Eres un sueño inalcanzable |Thomas Müller.| |Novela Finalizada|

Capítuo XVI

Han pasado diez días desde el partido de Champions, y diez días desde el momento en el que Azul se ha quedado con Bastian en su casa. Ese fin de semana fue muy especial, ya que después Bastian la llevo a una reunión que Mario celebro en su casa, y allí había más jugadores de la selección alemana.

Había entablado una buena relación con ellos, y se había tomado muchas fotos con ellos, por suerte, aquella noche, Thomas no había ido, por lo que se había sentido algo mejor, y se la había pasado conversando con Mats Hummels y Erik Durm. Les había caído muy bien en persona, y eran igual de divertidos en persona que como lo eran por videos.

Ahora ha visto poco a Bastian, ya que él se ha abocado de lleno en volver al equipo, por lo que se ha pasado la semana recorriendo Baviera, junto Lucero, la joven que conoció el día de la presentación de Bale y Reus para el Bayern, y juntas han salido.

Lucero se ha portado como una excelente guía turística. La ha llevado a museos, bares, cafeterías, y han pasado bastante tiempo entrenando juntas. Por la mañana salen a correr o a patinar, y por las noches también vuelven a hacerlo.

Azul está sentada sobre su cama leyendo un libro, titulado “Fangirl”, se lo ha comprado la tarde anterior, y se encuentra ya por la mitad del libro.

Su celular comienza a vibrar a su lado, y ella lo toma entre sus manos. Es un mensaje de Reus. Desbloquea la pantalla de su celular con una sonrisa, y abre la aplicación de Whatsapp.

Reus: Blaur! ¿Qué dices si mañana viajamos a Dortmund? Podríamos ir a ver a los chicos jugar su último partido, y podríamos ir a Cocaine luego. Ya sabes, el local de mi amigo Marcel.

Azul sonríe ampliamente mientras lee el mensaje. Reus se ha vuelto alguien bastante cercano a ella. Lo considera un amigo, y le alegra que él la tenga en cuenta como para invitarla.

Azu: Reus! Estaría encantada de ir contigo a Dortmund. Acepto.

Ella no quita la mirada del libro, pero aún mantiene su celular entre sus manos. Reus tarda pocos segundos en responderle.

Reus: Estaré como a las ocho de la mañana por allí. Mario y Robert vendrán con nosotros. No desayunes. Lo haremos en mi casa de allí.

Ella responde con una carita sonriente, y vuelve a dejar su celular a un lado. Cierra la tapa del libro, y suspira mientras se pone de pie. Camina con lentitud hacia la ventana, y corre las cortinas blancas, y se queda admirando el paisaje cubierto de nieve. Dibuja caritas sonrientes en el vidrió, ya que lo ha empañado con su aliento, y sonríe como una niña pequeña.

 Faltan tan solo cinco días para navidad, y ella aún no ha encontrado el regalo perfecto para Bastian. Tampoco sabe que regalarle, que es lo adecuado para él. Ella suspira, mientras se hipnotiza con el paisaje. Ni siquiera sabe que sucede entre ellos dos. Se han besado en algunas oportunidades más, si, pero nunca ha habido sentimientos de por medio. Azul tampoco sabe cómo manejar la situación porque nunca la ha vivido en Argentina.

Observa como un copo de nieve se desliza por el cristal de la ventana, y cierra sus ojos con fuerza. Puede recordar con calidez la noche en la que durmió entre sus brazos, sintiéndose protegida de estar alli. De como él la cuido y procuro que se cure. Como paso en vela la noche del domingo cuando la fiebre subió. Muerde su labio, y sonríe. Bastian… Bastian le gusta.

Su mano se desliza al cristal de la ventana, y vuelve a empañar el vidrio. Su mano traza delicadamente un nombre, y al abrir sus ojos se sorprende, “Thomas Müller”. Él aún sigue en sus pensamientos y en su corazón. Muerde sus labios con fuerza, y siente que las lágrimas se acumulan en sus ojos nuevamente. Esconde su mano en el pullover que está usando, y borra con furia el nombre.