↪| 𝘁𝗵𝗶𝗿𝘁𝗲𝗲𝗻

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Al día siguiente me aseguré de despertarme primero para tenerle algo preparado, me levanté con cuidado de no despertarla y me fui a comprar unas medialunas con jamón y queso y cuando volví le preparé un café con leche, Ger me había mencionado que eran sus cosas favoritas. Se lo dejé en la mesa junto a una pastilla para la resaca, ya listo todo me fui a despertarla.

Lu, despertate — La llamé y tardó pero se despertó.

¿Qué hora es..? — Preguntó ella aún dormida intentando abrir los ojos.

Son las 10, no es tan temprano, dale — Insistí y como vi que no se levantaba la cargué cual princesa.

Si sabía antes que ibas a hacer eso no me levantaba más — Dijo ella haciéndome poner nervioso.

La dejé en el comedor donde ella vió su desayuno y se sentó, pude ver que le sacó una foto y luego comenzó a desayunar pero paró al instante al darse cuenta de que yo no estaba comiendo.

¿No vas a comer nada? — Preguntó ella y yo negué, al hacerlo ella alejó su plato — No me gusta desayunar sola — Hizo ese pucherito que me encantaba y reí por la ternura que me causaba.

Bueno, me voy a preparar algo entonces — Me levanté y luego de darle un beso en la frente me dirigí a la cocina.

Me hice otro café y volví con éste al comedor donde volví a sentarme a su lado, ahora si, desayunabamos juntos mientras hablabamos de la vida, tuve que recordarle lo sucedido la noche anterior incluyendo lo del beso, por suerte no me dijo nada sobre eso aunque no tenía problema de explicarle.

¿Me vas a decir lo que te pasaba? — Preguntó cambiando el tema, no supe que responder por un instante.

Ahora no es buen momento para decírtelo y hoy voy a estar ocupado así que en la noche te invito a comer a donde quieras y te digo — Respondí yo. Quería preparar alguna sorpresa para decírselo formalmente y obviamente tendría el día ocupado planeando eso, con ayuda de mi gran y mejor amigo Ger.

Bueno — Me sonrió y terminó su café — Gracias por el desayuno San, estaba muy rico — Agradeció ella y yo le sonreí.

Fui a dejar ambas tazas al lavamanos y obviamente las lavé, luego fui con ella quien se estaba preparando para irse, no quería que se vaya pero tenía una sorpresa que prepararle así que no tendría tanto problema. Aunque de igual forma la acompañé hasta su casa y de ahí me fui a lo de Uni, ya le había dejado un mensaje pero no me respondió así que seguro estaba haciendo algo pero no importaba, necesitaba su ayuda urgente. Al llegar toqué timbre y tardó pero me abrió un Ger que parecía recién levantado, estaba hecho pija, la resaca le pegó feo. Entré y lo saludé, lo ayudé para hacerle un té y luego nos sentamos en la mesa donde mientras él desayunaba le iba contando lo que necesitaba, el pobre no entendía nada pero cuando esté bien despierto sabía que estaba dispuesto a ayudarme.

[...]

Entonces, a ver si entendí.. ¿Querés prepararle una sorpresa después de sacarla a comer para declararte a ella? — Preguntó el de rulos con anteojos mientras tomaba un sorbo de su taza con café.

Exacto, y necesito ayuda para eso ¿Quién más que mi mejor amigo? — Le dije con una sonrisa y él solo suspiró.

¿Yo que gano? — Preguntó nuevamente él dejándome pensando por unos segundos.

Lo que quieras, pedime cualquier cosa — Dije y él pareció pensarlo un buen rato largo.

Me pagas todo por un mes — Mencionó y le dió otro sorbo largo a su taza.

Para ¿Qué sería todo? — Pregunté ahora yo, lo que yo le pedía siquiera era algo mínimo, no podía pasarse.

Cuando salgamos juntos, la comida, las bebidas, lo que sea que a mí se me antoje, vos me lo pagas — Dijo sin más y yo luego de dudarlo un raro asentí, estaría dispuesto a lo que sea con tal de que me ayuden con ésto — Genial, entonces ¿Qué tenés en mente? — Preguntó él tomando lo último que quedaba en su taza.

No tengo idea, por eso te pido ayuda. Quiero hacer algo que no se le olvide y que sea tierno, pero no unas flores y eso nomás, quiero algo único como ella para mí — Mencioné diciendo parte de mis pensamientos sobre ella, no mentía, ella para mí era única y la única que me había hecho sentir ésto.

Bueno, déjame pensar algo — Dijo y se metió en sus pensamientos mientras se dirigía a la cocina donde supuse que había ido a dejar la taza.

Yo me quedé en mi celular, ni siquiera había notado su presencia de nuevo a mi lado ya que estaba entretenido, hasta que en un momento habló dándome una idea de lo que podía hacer.

𝙄 𝙒𝘢𝘯𝘯𝘢 𝘣𝘦 𝙮𝘰𝘶𝘳𝘴 | 𝐒𝑎𝑛𝑡𝑖𝑎𝑔𝑜 𝐑𝑜𝑑𝑟𝑖𝑔𝑢𝑒𝑧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora