Capítulo XXVII |El final|

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Los días comenzaron a transcurrir con normalidad, en la ciudad de Baviera.

La temporada estaba a punto de comenzar, y con ello los jugadores comenzaban a volver de sus cortas, pero aun así vacaciones.

Algunos hablan animados en el vestuario del Bayern, mientras otros se duchaban. Thomas se encontraba con Philipp cuando la puerta se abrió y lo vieron entrar.

Bastian traía su bolso sobre su bolso izquierdo, y unas gafas negras se encontraban en su rostro. Les dedico una sonrisa a todos, y pocos se la correspondieron.

Marco y Mario al verlo, se pusieron de pie y se fueron de allí. Ambos eran amigos de la chica, y sabían todo lo que ella había sufrido por él, y preferían evitarlo, a confrontarlo.

Thomas se escabullo de la ducha y no pasaron más de cinco minutos, cuando el capitán comenzó a gritarle.

- ¿Qué has hecho? ¿No te has dado cuenta? ¡Has herido a la pobre! Todo por ser un idiota, ¿Qué tengo que hacer contigo Bastian? ¿Sabes cómo ha estado Azul? Se la ha pasado llorando unos cuantos días.-

Los gritos cesaron cuando Pep entró al lugar, y separo a Philipp de Bastian. El entrenador les pidió a ambos hombres que se calmasen, y el capitán decidió marcharse.

Azul se bajo de un salto de la camioneta de Marco, y lo hizo unos pocos segundos después.

- ¿Por qué siempre que venimos a Cocaine hace frío?- Se queja Azul mientras se abraza a su propio cuerpo.

Marco se ríe y le pone su campera de cuero sobre sus hombros.-Tú vienes desabrigada.-

Marco toma su mano y hacen unos cuantos pasos, para encontrase a un buen grupo de personas que ambos conocen bien. Mario, Ann, Robert, Anna, Auba, Marcell, Robin, Mats, Kuba, Agata, Łukasz, Jakub y Erik.

Todos se dirigieron al vip, y pidieron tragos. Las mujeres ya bailaban animadas y ellos las observaban en silencio, con una gran sonrisa.

Azul baila con Erik, y Mats los observa a la distancia, mientras le da un sorbo a su vaso de whisky. Marco lo empuja para que se acerque a ella, y él sonríe. Le toma la mano a Azul y la lleva a la otra punta de la pista, alejados de todos los demás.

Ellos comienzan a bailar juntos. Azul mueve su cadera, mientras cierra sus ojos y ladea su cabeza de un lado al otro. Mats tiene sus manos en su cintura, y le sonríe en todo momento. Y cuando ella abre sus ojos y lo observa con una sonrisa, él se acerca a su cuerpo, y la besa. Azul abre sus ojos de la sorpresa, y luego se acopla al beso. Le agarra los hombros al joven y acaricia su cabello.

Se separa con lentitud, y apoya su rostro sobre el pecho de Mats. Se queda allí, quieta, escuchando los latidos de su corazón, y sonríe, mientras siente como él acaricia su espalda.

Vuelven un rato después tomados de la mano, y Marco le sonríe a Mario. Ambos levantan sus pulgares, y el 19 suspira algo triste por su otro amigo. Aquel que no había dejado llevarse por sus sentimientos.

Azul tomó asiento sobre las piernas de Mats, y acepto el trago que Ann la tendía. Ambas brindaron y luego la argentina se bebió el trago de un sorbo.

-No te pongas tan alegre, que mañana viajas en avión.- Le recuerda gentilmente Mats en su oído mientras acaricia su pierna.

Los colores se acoplan en las mejillas de Azul, y esta asiente con la cabeza, y le da un sorbo a la bebida.

Bailan todos juntos, y a la salida Mats la encamina a su automóvil. Ella se saca las zapatillas y las tira al asiento trasero. Cierra sus ojos, y nota como Mats se pone marcha, rumbo a su hogar.

Él levanta el cuerpo dormido de la joven y cierra la puerta del automóvil con su pie. Azul ronca entre sus brazos, y a él le parece tierna en aquel momento.

La deja en la cama, y le quita la remera larga, el short, las medias largas negras y los borcegos. Le pone una camiseta suya y unos boxers y luego la arropa en la cama. Él se quita los pantalones, la camisa, y las zapatillas y se deja caer a un lado suyo, y la abraza con fuerza a su cuerpo.

- Bueno ya sabes debes de volver a Alemana.- Le dice Marco a Azul mientras la abraza con fuerza.

Ella asiente con la cabeza, y le acomoda la gorra.- Claro que sí nene.- Lo abraza.-Gracias por venir a despedirme.

- No hay de que.-

Ella se suelta de Marco, y abraza con fuerza a Mario y a Ann.-Gracias por todo chicos.- Murmura

- Gracias a ti.- Responden ambos mientras besan su mejilla.

- Les di mi dirección, así que quiero que alguna vez me llegue una carta de ustedes.- Murmura mientras se suelta.

Mats camina a ella, y le entrega el oso de peluche que le compro antes de llegar al aeropuerto. Ella lo abraza con fuerza, y él besa su frente, y luego deja un suave beso en sus labios.

- Nos estamos viendo.- Susurra él

-Sí. Así es.-

Azul se separa de él, y se pone en puntitas de pie. Mario suspira, porque sabe lo que busca, y bien sabe él, que su amigo nunca llegara.

La voz del parlante anuncia que todos deben ir abordando el avión. Azul los abraza a todos, y entra al mismo. Observa el paisaje de Alemania por última vez y cierra sus ojos.

Y piensa en Thomas, y piensa que él siempre ha sido, es y será un sueño inalcanzable para ella.


Eres un sueño inalcanzable |Thomas Müller.| |Novela Finalizada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora