Comprimidos.

Capitulo XXV

...

-Hola tierra-Wow, no te ves para nada bien amigo.
(¿¡Espera amigo!?)
Comenzó la conversación Urano quien junto con Saturno querían reunir a todos los planetas para negar la orden del Sol.

...

-Oh, Urano y Saturno, ¿Que hacen por- oh sí, ¿Que les trae por acá eh?

-Oh mi querido amigo tierra, estamos aquí para decirte que estamos reuniendo planetas para oponernos a los cambios de orbita del Sol.
Dijó Saturno estando apareciendo más a la luz solar.

-¿Encerio? ¿Y eso si puede que funcione?

-Pues debería, si tenemos una buena excusa para decirle entonces si.

-Oh vaya, y ni pensar que...-
*Llamaradas solares*

Si, el Sol al parecer perdió la cordura y enseguida empezó a lanzar llamaradas solares. Algo que a los tres planetas de ahí, se asustaran por completo, gracias a un planeta el cual se preocupa mucho por su amigo el cual luchaba mucho el echo de mantener la vida en él.

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-Hola Sol.
Saludó Luna.

-¡OH LUNA! ¿Que haces aquí?
Dijó con la más locura sonrisa para ella, cosa que nunca fue normal del Sol anteriormente.

-Um si me disculpas Sol estamos aquí para-
-¡SHH! ¡Oh pa pa!, Luna está hablando que no escuchas.
Marte fue interrumpido por el Sol quien estaba atento mucho a la Luna de la tierra.

-Oh, pues... De que Marte y yo o no sabemos si hay más planetas de los cuales estamos negados de tu cambio de orbita y-
-Um, cambie de humor, no quiero escucharte, solo han pasado unos días dale una oportunidad querida Luna.

-(¡¿Querida Luna!?)
Pensó Marte, aunque este mismo no se contuvo en callar sus palabras.

-¡No Sol!, créeme que mi amigo se está congelado solo por tus cambios de humor y de lo obsesivo que eres.

-...
El aura del lugar se puso tensa.

-¡¿Que?! ¿¡Cómo te atreves a decirle eso Marte!?

-Si es cierto, es obsesivo y-

-¿¡ME DIJISTE OBSESIVO!?
La voz del Sol se ajustó mucho
como si de un Dios de los olimpos que es él.

-Umm, ¿Si?

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Nadie, absolutamente nadie debía burlarse de cualquier aspecto del Sol que lo tomara como malo o bueno, ya que él sabe lo que hace pero al parecer todos están en su contra, pero que más da, a él ni siquiera le importa y por eso... Las llamaradas solares fueron una señal de una furia enorme de la cual hizo que todos ellos se fueran excepto la Luna, la cual el Sol atrajó mucho con su gravedad, y ni que pensar de que el Sol ni siquiera quería soltarla.

Ella era la única que lo entendía todo de él, y siempre lo escuchaba con ojos resplandecientes capaces de si poder verlo a los ojos sin miedo alguno y contemplarlo todos los días.

Una perfecta amistad de la cual el Sol está preparado para hacerla de otro extremo.

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-Oh vaya, al parecer hicieron enojar al Sol, ¿Que será que hicieron esos chicos?
Preguntó Saturno.

-De seguro decirle sus verdades, y eso al parecer lo dejo en un frenesis de llamaradas solares.
*Suspiro*
Dijó la tierra estando todavía congelándose fuera de la zona de ricitos de oro.

-Bueno, entonces necesitamos reunir lo antes posible a los planetas del sistema solar.
Dijó Urano estando ya desesperado por estar en una orbita no tan cómoda para, no que él mismo de lo creía.

-Bueno, entonces ustedes vayan buscando a Júpiter y a Neptuno, yo me quedaré esperando a que Marte y mercurio vengan para decirles sobre su idea.

-Me parece bien la idea, ¿Y a ti Urano?

-Si está bien, todo si aún seguimos con la idea de negaenos a los planes del Sol ok.

-Okey Rey de los cielos.
*Risa*

-...

Una gran indirecta de su nombre para solo burlarse un poco, pero que más da juntos podrían fin al mandato del Sol él cual si o si harían que dejara las cosas como estaba, todo si... Estaban todos de acuerdos.

Y por ello, debían encontrarlos a todos, pero lamentablemente... ¿Que le había pasado al último planeta del sistema solar?

O mejor dicho... ¿Que le sucedía?

...