No debo de seguir perdiendo el tiempo aquí, ya hice lo que tenía que hacer. También logré mi objetivo de golpear a Jordin, uno de muchos golpes que están por venir. Es momento de realizar el siguente paso para poner en el ojo del huracán a ese par, como ya dije, tenga o no tenga la culpa Rakiel pagará por igual. Después de todo tiene algo que le pertenece a mí ardilla.
—Me estoy yendo.—Expresó al mismo tiempo que le da la espalda a Kostya.
‹Siento una extraña sensación en mi pecho, no sé si es por la ansiedad o por algún motivo agradable. Pero sé que es provocado por el motivo de que estoy yendo por Ciel.› Rossi sostiene su pecho, mordiendo su tembloroso labio.
Le aterra la idea de que inconcientemente vaya a proyectar en Ciel, los sueños que tuvo y quería realizar con su hijo. No quería eso, no quería convertir a Ciel en un reemplazo de su ardilla. Es por eso mismo que no tenía la intención de involucrarse con ese pequeño, porque la condición de Rossi sigue estando un poco inestable cuando se trata de su “supuesto hijo muerto.”
—¡¿Uh?!—Rossi detuvo su caminar al percatarse de esa suavidad y cálido tacto envolviendo su mano.
Dio la media vuelta y en ese instante giró suavemente su rostro, solo para percatarse que esa sensación provenía de la mano de Kostya. Envolviendo la suya con aquélla gentileza y miedo a lastimarte o causarle incomodidad.
Procedió a levantar ligeramente su mirada hacia arriba, su mirada fue atraída a la del contrario como si de magnetismo se tratará, quedándose ahí mirándose al mismo tiempo que el tiempo parecía congelarse.
‹Me gustaría tanto gritarle que Ciel es su pequeña ardilla, que tal como prometí no permití que ese animal se lo llevará, que lo sigo protegiendo y cuidado. Pero no puedo, no puedo decirlo porque hay un contrato en grabado en mi alma que lo impide. Un contrato que no puedo romper por nada en el mundo.›
Rossi se estremecio al sentir como esa mano que sostenía la suya, puso un poco mas de presión mientras que la otra mano de Kostya, se vuelve un feroz puño al punto de volver palidos sus nudillos.
—¿Kostya?
«¡Me disculpo, nuevamente fuí descortés!» Suelta rápidamente la mano de Rossi, dándose cuenta que había faltado a su palabra de no tocar sin permiso al de ojos lila.
—¿Se está disculpando?—Él solo asintió, ¿cómo es que le entiendo a pesar de no saber el lenguaje de señas? Tal vez solo soy bueno leyendo sus expresiones.—¿Por qué me detuvo...?—Rossi se quedó inmóvil ante la cercanía de Kostya.
Se suponía que Kostya no hace mucho se estaba disculpando por tocar la mano de Rossi, sin embargo en este momento se encuentra tan cerca que ambos podían sentir la respiración del otro sobre su rostro, pero el de ojos con heterocromia no lo hizo con doble intensiones, él solo quería ponerle su bufanda a Rossi.
—¿Esto?—Toca la peludita bufanda gris.
Estuvo a segundos de tumbarle los dientes sin embargo, mi puño se quedó a medió camino al percatarme que solo él solo quería cubrir mi cuello, con su bufanda. ¿Me vio con cara de frío?
Este cuerpo está acostumbrado a grandes temperatura de frialdad, por lo que este frío no es un problema pero no es lo mismo para mí, en mi cerebro hay registrada las diferentes temperaturas que podría soportar, son registros de mi vida como Rossi cuando viví en este lugar.
«Sus manos están frías y sus mejillas rojas por el clima.» Apunto el cielo, tocó su rostro para que Rossi entendiera un poco mas «Por lo menos la bufanda calentará sus mejillas...nos vemos.» Salió casi corriendo, con sus dedos rojos ya que, sin ser esa su intención había tocado las mejillas de Rossi.
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¿Perdonarte? jamás
General FictionACTUALIZACIONES TODOS LOS JUEVES. Salí del fuego para caer directamente a las brasas, todo lo vivido con él fue una vil mentira y cuando vine a darme cuenta ya había perdido mi vida. -Sí, todo está listo para la operación. El doctor expresó que la c...