↪| 𝗳𝗶𝘃𝗲

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Perdón por no cuidarte, soy un pajero — Suspiró. Se sentía culpable por lo que había pasado.

No pasa nada Rodri, Santi se está portando bien conmigo — Mencioné para que no se preocupara. Realmente Tutu se había encargado de toda la situación.

Mal, que crack — Dijo y yo asentí, ibamos a seguir hablando pero justo llegó Santiago con unas facturas.

Las acomodé en un platito y Santi hizo mate, comenzamos a tomar y comer en la mesa del comedor mientras ellos hablaban ya que yo estaba en mi celular. Me había aburrido de la conversación ya que se trataba de solo Carre agradeciéndole a Santi. Mientras tanto yo estaba entretenida en mi celular aunque no hacía nada, solo miraba esperando que me llegue algún mensaje de él, era raro que no me haya mandado nada todavía.

Bueno ¿Vamos, Lu? — Preguntó Carre sacándome de la pantalla del celular mientras se dirigía a la puerta, lo miré y asentí.

¿No te quedas? — Preguntó Santi y yo negué con una sonrisa.

No quiero molestarte ni parecer una miedosa — Mencioné mientras de igual forma me levantaba para dirigirme a la puerta.

No me molesta tu presencia, es más me acostumbré a ella — Mencionó agarrándome del brazo para que no siga avanzando y lo escuchara.

De igual manera tengo que ir a mi casa, tengo una gata que alimentar — Mencioné nuevamente y vi como él se dirigió a su habitación para luego salir de ésta con 2 buzos en la mano.

Te acompaño. Toma, hace frío — Me extendió una mano en la cual llevaba uno de los buzos.

Yo lo agarré y ambos nos lo pusimos para luego alcanzar a Carre e irnos, yo fui adelante de copiloto y Santi en los asientos de atrás, mientras Rodri manejaba. Yo nuevamente me sumergía en mis pensamientos ¿Y si volvía a aparecer ahora? Estaba con Santi y podría terminar mal. Pude escuchar que alguien me llamaba, al voltear era Rodri avisando que habíamos llegado, bajamos y entramos al edificio donde subimos y Rodri se metió en su departamento luego de despedirse, nosotros nos metimos en el mío y mientras él exploraba mi no tan grande departamento, yo le daba de comer a mi gata.

¿Vas a volver conmigo? — Cuestionó mientras se sentaba con confianza en el sillón de la sala.

No sé, me da miedo dejarla sola — Mencioné mientras miraba a la gata comer.

Traela — Sugirió y yo lo miré confusa.

¿Pretendes que me mude? — Cuestioné ahora yo.

¿Por qué no? No te voy a dejar sola hasta que no lo denuncies así que vos decidí donde preferis quedarte — Dijo y se puso en su celular.

No quería denunciarlo todavía pero si me quedaba acá sabía que iba a aparecer, sería peligroso para ambos y más si Nicolás se enteraba que otro chico dormiría conmigo. Lo pensé un rato, sería estresante para Mimi mudarse así que podría pedirle a Rodri que la cuide y le dé de comer, sería más fácil y además era el único que tenía copia de mi departamento al igual que yo del suyo. Iba a responderle pero el timbre sonó, mi pesadilla había comenzado, no sé porque me esperaba que fuera él, por eso no me sorprendí al abrir y verlo ahí, su expresión era molesta al verme y Santi sintió mis nervios así que se acercó a la puerta poniéndose detrás de mí.

¿Dónde estabas? — Me pregunta con esa expresión que tanto miedo me causaba — ¿Quién es él? — Volvió a preguntar y mis nervios me habían dejado en blanco, no supe que responder.

El novio — Se apresuró a responder Santi quien puso una mano en mi cintura "marcando territorio" — ¿Pasa algo? — Lo miré y su expresión parecía seria y muy molesta, peor que la de Nicolás, parecía que quería matarlo y eso era entendible luego de todo lo que le conté.

No, nada.. — Parecía tenerle miedo a Santi, aunque ¿Quién no? Tenía un buen cuerpo que podía matar a cualquiera.

Bueno, quiero que sepas que si no querés que te denunciemos, no molestes más — Le dijo Santi, se estaba metiendo demasiado y podía salir mal, quizás no ahora pero en un futuro sabía que afectaría.

No no, por favor no me denuncien — Rogó él. Era la primera vez que lo veía así, ninguno de mis amigos y ni siquiera mi hermano lo había asustado de esa manera.

Andate entonces — Volvió a decir Santi y él solo asintió para luego irse.

Cerré la puerta y me apoyé en ella, ese movimiento hizo que Santi me soltara aunque se sentía bien su mano ahí. Yo suspiré mientras miraba a la nada, él se quedó ahí conmigo mirándome y esperando alguna respuesta.

Gracias pero dije que no quería que te involucres más, me lo prometiste — Mencioné recordando lo dicho y él negó.

No te lo prometí, ni siquiera dije que lo iba a hacer — Se rió y yo solo lo miré mal para irme a mi habitación donde cerré la puerta y me quedé acostada.

Estaba frustrada, todo ésto me tenía cansado y encima Santi no ayudaba, me mintió y eso me hace sentir mal, por más que parezca algo diminuto, para mí no lo era ya que realmente no quería que le pase nada.

Al rato escucho la puerta abrirse y el colchón hundirse en un lado de la cama, seguro él se había sentado pero como me acosté boca abajo no veía lo que hacia.

No te enojes Lu, no puedo soportar que estés así conmigo — Habló él. No veía sus expresiones pero por su voz se notaba triste, realmente parecía importarle que me enoje, cosa que nadie me había hecho sentir nunca.

Me mentiste — Mencioné recordando la situación de hace 5 minutos.

Perdón pero mírame — Dijo y le hice caso, me acomodé en la cama de costado para mirarlo.

Bueno, te perdono — Respondí y su rostro se transformó a uno totalmente alegre el cual me sacó una risa.

¿Pensaste lo que te dije? — Preguntó y recordé el tema antes de lo que pasó asintiendo.

Te iba a responder pero justo tocó el timbre — Hablé haciendo una pausa para luego seguir — Voy con vos, la voy a extrañar pero le pido a Carre que la cuide y va a ser más fácil — Expliqué y él asintió estando de acuerdo.

Bueno, te dejo tranquila para que te prepares entonces — Me sonrió y antes de irse besó mi frente, su beso se sintió cálido, era un beso que tan solo había recibido de mi mamá.

𝙄 𝙒𝘢𝘯𝘯𝘢 𝘣𝘦 𝙮𝘰𝘶𝘳𝘴 | 𝐒𝑎𝑛𝑡𝑖𝑎𝑔𝑜 𝐑𝑜𝑑𝑟𝑖𝑔𝑢𝑒𝑧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora