿Quieres tomarte un descanso? yo te cubro — ofrece, preocupado

— No, no estoy cansado — responde él sin prestar atención y saliendo rumbo a la mesa, antes de recordar que se acaba de vaciar "No pasa nada" piensa para centrarse 

Aunque su convicción no dura mucho, pronto se encuentra yendo al baño, donde al refrescarse el rostro la idea lo cala "¿Cómo? ¿Cómo pude ser tan crédulo? Ni yo dejaría irse sola a esa chica, y claro que ella no lo va a soltar hoy" piensa sintiéndose decepcionado y burlado "¿Así te las juegas?" se cuestiona, solo necesita que un chico le diga algo para parecer idiota esperándolo ansioso

Está tan turbado que se queda ahí un par de minutos, su mente lo culpa y su cuerpo pesa "¿Porque estoy tan ansioso? ¿Por qué actuó tan desesperado? Es solo un chico, maldición, seguro mañana llamare a Cindy o a cualquiera y me lo sacaré de la cabeza, solo es un chico" se convenció al salir, seguro de sentirse más calmado, sin embargo, aun cuando la mesa se volvió a ocupar la idea seguía flotando en él.


Chad guarda su uniforme mientras oye a Jaden reír en el pasillo, suspira pues justo ahora no quiere tratar con él, escucha cuando el gerente pasa mandando a trabajar a los chicos, la puerta se abre y el hombre mayor entra — ¿Sigues aquí? — preguntó sorprendido — ¿Vendrán por ti? — insiste extrañado de encontrarlo ahí cuando su turno terminó hace media hora

— No, señor, solo descansaba — contesta Chad al levantarse y tomar su mochila dispuesto a salir

— Oye — le pide el gerente al acercarse — Sé que Jaden es pesado pero recuerda que nos haces un favor a tu amigo y a mí, solo ignóralo — el hombre es comprensivo

Y él asiente, aun cuando sabe que no es esa su molestia — Sí señor, gracias — responde saliendo de los vestidores al estacionamiento

Se despide de algunos al sacar sus llaves y salir, la puerta se cierra tras él dejándolo frente los pocos autos en el estacionamiento. Es hasta ese momento que se da cuenta que hay alguien parado junto a su auto, con el rostro iluminado únicamente por la pantalla del teléfono — Hey niño ¿Te llevo a casa? — pregunta Chad, con voz exageradamente grave, a la vez que intenta contener su alegría

El castaño rojizo levanta la vista desconcertado, aunque le reconoce al verlo y le sonríe casi avergonzado — Por favor señor, me separe de mi grupo y no sé como volver — bromea guardando su móvil

— Bueno entonces sube — le invita el mayor al abrir la puerta del acompañante

— ¡Qué suerte! Y con alguien tan sexy — ríe el chico al subir

Chad no sabe qué contestar se ha perdido en el placer de oírlo de su voz — Nigel tú me gustas — piensa pero ni en broma lo diría ahora, su corazón late acelerado al arrancar y conducir fuera del lugar.

Everything For YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora