Capítulo XXIII

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Azul se sube a la camioneta de Ann, y conecta los auriculares en su celular. Apoya su frente sobre las palmas de sus manos y cierra sus ojos, mientras algo de música clásica invade sus oídos, alejándola de los comentarios de las mujeres que van en el asiento delantero.

Su mirada recorre cada lugar que Ann va dejando atrás, pensando en Bastian y en Thomas.

Ella cerró sus ojos momentáneamente y deseo con todo su corazón haber podido ser Lisa. Hubiese abrazado con fuerza al jugador y habría besado con delicadeza sus labios para que él no se olvide de ella mientras estuviera en Qatar.

Azul sacude su cabeza y abre sus ojos mientras ve a Ann manejar en tranquilidad, ya que Ana se había dormido con la cabeza apoyada en la ventanilla.

Ibiza. 12 de enero

– Amo el sol de España. – Murmura Ann mientras se ponía los lentes y estiraba su cuerpo en la reposera.

Ana se quita su vestido, y lo acomoda en su bolso. Se acuesta en la reposera y mira a Azul, que seguía aun con su short y remera. – Vamos, hace calor. –

– ¡No! No me sacare la ropa estando con ustedes dos. – Murmura ella en voz baja mientras toma asiento en la reposera del medio.

– Vamos, si tienes un cuerpo precioso. –

Ambas se pusieron de pie y le sacaron la ropa a la joven que se hizo aún más pequeña en la silla, para no pasar vergüenza con sus compañeras. Escondió su rostro detrás de unos lentes y se estiro en la pileta.

– En serio, las odio. – murmuro ella mientras las observaba avergonzada.

Las chicas sacudieron sus cabezas y se rieron. – Iré por tragos. – Anuncio Ann mientras ataba un pareo a su cadera. – ¿Qué quieren tomar? –

– Vodka con frambuesa y mucho hielo. – Pidió Azul sonriendo.

– Yo....Mmmm....Un maracuyá con vodka. – Ana sonrió y luego se puso de pie. – Iré a darme un chapuzon en el agua.

Azul asintió con la cabeza y luego tomo el celular entre sus manos. Entro a whatsapp y frunció sus labios al abrir su chat con Bastian y notar que él estaba en línea y no le había respondido.

– Tranquila Azul. Él está preparándose para la temporada. Tranquila. – Se murmuro en voz baja mientras salía de la aplicación y dejaba el celular a un lado. Cerró sus ojos con fuerza y suspiro.

Ann le entrego el vaso, y Ana se acercó a ellas. Chocaron copas y Azul se bebio el trago en un sorbo. – Necesito otro. – Murmuro.

Se acercó a la barra y se sentó mientras sus acompañantes tomaban sol. Sentía un dolor en su pecho, como si algo estaría saliendo mal, por lo que comenzó a beber una copa detrás de la otra, y el dolor se pasaba con cada trago.

Su cuerpo temblo y cerró sus ojos con fuerza. Recordo la mujer con la que choco, ¿Por qué se le hacía familiar?

– Quiero este chocolate. – Pidió el pequeño Lahm mientras Azul tomaba unos caramelos para Bastian. Algo le llamo la atención y no le hizo caso al pequeño.

Entrecerro sus ojos, y prestó mayor atención a la joven que estaba sentada en el sofá. Estaba al pendiente al reloj que llevaba puesto en su muñeca. La mujer desvió su mirada, y Azul la siguió. Miraba a Bastian, a su Bastian.

Ella abrió sus ojos y apretó la copa con fuerza, con tanta, que el cristal se rompió en su mano, cortando su piel, haciendo que sangre.

¿Y si Bastian la engañaba? ¿Podría él hacerlo? 

Azul ocultó su rostro detrás de sus manos, haciendo que el mismo se llenase de sangre. Las lágrimas caían sin control alguno. 

Eres un sueño inalcanzable |Thomas Müller.| |Novela Finalizada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora