Narra Bastian.
La mire detenidamente era muy bella, le acaricie el brazo para que se calmara.
– Tranquila, no va pasar nada, cualquier cosa le decís que fue mi culpa, que vi una chica tan bella y no pude no traer acá. – reí suave.
Pasaron los minutos de juego, ella está concentrada en este, yo no podía despegar mis ojos de su belleza.
Sonaba tonto que a mi edad todavía podía quedarme mudo frente a una mujer. Noto que tenía mis ojos sobre ella. Pude ver como su rostro se enrojecía, esto la hacía ver tan linda y joven. – Claramente sos del Bayern. – le comenté con una gran sonrisa
– ¿Por qué? – Me pregunto sin entender a donde iba. Tenía su labio inferior entre sus dientes mientras me miraba.
– Porque te queda muy lindo el rojo en la mejillas. – reí suave y bese estas, haciendo que ella soltará una pequeña carcajada.
Termino el partido, y al dirigir mi mirada al campo de juego pude ver a Thomas haciéndome una seña de que vaya al vestuario, supuse que la presencia de Azul no molestaría
– ¿Me acompañas a saludar a los chicos por la victoria?-dije entrelazando mis dedos en los suyos.
Noté como ella miraba nuestras manos unidas, sus mejillas se pusieron más rojas, y asintió con la cabeza. – Llamaré a mi madre para avisarle. –
Asentí mientras dolorosamente deshacía nuestro agarre y la veía caminar unos pasos lejos de mí. Sonreí de lado, mientras la veía caminar mientras sacudía su cabello, y gesticulaba con la mano que tenía libre. Me apoye en la pared, y me cruce de brazos, ¿De verdad había creído que mi celular era un numero falso? Sacudí mi cabeza al verla caminar a mí, y tomé su mano, mientras la encaminaba al vestuario.
– ¿Y qué dijo ella? – le pregunté sonriendo
– Ella te manda saludos. – comentó mientras hacía más fuerte el agarre ya que caminábamos entre medio de las personas, que nos empujaba para poder salir del predio.
Habíamos ganado cuatro a dos. Dos goles de Thomas, uno de Robben y otro de Marco. Una victoria que nos afianzaba cada vez más en la cima del torneo, y nos acercaba al trofeo de la Bundesliga.
– ¿Feliz con el resultado? – le pregunté mientras bajábamos las escaleras que nos llevarían a los vestuarios.
– Demasiado. – me respondió mientras sonreía y aplaudía emocionada.
– Sigo pensando que eres un espécimen raro. – le murmuré. Ella me pego en el brazo, y aproveche para acercarla a mí y besar sus cabellos.
– Cállate. – me murmuró cruzándose de brazos y sacándome la lengua. – ¿No hay ningún partido de la Mannschaft en este tiempo? Me muero si vuelvo a la Argentina sin verlos. – murmuró haciendo puchero.
Tragué en seco, mientras admiraba su expresión. Tenía ganas de acariciar su mejilla estamparla contra la pared y besar sus labios, pero quizás la asustaría y la alejaría de mí. Suspiré, y asentí la cabeza.
– Creo que un amistoso con Polonia. – le comenté haciendo que comenzará a aplaudir mientras nos deteníamos en la puerta de los vestidores.
(Fin narración Bastian)
La puerta del vestuario fue abierta unos segundos después de que Bastian la golpeara. El rostro sonriente de Philipp Lahm fue el recibimiento.
– Bastian, y Azul, ¿No? – preguntó. La chica asintió con la cabeza y una gran sonrisa.
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Eres un sueño inalcanzable |Thomas Müller.| |Novela Finalizada|
FanfictionEl primer amor para una niña, es aquel que queda marcado en lo más profundo del corazón, y nunca se olvida. Queda marcado en fuego en la piel, y el hombre causando de las sonrisa nunca puede olvidarse.