Capítulo XXIV

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Hacía un calor espeluznante aquella mañana en Qatar, mientras el equipo de Baviera comenzaba un nuevo entrenamiento, en aquellas tierras. Pep le daba unas cuantas indicaciones a los más nuevos, y los más antiguos en el club ya se habían puesto en grupo para empezar a calentar.

Philipp observa a Bastian con sus ojos entrecerrados. Su mejor amigo está entrenando apartado a ellos, y no deja de observar su reloj de mano, como si este estuviera deseando que el entrenamiento acabase.

Thomas se acerca al capitán del Bayern y lo abraza – ¿Qué sucede Phil? – Consulto mientras lo observaba curioso.

Este sacude su cabeza y niega con su cabeza. – Nada. Me he quedado tildado. No te preocupes. – Esboza media sonrisa de lado, y prosigue haciendo jueguitos con sus piernas, sin quitar la vista de su mejor amigo.

Thomas suspira y asiente con la cabeza, mientras sonríe de medio lado. Se dirige a donde están Mario y Robert y comienza a calentar con ellos mientras corren y trotan. Él también observa a Bastian, lo notaba raro, desde que se habían subido al avión que lo notaba como si ocultaba algo y no saber que era no le gustaba.

– Bastian se ha ganado la lotería con su novia, ¿No lo creen? – Consulta Robert mientras estiran.

Thomas desvía la mirada de Bastian y observa a su compañero polaco. –¿Por qué lo dices? –

– No lo sé. Es joven, simpática, dulce, Argentina. Parece ser buena chica. –

– Aunque primero fue de Thomas. – Murmura Mario y Robert lo observa. Thomas le pega en la nuca.

– ¿Cómo? – Pregunta Lewandowski. – ¿Eso es cierto Thomas? –

– Sí. – Responde Mario de inmediato

– ¡No! – Murmura el del dorsal 25 mientras se sonroja. – Nunca fue mía. – Murmura con un suave tono amargo en su voz.

– La dejo plantada en su cita. – Acota Mario

– ¡Thomas! ¿Qué? – Pregunta el polaco. – ¡Invitaste a Azul a una cita! ¿Hiciste eso? – Pregunta en voz alta haciendo que Marco y Thiago los observen a los lejos intrigados.

– No lo grites. Dios mio polaco. – Müller se pasa las manos frustrado por su rostro. – Había invitado a Azul a un bar por el centro. La cuestión es que esa misma noche Lisa hizo una cena con sus padres y no pude fallarle. – Susurra mientras cierra sus ojos. – Días después...Ella ya estaba con Bastian. – dice con un tono amargo en su voz. Suspiró y se sentó en el suelo.

Robert se sentó a un lado de él y lo observó. – ¿Te atraía? –

Thomas cierra sus ojos y oculta su rostro detrás de las palmas de sus manos ¿Le atraía? Sí. Si que le atraía, desde que le había gritado en el aeropuerto que le atraía. Esa sonrisa y su inocencia. Asiente con suavidad y sus amigos se observan y palmean su espalda.

– Tranquilo. – Murmura Mario




– Mira lo que tienes en tu mano. – Chilla Ann escandalizada al ver la mano de su amiga. – ¡Ana! Ven aquí. Nuestra amiga esta borracha y con la mano cortada. –

La mujer de Lewandowski se acerca rápidamente a sus amigas y niega con la cabeza. Ayuda a Ann a tomar a Azul y ambas la llevan a la habitación del hotel donde se estaban hospedando.

Primero hacen una parada técnica en el baño ya que la joven tiene que vomitar y luego la tumban en su cama, mientras Ann busca el botiquín.

– ¿Por qué estas borracha? – Pregunta la polaca.

Eres un sueño inalcanzable |Thomas Müller.| |Novela Finalizada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora