Capítulo 8. ¿Qué haré con este amor?

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Cuando regresaron a su salón, Bárbara le ofreció a Tomás sentarse a su lado.

-Está butaca está libre, pásate aquí, sirve que así dejas solos a Crystal y Jacobo -le dijo Bárbara.

"Quizá debería hacerlo y dejar a Jacobo a solas con su crush, es lo que un verdadero amigo haría", pensó para luego aceptar la oferta de Bárbara.

Al poco tiempo, Crystal regresaría al salón observando como aquella chica, al parecer, le contaba algo a Tomás quien reía ligeramente, sintiendo que ya lo había perdido para siempre. Sumida en esos pensamientos, ni siquiera se percató de las primeras veces que Jacobo le habló. Cuando se dio cuenta, este le pidió que le hiciera un dibujo en la mano, tal y como se lo había hecho a Tomás. Ella aceptó, pensó que quizá eso la ayudaría a despejar un poco la mente, pero no fue así, sus ojos y su pensamiento se seguía distrayendo al observar a ese par.

Cuando terminó de hacer el dibujo, se puso a escuchar su música, ya que la clase que estaba, la del maestro Luciano, se le hacía aburrida, ya que el profesor se la pasaba contando su vida.

Al darse cuenta de que Crystal estaba colocándose sus audífonos, Jacobo le pidió uno de ellos. Crystal accedió, sin más, entregándoselo. Jacobo lo recibió gustoso, feliz por compartir con ella ese momento que tanto anheló. Después de escucharla un rato, reconoció de inmediato la voz, pues él también era fanático del anime...

- ¿Acaso es Hanna Kanary? -Le cuestionó Jacobo con gran emoción.

-Sí -Respondió Crystal levemente.

-No sabía que también te gustaba -le dijo Jacobo de forma alegre.

-La escucho desde que era niña -Le contestó Crystal aunque sin tantos ánimos.

En su interior, seguía experimentando un mar de emociones al ver a Tomás compartir esos momentos, que antes compartía con ella, con alguien más y esto fue algo que se repitió con el paso de los días. Durante las clases veía como Bárbara le contaba algunas cosas haciendo reír levemente a Tomás, recordándole aquellas veces que ella hacia lo mismo, recuerdos que poco a poco parecían un eco lejano e imposible de repetirse. Luego, en el receso veía en la mesa un espacio vacío, y aunque aún hablaba con Jacobo, extrañaba la presencia de Tomás. En la salida lo veía salir junto a esa chica subidos en una moto, desatando una tormenta interna en su corazón, sin saber qué hacer ahora con todos esos sentimientos que tenía hacia él.

Jacobo, por otra parte, se encontraba esperando el transporte junto a Crystal y decidiría invitarla a ir por un helado, emocionado por la idea de pasar más tiempo con ella. Ahora que Tomás no estaba ahí, podía estar completamente a solas con Crystal, encontrando una felicidad radiante en cada momento compartido que hacía palpitar su corazón con un ritmo acelerado. Quería apreciar un rato más aquellos detalles de ella que le encantaban seguir escuchando su hermosa voz. Sin embargo, la respuesta de Crystal fue inesperada, ella le contestó que no.

-Esta vez no puedo -le respondió. -Quedé de verme con una amiga, pero otro día tal vez sí.

Jacobo se desilusionó tras su respuesta, de verdad esperaba pasar más tiempo con ella, pero pronto tuvo una mejor idea para hacerlo, o al menos un rato más.

-Te acompaño -Le dijo Jacobo. -No tengo nada mejor que hacer, si quieres te acompaño hasta la casa de tu amiga.

-Pues...si quieres -Le contestó Crystal, aunque en realidad quería estar sola pero no quiso ser grosera con él.

Jacobo accedió, gustoso, y en cuanto llegó el transporte Crystal fue la primera en subir, tomando asiento al lado de la ventana. Luego subió Jacobo muy emocionado y contento, sentándose al lado de Crystal. La observó un momento mientras ella veía hacia el exterior a través de la ventana y luego, con un ligero toque en el hombro, le preguntó...

Siento el mismo por ti <3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora