Comprimidos.

Capitulo XXIV

...

-¡Uff!, hace mucho frío.
*Temblando*
-Y ni imaginar que el Sol me quito a mi luna solo para que esté con él y Marte.
💢

Si, nuestra querida tierra estaba sufriendo mucho frío el cual se daba en la órbita de Marte, de tal modo que se congelaba y se hiciera la vida aún más difícil para los humanos. Si, las condiciones de vida aún estarían, pero se harían muchas dificultades.

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-Hm... Me pregunto porqué el sol te cambio de planeta.

-¿Planeta?

-Digo, simplemente es algo extraño de que el Sol se defienda con el hecho de que estés-
-¡Oigan chicos!
Una voz del planeta más intimidado por el más grande y brillante del sistema solar llamó a Luna y a Marte.

-¿M, que pasa Mercurio?
Preguntó la Luna.

-Nada jaja solo que al fin los encuentro y... Querría saber¿si quieren hacer algo conmigo?
*Sonrisa*

Era demasiado obvio cuando un planeta que no ha ido más allá de un limite del cual se le es imposible hacerlo por dos obstáculos en su vida del cual se dió la oportunidad de por fin tener a otros seres que ya no era aquel gruñón del sistema era simplemente fantástico para él.

Pero en si, sabía cuál era la verdadera razón por la cual las caras sin interés de hacer algo con él se veían.

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-Me siento algo preocupado por Júpiter.

-Igual yo.

Después de todo lo que le dijó Saturno, es muy probable de que este pierda la cabeza al igual que Neptuno.

Pero... Saturno quería celebrar el momento en el cual compartían los dos. Sacando el tema de que Júpiter se atormentaría y no saldría de aquella orbita, se dejó llevar un poco en un tema amoroso.

-Que bueno que nos tocó uno cerca del otro Urano, estás en mi orbita y yo en la órbita de Júpiter, ¿No te parece eso genial?
*Sonrisa*

-Si... Muy genial ja ja.
Una sonrisa algo preocupante le dió al planeta más anillado. Y esto para Saturno se le dió una gran duda de la cual parecía ser obvia pero a la vez que no tenía sentido. Pero en fin, la curiosidad se da y se debe quitar.

-¿Acaso no te has encontrado más con Neptuno?
Una pregunta que sacaron a Urano de sus pensamientos.

-¿Que?, ah no, no lo he visto.

-¿Y bien?, ¿No piensas visitarlo?

-No en este momento, tengo muchas cosas que pensar y... No sé si deba meterme más en su vida de la cual no es necesaria mi presencia.
Si, en definitiva se estaba desmotivando.

-Oh vamos, démosle otra oportunidad a esa chispa.

-...

¿Cuál chispa?

-Pero fuera de este tema del cual te resulta algo salido, ¿Será que podemos convencer al Sol de estar en nuestras órbitas antiguas?

-En eso pensaba yo. Aunque me agrada mucho el echo de que está orbita sea muy genial y... Agradable, no quiero que solo por esto otros sufran.
Wow, algo muy profundo que imposiblemente de que él lo diga de verdad.

Y de todo lo que dijó, iba a ser apoyado por muchos.

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-Muy bien, el asteroide se pone acá y está de un lado para que así tengamos el más ¡extremo pasaporte terricola!

-...
Caras algo extrañas y confundidas se alejaron un poco de él, bueno, diría que Marte alejó un poco a la Luna de Mercurio quien estaba intentando hacer un transporte y un pasaporte, algo que era común jugar junto a la edad de un niño.

-Oye Luna, no sé si este sea el momento pero... Debemos decirle al Sol de lo negados que estamos con su cambio de órbita.

-Si lo sé, pero esque no sabemos cómo lo vamos hacer.

-Descuida, pronto te lo explicaré pero por el momento-
-¿Chicos?
Interrumpió Mercurio la conversación de la Luna y Marte, de los cuales estaban hablando de la negación de los cambios de órbita.

-Oh lo siento Mercurio, estábamos hablando sobre algo que-
-De lo rápido que debemos decirle al Sol sobre nuestra rotunda negación de nuestras órbitas.
Dijo Marte haciendo que el tema se haga rápido a saber.

-¿Oh qué? ¿Pero porqué?
Estaba algo devastado por aquello que dijo, él también debía actuar rápido.

-Mira, sé que esto para ti puede sonar mal, pero me preocupa la tierra, le tiene mucho cariño a sus terricolas pero podrían morir con su nueva órbita.

-Oh si los terricolas, no se preocupen por eso chicos, simplemente se ponen suéteres y ya está, nada de frío.

-No es tan simple como eso Mercurio.
Habló la Luna.

-Es cierto, y quizá debemos habl-
-Ehjeje no no he, ¿Que se les complica tanto, no les gusta estar aquí ah? Más cerca de Sol, ¿No les gusta su- Su nuevo bronceado eh?
Algo que casi le daba una risa a Luna, pero se contuvo y simplemente le dijo que se apartara. Y de ahí comenzó el caos.