Condenados A Amar

Capítulo 1

—No puede ser, ¿Crees todavía en el?—Preguntó Rihanna viéndome fijamente.

—Es un maldito, lo sé—Reconocí

Me encontraba con la vista fija en mi ordenador. Haciendo una de mis cosas favoritas, Estudiar.

Rara, si soy.

Tuve años pesados desde chica, Desde siempre me prometí algo mejor para mí, Y algo mejor lo obtendría estudiando.

Aún estaba la opción de casarme con un señor de edad, para así obtener su herencia. Pero por los momentos estudiaría.

—Es qué aún no lo capto..—Siguió Rihanna en un intento de explicar con movimientos vagos en sus manos—El te marca, Y tú vas como si fuese el último hombre en el mundo. La pajarita se quedó pendeja.

Terminó de decir haciendo énfasis en la palabra <Tú>.

—¿Pajarita?—Pregunté en tono burlesco.

—Sí. Pajarita—Confirmó de mala gana.

Murmure un "Okaay" y seguí leyendo un documental de expresiones corporales.

Ya había terminado la universidad, me estaba especializando en una de las ramas de medicina mental. Y ya era toda una Psiquiatra.

Me encantaba mi carrera, me satisface leer a las personas, y saber que puedo aportar mi conocimiento en su mejoría.

—¡Ya son las 2pm Pearl!—Exclamó Lex un ex compañero de la universidad, y ahora casi compañero de trabajo.

Como buenos estudiantes, recibimos una especie de beca, A trabajar en una de las Clínicas mentales más importante del país.

Lex Graduado en psicología y yo pues ya saben.

Hoy tendríamos una prueba con el que sería nuestro jefe, uno de los tipos más atractivos de toda Inglaterra.

Me moja solo con pensar en el, y que ahora tenga la posibilidad de que sea mi jefe, cumple un cliché de libros de wattpad en mi vida real.

—¡YA CORRE!—le grite a lex tomándolo desprevenido y salí corriendo de la habitación para salir del apartamento, con mi bata de laboratorio.

—¡ERES UNA MALDITA TRAMPOSA!—Recriminó lex, siguiendome el paso

Mi apartamento se encontraba en el campus de la universidad, Donde tendríamos la reunión con "Men'scott".

Lenox, lex. Me siguió el paso acercándonos al director. Junto a él se encontraba un hombre con un traje negro con los primeros botones descolocados dejando ver su camisa blanco de bajo, mostrando un poco de su brillante piel.

Él, poso su mirada en mí, sentí que la piel me ardía solo con su mirada.

Sentí, que ante su elegancia no me veía tan mal.

Mi vestimenta se basaba en: Un jersey gris, por encima de el, mi planchada bata de laboratorio, con un pantalón negro, acompañado con unos tacones no tan altos, o si no ya me hubiese matado con la corrida que dí.

—Justo a tiempo. Los presento—La voz gruesa y demandante de aquel hombre frente a mi, cortó al director.

—Yo puedo presentarme—Hizo una pausa, en un intento de carraspeo—Harold Scott, Señor Scott para ustedes.

Su voz gruesa, Hizo estragos en mí, menudo tío.

El chico le extendió la mano a lenox, quien se la tomó mientras decía su nombre y luego me la extendió a mi.

Dude en tomarla, sintiendo como si aquella mano pudiese hacerme daño con solo tocarme.

Finalmente le devolví el gesto.

—Pearl Jesper.

—Jesper—Murmuró más para él, como una especie de afirmación.

Moví el brazo en sentencia de que ya podía soltar mi mano, cuando el chico levantó mi mano depositando un suave y gentil beso en mis nudillos.

—Un gusto. La prueba es hoy; No tendrán segundas oportunidades.—Inquirió el señor Scott, mi con suerte jefe.

—No tomamos en cuenta las segundas oportunidades señor, cuando con una podemos hacer todo—Respondí.

La mirada de Harold, se deposito en mí, viéndome fijamente, Percibí una pizca de triunfo en sus pupilas, el color de sus ojos era un negro muy oscuro, como la noche.

—Es un honor para mí, Ver como mis estudiantes evolucionan en sus maestrías. Espero verles luego..—Hablo el director rompiendo el silencio

—Por supuesto director—Respondió lex al ver que yo no me atrevía.

Al momento que Harold quitó su mirada de mi dejo a la vista una sonrisa ladina, y elevo su mano derecha haciendo un moviendo con su dedo índice, uno de los hombres que se encontraba en una de las camionetas negras camino en dirección hacia nosotros.

—¿Sí, señor?

—Lleve a los doctores a su prueba—Dijo con una sonrisa demoníaca.

                             ☆▪︎☆▪︎☆▪︎☆

—Estuvo difícil—Dijo lenox situándose a mi lado cuando bajamos del auto.

—¿Qué?—Pregunté

—La situación de hace nada..

—Ah ya, sí—Respondí indiferente

Me quedé sorprendida, por la belleza de lugar que era el interior de lo que por el exterior parecía una clínica común.

El hecho de que estuviese caminando sobre las cerámicas de piso más limpias que había visto, me dio pavor, sin querer ensuciar con mi existencia dicho lugar, varias personas con batas y carpetas transitaban por doquier.

—¿Lenox Smith y Pearl Jesper?—Preguntó un chico de cabello castaño, muy atractivo

Ambos asentimos, y el chico Murmuró un "Vengan conmigo".

Le seguimos el paso.

El chico nos dio un recorrido por la clínica, pasando por el frente de las habitaciones principales.

—Estás primeras habitaciones son consideradas como primera clase. Aunque también existen las habitaciones de fuerza de primera clase—Explicó el chico—Cada que se baja el ascensor bajas un nivel, el último del edificio ya son las oficinas de los jefes e socios.

<<—Como aún se desconoce su destreza en esto, empezarán en el último nivel, Donde se encuentran personas no tan graves. Por lo cual no están en esta área.

—Disculpa mi intervención—Habló Lenox a lo que el chico solo le asintió—¿Quiere decir que la primera clase no es por...Ya sabe nivel económico. Sino por gravedad?

—Sí. El fundador de Men'scott no es clasista.

—Era una duda—se limitó en responder Lex

—¡Mario!—Gritó una nueva voz captando la atención del chico que nos acompañaba, el portador de la voz llegó hacia nosotros, colocándose una mano en el pecho con exageración—Él joven Lenox Smith, no pertenece a esta área

Hablo por fin, avanicandose con sus manos.

—¿Eres vacante de psicología?—Preguntó el chico que antes estaba con nosotros volteando a ver a Lex.

—¿Sí, por?

—¡¿Porqué no lo dijiste antes?!—Preguntó nuevamente el chico, Mario

—No lo sé, no preguntaste..

El chico se paso una mano por el rostro con ansiedad, Mientras se mordía las uñas de la otra.

—Me. van. a matar.—Repuso Mario luego de unos segundos