Mentiras a medias

XIII

La recuperación de Kanon había sido satisfactoria, lenta, pero con un buen pronóstico. Había pasado tan solo un par de días desde que despertó, aunque débil, por el tiempo que había estado en coma y también por la infección que estaban tratando actualmente, apenas si tenía fuerzas para poder hablar. Aun así, Saga siguió visitándolo todos los días, durante la tarde, mientras que por las noches seguía atendiendo a sus clientes. Cuando supo que su hermano había despertado, una sensación de felicidad lo invadió, sintiéndose como un bálsamo para su triste corazón.

El médico había hablado claramente con Saga, cuando a Kanon le dieran el alta médica necesitaría ir a terapia, había pasado tantos años en cama que tenía que aprender a caminar otra vez, entre muchas otras cosas, para poder reintegrarse y valerse por sí mismo una vez más. Sería lento, pero no imposible de conseguir.

Lo haría, Saga estaba seguro de eso, aunque eso significase seguir manteniendo su trabajado por un tiempo más. Cosa que se le estaba siendo cada vez más difícil de soportar; aun así, lo haría.

-¿Cómo estás? -preguntó a su hermano mientras le ayudaba con el almuerzo. La enfermera que estaba por llevar la comida a la habitación lo encontró en el pasillo y Saga le pidió que fuera él quien le ayudara; la enfermera no pudo negarse.

-Bien... -dijo lento, mientras abría la boca para que su hermano lo alimentara- Lo único que quiero hacer es salir de esta cama... -rezongó, era extraño escucharlo hablar tan pausado.

Apenas habían pasado un par de semanas desde que había despertado y estaba consciente, sin embargo, eso fue suficiente para que quisiera salir arrancando de ese lugar el mismo día que despertó; odiaba la cama, la comida, el olor a desinfectante y los benditos sonidos de las máquinas, eran una verdadera tortura.

-Estuviste siete años en esta cama, puedes aguantar un poco más. -dijo Saga entre broma, dándole otra cucharada de la crema de espárragos que tenía en el plato, por lo menos ya estaba libre de las sondas que tenía en la garganta y en su parte íntima, que era un gran avance.

-Solo porque estaba durmiendo... no quiero estar ni un minuto más en este lugar. -gruñó. A Saga le parecía tan irreal esta situación, quizás porque descubrió que se había acostumbrado de cierta forma a no oírlo. Sabía que no le tomaría mucho tiempo acostumbrarse y, mirando hacia atrás, esos siete años parecían ser solo un mal sueño.

-Si sigues con esa energía, pronto saldrás de aquí. -la voz del médico se escuchó e hizo que ambos hermanos lo miraran. Al doctor le parecía fascinante como es que ambos podían ser tan idénticos, no es que no haya visto gemelos antes, pero es que ellos eran prácticamente iguales, y aunque Kanon estaba mucho más delgado y demacrado que su hermano, estaba seguro de que en sus mejores momentos habían sido difíciles de reconocer.

-¿En serio? -fue la respuesta que dieron ambos al escuchar al doctor. La risa contagiosa del hombre se escuchó por toda la sala, se acercó hacia donde estaba Kanon para revisar sus signos vitales.

-Has estado recuperándote muy bien, a este paso, en menos de una semana estarás fuera de este hospital. -dijo el médico. Los ojos de Kanon parecían brillar de las ansias que tenía por poder salir de ahí, era totalmente incómodo permanecer en ese lugar, cada día era un suplicio- Aunque tendrás que seguir el tratamiento que dejaré y hacer las terapias. -le comentó el doctor. Kanon podría imaginarse que su recuperación tardaría más de lo que pensaba, pero daría todo de él para recuperarse, mientras se quejaría de todo.

-Lo hará. -dijo Saga- Me encargaré de eso. -terminó. El doctor le palmeó delicadamente la espalda a Kanon, quien tragaba despacio.

-Tienes un buen hermano, Kanon, no desaproveches esta nueva oportunidad. -el gemelo menor aún no entendía cómo podía estar vivo y le emocionaba el pensar en todo el tiempo que estuvo su hermano cuidando de él. Se abstuvo de decir algo, pues hablar más de cinco minutos le hacía irritarle la garganta, por lo que tenía que hacer pausas para no terminar con un daño extra.