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DIANA

Pasaron varios días desde lo de Allison y todavía me cuesta procesar lo sucedido, sus padres están muy triste por su perdida y gritan que encuentren al causante de la muerte de su hija

Los mensajes del extraño no volvieron a aparecer y mucho menos sus encuentros, me encerré en mi habitación por esos días, sintiéndome culpable de lo sucedido

Hoy tengo que volver a la universidad porque ya había perdido demasiadas clases así que me levanto como puedo y me voy cerrando la casa con llave

En el transcurso me pongo los auriculares tratando de no oir si vienen pasos detrás mío como la última vez, quedé algo asustada después de eso

Cuando llego veo como mía me abraza sorprendida de que estuviera en frente de ella

—Volviste – dice con una sonrisa

—No podía perder más clases – digo cortante y me meto a clases

Me siento en mi lugar mientras que el profesor de literatura habla sobre el libro que tendremos que leer para el siguiente examen, ignoro sus palabras y miro la ventana

Cuando el timbre suena veo a mía junto a mateo en la mesa, al aire libre, me siento junto a ellos que juegan verdad o reto mientras que yo leo uno de los libros de la biblioteca

—¿Quieres jugar Diana? – pregunta con una sonrisa

—No gracias – digo sin mirarlo

—Vamos, una sola – dice Mía y en ese momento la miro, seguramente me tengo que dejar de hacer la cabeza y tratar de olvidar lo sucedido, como un adolescente normal

—Bien – rodeo los ojos y me enfoco en ellos

—¿Verdad o reto? – dice Mía con una sonrisa mientras que se sienta sobre la mesa para mirarnos a ambos

—Reto

—Te reto a que le pidas el número – me señala con la cabeza a Jacob, el típico chico que leemos en los libros que juegan fútbol americano y tiene a todas

—Ni de coña – digo con una sonrisa

—Vamos, después lo eliminas si quieres – dice ella empujando mi hombro

—No

—Dejala mía, sabíamos que era una cobarde – dice Mateo mirando a otro lado

En ese momento me levanto de la mesa y camino hacia Jacob que se encontraba con su grupo de amigos en una mesa no muy lejos de nosotros, cuando notan que me acerco a ellos me mira

—¿Si? – pregunta Jacob alzando una ceja

—¿Me das tu número?

—No

—Bien – digo dispuesta a irme

—Alto, yo te lo doy – dice uno a su lado poniéndose a mi lado —Es medio gruñón Pero háblale

Jacob lo mira con una ceja alzada y me doy vuelta para irme, veo a mía con una sonrisa burlona al igual que Mateo que solamente aplaude silenciosamente

—Sabia que podías – dice Mía y yo guardo el papel con el número de Jacob en mi bolsillo trasero

Rodeo los ojos y me pongo firme cuando siento una pesada mirada sobre mi nuevamente, hace días que no la sentía y volver a hacerlo hace que me ponga ansiosa

Miro para todos lados buscando al causante de esto Pero solamente veo personas comiendo y leyendo, en sus mundos básicamente mientras que yo miro para todo lados

EL ASESINO DEL ESPEJO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora