parte 40 (Final)

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La Intensa luz bañaba los cuerpos de ustedes dos, comenzabas a despertarte. Pero te parecía extraño el lugar que te rodeaba, claramente no era tu habitación, ni la cama y tampoco tenias las uñas pintadas la noche anterior.
Sentías los brazos de una persona abrazándote desde atrás, las acariciasté, pero notaste algo; Akira no llevaba anillos, rápidamente te volteaste y allí lo viste, no podías creer lo que estaba pasando, habías terminado con aquel hombre hace mucho tiempo. Retrocediste cayendo de la cama, arrastraste contigo al acolchado oscuro y desde un rincón te tapabas con el artefacto mientras observabas como Aoi se despertaba confuso.
- Buenos días- dijo esbozando una sonrisa de oreja a oreja. - ¿ Estás bien?- preguntó.
- Aoi... ¿ Qué pasó?- temblabas mirando al morocho -Todo iba tan bien- comenzaste a llorar asomando tu cabeza a tus rodillas y sentías que Aoi te trataba de consolar mientras te abrazaba. Las preguntas invadían tu cabeza y la verdad se asomaba como una cruel tormenta eléctrica.
- Mi amor ¿Qué ocurre?- preguntó preocupado.
- Había terminado contigo- dijiste entre llantos
-¿ De qué hablas? Nosotros nunca terminamos- dijo Aoi, mientras levantaba tu rostro para verte a los ojos.
Lentamente comenzaste a tranquilizarte, a acomodar las piezas del rompecabezas.
- Ve al baño, yo iré a preparar el desayuno- informó, asentiste y caminaste al baño. Cerraste la puerta, mirándote al espejo y contemplando el antiguo corte de pelo que tenías. La agonía volvía, pero eran retenidas por ti. Te arreglabas mientras continuabas pensando en lo que sucedió anoche.
-____(tn) ya está el desayuno- informó Aoi en la puerta del baño, mirándote con deseo.- Quisiera tener ese cuerpo en mi cama nuevamente- te coquetea.
Aquella frase pudo resolver el misterio; todo había sido un sueño, una premonición de lo que pasará en el futuro cercano, era tan obvio que estaba enfrente tuyo.
- Aoi- Caminaste hacía él, abrazándose con fuerza- Lo lamento mucho, se que no me entiendes pero por favor no vayamos al porque, haré cualquier cosa- dijiste aferrándote al morocho. Éste no entendía nada, solo aceptó a no ir al parque porque ,para él eras su todo y nunca rechazaría tus palabras.
- De acuerdo, no iremos pero no te pongas así- dijo luego de besar tus carnosos y gruesos labios.
Relajaste tus lágrimas y tu agonía. Llorabas por dos razones; una de ellas era que tenías una oportunidad mas para mejorar las cosas con Shiroyama y la otra era que todo aquello que te había sucedido (casi violaciones, sufrimientos por amor, las relaciones y sentimientos) fueron un simple sueño, no conocías a Reita en la vida real y tu padre no había estado preso y nunca odió a tu pareja. Suspiraste un tanto aliviada, pero sentías un vacío en tu interior.
Terminaron de desayunar, se arreglaron y salieron a la plaza. Durante todo el día reíste al lado de tu pareja, eran felices, se aman mutuamente.
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Al día siguiente:
Te levantaste de la cama, te arreglaste, desayunaste y saliste de tu casa junto a Shiro.
En el camino, veías a tí hermano caminar junto a Kai hacia el colegio. Cuando llegaron a la entrada de la escuela Sukura del norte, apreciaste a tus amigos riendo a carcajadas y, lo que más te afectó, Akira se encontraba con sus amigos en la puerta de la escuela y mientras lo mirabas dijiste mentalmente aquellas palabras:
"Puede que no me conozcas ahora, pero yo sí y se las cosas que hiciste por mí. No importa que haya sido un sueño y mucho menos que esté con otro, te seguiré amando sin importar que... siempre recordaré que tú eres... mi Reita"

MI REITA (Reita y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora