↪| 𝘁𝘄𝗼

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Me mostró lo que me había comprado, era un mini micrófono que se podía abrochar en la ropa para cuando esté con él y llevarle la evidencia a la polica para denunciarlo, lo cual me parecía buena idea pero dudé en hacerlo. En ese momento solo lo guardé y llegamos a la casa, bajamos y tocamos timbre en su departamento, nos abrió Santi quien luego de saludarnos nos dejó pasar.

Llegaron los duendes — Bromeó Santi quien recibió una mirada mal de ambos bajos.

Holaa — Saludó Ger y luego se sentaron en el sillón — ¿Qué quieren comer? — Preguntó mientras buscaba comida rápida en su celular.

No pidan, yo cocino lo que quieran — Me ofrecí ya que tenía buenas manos en la cocina y era un hobbie que me gustaba tener.

Esa me va, cocina re rico — Mencionó Rodri mirando a Ger.

Es verdad — Le aseguró a Santi quien nunca había probado sus comidas — ¿Qué comemos entonces? — Preguntó nuevamente y los tres se pusieron a pensar.

¿Pizza? Es fácil de hacer — Sugirió Santi a lo que yo asentí.

Si necesitas un ayudante que sea Tutu porque nosotros vamos a jugar — Se rieron ambos quiénes al instante se pusieron a jugar a la play.

Yo solo reí ante Santi quien se quejó pero me acompañó a la cocina. Nos pusimos a cocinar y él solo seguía mis instrucciones entre bromas haciendo que riera. Nunca la había pasado tan bien, hace mucho no me reía así y me encantaba el caso que me hacia, nunca recibí tanta atención. Luego de hacer un desastre la cocina pusimos la pizza al horno y limpiamos juntos hasta dejar todo brilloso. Volvimos con los chicos a esperar a que esté lista y ellos mientras ya habían organizado de ir a una fiesta después de ésto, yo obviamente me negué y aunque insistieran no quería ir, era más probable de que me lo encuentre y ahí si se me arma.

Vos vas a salir, te pones el micrófono y cuidas de que no se caiga, si aparece la tenés armada — Habló Carre a lo que yo dudé un poco pero asentí, tal vez esa noche podía terminar con todo sufrimiento.

Pero igual no tengo ropa, pasemos por mi casa después — Mencioné mientras miraba mi celular, ellos estuvieron de acuerdo.

A los minutos se escuchó el ruido de la alarma que recordaba que la pizza estaba lista, con ayuda de Santi fui y la sacamos del horno, efectivamente estaba hecha. La cortamos y junto a los platos y vasos llevamos todo a la mesa, había alcohol para tomar lo cual ellos tomaron pero yo no quise, simplemente tomé coca cola la cual era mi favorita. Comimos y había salido muy rica, los chicos me alagaban una y otra vez.

Cocinas muy rico de enserio — Dijo Tutu mientras le daba un mordisco a la deliciosa pizza en sus manos.

Eso es porque tengo el mejor ayudante — Mencioné y reí, aunque era verdad, si no fuera por su ayuda no me hubiera salido igual.

Ese soy yo — Bromeó él nuevamente y todos reímos — Igual lindo desastre hicimos — Mencionó y yo asentí entre risas.

Terminamos de comer y mientras ellos seguían con su previa yo lavé todo, Santi me insistió en que no lo haga pero soy algo imperactiva y hacer cosas como esas me ayudaba a calmar mis nervios y no pensar tanto en ese tarado.

Al terminar volví con ellos y me senté nuevamente, ellos ya estaban un poco ebrios y podía notarlo, más que nada a Ger y Rodri quienes conozco hace tiempo. Se hizo la madrugada y nos fuimos, pasamos por mi casa y obviamente los hice pasar, Santi se ofreció a ayudarme con la ropa, él eligió algo apretado lo cual no usaría pero para darle el gusto me lo puse.

Finalmente tuve que usarlo ya que me insistió tanto, me había gustado que diga que me quedaba hermoso y más que recibía muchas quejas de esa ropa. Rodri me ayudó con el micrófono y nos fuimos, siempre fijándome de que no se caiga. Llegamos a un boliche donde al entrar estaba lleno, nos acercamos a la barra ya que querían seguir tomando y yo solo tomaría unos tragos.

Rodri no tomes más — Lo reté y él hizo caso omiso para irse a la pista junto a Ger, miré a Santi quien se había quedado conmigo — Andá si querés — Le dije al ojiazul.

No te voy a dejar sola — Respondió mirándome con una sonrisa encantadora, realmente era hermosa y aunque parecía coqueta me daba ternura.

Gracias — Le agradecí. Nos quedamos así mirándonos un rato hasta que mi trago pedido había llegado así que comencé a tomar.

Quería olvidarme un poco de todo y ya que a mi hermano no le importó, a mí tampoco, así que me pondría borracha también, lo cual no costó mucho ya que como nunca tomo y tengo poca resistencia me puse en pedo al instante. Santi solo se reía de las boludeces que decía pero cuidándome, casi me caigo como tres veces pero él me salvó en todas.

Yo diría que le bajes un poco — Me sacó el shot de la mano haciendo que yo haga un puchero — No me vas a convencer, basta, te va a hacer mal — Agregó y le devolvió el shot al chico que atendía.

Iba a responder pero sentí que alguien me agarró del brazo fuertemente y me jaló, al mirar bien efectivamente era Nicolás, sabía que iba a estar por esos lados.

¿Qué mierda hacés acá? — Me preguntó mal, por el miedo no pude responder así que me gritó preguntando nuevamente.

¿Qué te pasa flaco? ¿Estás loco? Déjala — Santi se dirigió a él y lo empujó haciendo que me soltara.

Vos no te metas pibe, la cosa no es con vos — Dijo él quien volteó a mirarme nuevamente, yo me había escondido detrás de Santi pero podía ver sus ojos — Sos una puta de mierda — Me insultó y yo por instinto corrí.

Corrí hasta encontrar la puerta del boliche y salir, necesitaba aire, mucho aire, otro ataque de ansiedad estaba pasando, sabía que no era buena idea venir. Al rato escuché la puerta abrirse y me alarmé pensando que era él pero era Santi quien se dirigió a mí enseguida.

Yo estaba en el suelo, abrazando mis piernas, parecía un bicho bolita. Él se sentó a mi lado y me abrazó, era lo único que necesitaba para calmarme ya que siempre me funcionaba eso pero esta vez fue un abrazo distinto, en sus brazos sentí lo que nunca sentí en ningún otro abrazo, me sentía completamente segura y más cuando me acarició el pelo diciéndome las palabras que me dijo.

Tranqui Lu, ya lo cagué bien a piñas y me dijo que no iba a joder más pero que por favor no lo denuncie, obviamente lo vas a hacer igual pero otro día, sé que hoy querés volver a casa así que vamos si querés, te acompaño yo porque no encontré a los chicos — Suspiró sin soltarme, yo levanté la cabeza la cual escondía entre mis piernas y lo miré con mis ojos hinchados de tanto llorar.

No.. Santi porfa, no quiero ir a mi casa, él siempre me va a buscar — Supliqué con miedo mientras sentía como mi cuerpo dejaba de temblar y se acostumbraba al calor de sus brazos.

Bueno, vamos a mi casa, no hay problema — Sugirió él y yo asentí agradecida. Cuando me dejó de abrazar para levantarse pude sentir frío nuevamente, me sentí desnuda por un instante.

Me ayudó a levantarme pero no podía caminar, las piernas me andaban lento y encima vinimos en el auto de Carre quien no aparecía. Santi se ofreció a cargarme, sabía que podía ya que él era muy alto y con musculos y yo siendo tan enana podía llevarme con facilidad, como si fuera un bebé y así fue, me cargó caminando hasta su casa.

𝙄 𝙒𝘢𝘯𝘯𝘢 𝘣𝘦 𝙮𝘰𝘶𝘳𝘴 | 𝐒𝑎𝑛𝑡𝑖𝑎𝑔𝑜 𝐑𝑜𝑑𝑟𝑖𝑔𝑢𝑒𝑧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora