Capítulo 8

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2 años atrás.

—¿De verdad le darás una oportunidad al humano ese?—Preguntó con desdén el argentino que miraba a Perú terminar de maquillar su rostro.

Ella solo asintió en silencio, aplicando su labial rojo como último retoque. Se levantó de la cama y se paró frente al de ojos amarillos,dando una vuelta y acomodando su cabello pelirrojo.

¿Qué opinas de mi look?—Cuestionó emocionada,su felicidad y emoción por su cita era notable.

Argentina se quedó mirando la coqueta vestimenta que traía puesta la fémina. Un vestido con escote en el pecho,un par de tacones del mismo color negro que hacían juego con la prenda.Tan bella y frágil,una completa diosa para un insignificante humano. Se mordió la lengua de envidia,no lo diría en voz alta,pero él deseaba ser la razón de esa sonrisa de aquella pelirroja.

Opino que te vez igual de hermosa como siempre—Contestó levantándose de la cama en la que estaba sentado, acercándose a ella para dejar un casto beso en su mejilla.

Sonrió escuchándola reír levemente,"que tierna" pensó una vez que ella lo abrazó, escondiendo su rostro en el espacio de su cuello y hombro. Relajándose un poco con el aroma a rosas que desprendía el perfume de ella,se separaron y en silencio le deseó buena suerte,se miraron mutuamente sin decir nada,el sonido de una llamada los obligó a dejar de hacerlo. La pelirroja sonrió mostrándole en pequeños brincos que se trataba de ni más ni menos que del chico con el que saldría esa tarde.

La vió contestar la llamada, mientras jugaba con sus cabellos rojos con su dedo, suspiró saliendo de la habitación, avisándole que se iría con sus demás hermanos a hacer lo que sea que estuvieran haciendo. Bajó las escaleras llegando a la sala en dónde un mexicano estaba roncando en un extremo del sillón y en el otro estaba su hermano chileno cambiando a cada segundo el canal de la televisión.

¿Me perdí de algo?—Se sentó junto al teñido, ignorando los ronquidos fuertes del hermano mayor.

Nada,todo está aburrido. ¿Y Perú?—Volteó a verlo, poniendo atención a la cara neutral del argentino.

Chile no entendía porque no había algo entretenido ese día,hasta haber contado cuántos pelos tenía México en su barba sin afeitar había sido más interesante.

Ya se irá con su cita—Agitó la mano restándole importancia,no tardó mucho el sonido de los tacones de la fémina se escucharon en la sala.

Ella se acercó a ellos,le dió un beso en la frente al  mexicano durmiente,uno en la mejilla al chileno y otro cerca del ojo al argentino. El último sintió sus mejillas arder de vergüenza por eso,junto a su corazón que latía a mil por hora.

¡Adiós!,¡volveré en un rato!—Exclamó cerrando la puerta con alegría.

Pronto quedaron en un silencio calmado,los grillos se escuchaban por doquier y Chile se estaba desesperando de escuchar ese sonido. ¿Cómo su hermano mayor podía dormir tan tranquilamente con esos insectos haciendo ruido?,no lo sabía,cosas de él,suponía. Rendido apagó la tele por curiosidad miró de reojo a su hermano desanimado,el cuál parecía pensativo a lo que sea que estuviera pensando.

Sería una noche larga.

Presente.

Bufó escuchando música ruidosa de los vecinos,por Dios era de mañana y sus vecinos ya empezaron con sus cosas. El pelinegro se sentó en la cama con los ojos adormilados,mirando al argentino que dormía a su lado con tranquilidad,se veía gracioso con el ceño fruncido que tenía. Sonrió inclinándose a costado removiendo los cabellos que cubrían el ojo izquierdo de la nación del sol.

»»----- 𝐏𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐝𝐨 -----««Donde viven las historias. Descúbrelo ahora