La curiosidad era un defecto que tenía en su sangre, siempre tan ansioso de querer saber los límites que todo ser vivo tenía. El querer descubrir como hacer llorar al hombre más valiente o hacer sufrir de la forma más dolorosa a sus enemigos. Esa intensa necesidad de hacer detonar el punto débil de cada country o humano que se topaba en su camino.
O también simplemente saber de qué forma continuaría la historia de los miles de k-dramas que Sur Corea le había mostrado. Al principio le costaba comprender porque a los mortales les encantaba esas historias de romances clichés que pasaban por la tele. Llegó a incluso a rechazar todo aquello que tuviera que ver con el entretenimiento actual y mejor optar otras opciones a la mano.
Como hacer yoga,hacer ejercicio,leer libros antiguos,libros históricos de otros países o cómo mínimo fantasioso de guerras. Cualquiera que no lo conozca diría que es alguien misterioso y de personalidad fría, especialmente porque su gente eran muy toscos con los extranjeros,la realidad era diferente.
Contrario a lo que uno pensaría,la nación asiática siempre tendría una sonrisa risueña en su alegre rostro. Lo que hacía más aterrador el hecho de que ese sonriente país causó masacres a pueblos que tuvo en su poder hace años.
A veces exageraba demasiado al probar cosas que no fueran de su tierra, solía ser o bueno aún era demasiado cerrado en cuánto a actualizarse como hacen otros países. Pero gracias a las insistencias de Japón con Sur y Rusia resultaban ser suficientes para alentarlo con intentar conocer lo actual.
Que gracioso a qué ahora en secreto veía dramas coreanos con Japón y Rusia cuando se reunían solo para pasar el rato.
Rusia y Japón. Los conocía por los padres de ambos que presentaron a sus herederos al joven China de ese entonces.
Todavía recordaba cómo el gran URSS con emoción clara en su rostro presentó a un niño de sangre soviética de tan solo 15 años. Demasiado joven para un puesto tan grande de nación,con solo ver los nervios en sus ojos podía saber lo tan presionado y lleno de expectativas que su padre tenía sobre él.
—Mi querido amigo,me gustaría mostrarte mi mayor orgullo. Mi hijo,Rusia—Exclamó con orgullo el soviético,una gran sonrisa se adornaba en su rostro habitualmente serio.
Detrás de él yacía un adolescente tímido de cabello negro y ojos grises,estaba ocultándose con timidez que parecía ser un defecto que a URSS no le gustaba. Puesto a que ya había escuchado quejas del pelirrojo hacia hijo,que era perfecto como líder pero que con esa timidez no era más que un defecto que necesitaba erradicar si quería que fuera el ruso perfecto de toda su historia.
China suspiró con una sonrisa apagada, extendió su mano al pelinegro que aceptó el apretón en un gesto nervioso. El asiático solo pudo pensar "es solo un niño" al verlo querer tener a toda costa la aprobación de la única figura paterna que tenía en su vida.
Al menos así fué hasta que la unión soviética cayó del trono ,de aquél que tanto disfrutaba tener en su poder. En las sombras observando como toda aquella tierra que fué gobernada por URSS notó al pobre niño,asustado sin saber que hacer en un situación crítica como el desastre que estaba viviendo.
No le quedó de otra más que apoyar a ese indefenso niño,a instruir sus conocimientos y consejos para que pudiera sobrevivir en ese mundo tan cruel en el que vivía. Todo fuera por la promesa que había hecho.
"Cuida de Rusia por mi hasta que pueda hacer las cosas por su cuenta".
Con el pasar del tiempo Rusia le ganó un cariño y respeto al maestro que tuvo en su momento. Siempre mostrando su admiración hacia él haciéndolo su socio y mejor amigo, después de todo, era lo único que le quedaba de su padre.
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»»----- 𝐏𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐝𝐨 -----««
FanfictionUn mundo en dónde las normas que impuso USA como primera potencia deben ser cumplidas por parte de ONU. Incluso si USA como creador las llega a romper. Advertencia de mpreg. De momento habrá un ship fijo en la historia el cuál será mi favorito. USA...