Condenados A Amar

Capítulo 6

Había amanecido, estire mi brazo derecho para suspender la alarma que había estado sonando desde hace horas.

Recordaba el día de ayer perfectamente.

Estaba contratada en Men'scott, y desde hoy comenzaría a trabajar allí.

Me levanté para dirigirme hacía el cuarto de baño, que se encontraba dentro de la habitación, tome el cepillo y la pasta de dientes, para comenzar a cepillarme.

Unos pasos se hicieron presente en la habitación, y cesaron al pie de la puerta del cuarto de baño.

—¿A qué hora te irás?—preguntó Rihanna, su vista fija en su móvil.

—A las 11, horario normal.

—Ah.

—¿Porqué?— pregunté cuando terminé de lavarme el rostro, para empezar con mi rutina de skyn kare.

—Una camioneta negra, está estacionada en frente del edificio, y según Oliver vienen a por tí, dice que es el chófer de Men'scott.

—¿Qué? ¿Cuánto tiempo lleva ahí?— pregunté volteando a verle.

—Unos 60 minutos, creo.

—¡¿Una hora?!

—Sí Pearl, una hora.

Salgo corriendo y me asomo a la ventana de mi habitación, viendo hacía la parte de abajo, y sí.

Recostado en el capo del auto, con los brazos cruzados se encuentra el chófer, que nos llevó a Lex y a mí, a el psiquiátrico.

—Joder.

Digo a lo que corro hacía el armario en busca de algo que ponerme.

Me pongo un jersey negro encima de la camisa de tirantes blanca, y un pantalón cargo de color salmón.

Me siento en la cama poniéndome unos converse negros.

—Mierda—maculle intentando pararme, y aún no había terminado de trenzar los cordones.

Rihanna soltó una carcajada, burlándose de mi incómoda situación.

—¡Cállate!— le espeté saliendo de la habitación, colocándome la bata del psiquiátrico, que habían enviado a mi departamento la noche de ayer.

—¡Qué tengas buen día!— gritó Rihanna desde la habitación, aún riéndose.

Cuando salí del edificio, el chófer me miró con mala cara.

—Qué sea la primera y última vez, que me deja esperando aquí 2 horas.

—Okay— respondí sin mirarle, terminando de arreglar la bata.

El chófer que era un joven que yo le calculaba unos 24 años de edad, un tanto atractivo, abrió la puerta trasera , y señaló el asiento.

—Gracias— murmuré.

No respondió y solo rodeó el auto, subiéndose en el asiento del piloto.

<<★★★★★>>

El psiquiátrico no se encontraba muy lejos de mi apartamento, por lo que el viaje fue corto, pasamos en busca de Lex, pero dada la tardanza se fue por su cuenta.

El chófer me dedicó una mala mirada luego de bajar del auto, cómo mínimo me guardará rencor de por vida.

El día ha transcurrido tranquilo.

Me encuentro de pie a un lado de la recepción, leyendo algunos diagnósticos que me entregaron a penas llegué.

—¿Y qué te preocupa?