Rachel
Me muevo de manera sensual como la música y el baile lo piden. Los aplaudo y comentarios de hombres no faltan, se escuchan por todo el lugar. Mi mano toma el tubo del centro del escenario, haciendo en él el baile que llevaba todo el día ensayando para este momento.
Sólo me concentro en hacer este baile, sólo quedan un par de segundos para que acabe y termine mi turno.
Hago el paso final, dando vueltas en el tubo hasta terminar en el suelo en un split dándole la espalda al público. Las luces se apagan y puedo dejar de sonreír al fin. Salgo del escenario soltando un suspiro, camino hacia los vestidores en donde en toca cambiarme para irme.
Las demás están ahí, algunas ya había hecho su parte del espectáculo, otras como Laila y Chloe iban a salir ahora. Ruedo los ojos al ver a Molina actuando ridículamente, como si estuviera drogada o algo.
Me quito los tacones espantosos que me dieron, manteniéndome alejada del espectáculo que está dando la venezolana. Mi cuerpo se tensa al verla a través del espejo con una jeringa, y el líquido que contiene es uno que veo hasta en mis pesadillas, que me llevan al infierno que viví por semanas junto a Antoni hace tres años.
Intento ignorarla, pero el que esté jugando con eso en la mano no hace que esté menos tensa. La mayoría de las chicas no le prestan atención, es sólo su amiga quien la persigue internado que se detenga.
—Aléjate. —advierto molesta cuando se me pega en un tropiezo.
Sigue fastidiando con todas y riendo. Gema no deja de decirle que ya se detenga, Ángela también dice lo mismo molesta, exigiéndole que ya la suelte y se vaya a sentar.
Gema forcejea con ella haciendo que ambas tropiecen con varias cosas, dejan caer las maletas de maquillaje, los estantes con la vestimenta y demás cosas. No les quiero prestar atención y sólo intento alejarme, pero el que sienta como esa cosa me toca el brazo hace que me levante más rápido de donde estoy.
—¿¡Pero qué te pasa!?
Me miro el brazo, sólo me rozó, no se inyectó nada. Como quiera siento el corazón latiéndome con fuerza, siento que en cualquier momento me sale del pecho.
Liz se sigue riendo y suelta un comentario ridículo sobre cómo está mi expresión ahora, lo que me hace enojar. La termino tomando del brazo y estampándola contra el suelo, haciendo que suelte un horrible quejido por la manera en la que su brazo está doblado.
—¡Suéltame! —se remueve.
—Rachel, suéltala. —Gema se acerca rápido— Sólo bromeaba.
—¡Que aleje esa porquería de mi! —gruño molesta.
Suelto el brazo de la mujer que sigue lloriqueando, su amiga rápido la socorre.
—Casi le rompes el brazo, no tenías que reaccionar de ese modo.
La miro enojada a ella, en serio que es demasiado idiota como su amiga. Da unos pasos hacia atrás, quizás temiendo que haga lo mismo que le hice a Liz.
—Entonces que deje de ser tan estúpida.
Me coloco la bata que me dieron para cubrirme. Por suerte las demás chicas ya terminaron su baile y nos podemos ir. Espero apartada a mis amigas, la camioneta que nos llevaría de regreso al hotel nos estaba esperando ya.
—¿Qué sucedió? —Chloe se me pega preocupada.
—No es nada... —miro hacia atrás— No soporto a ninguna de las dos.
—Ninguna aquí lo hace. —pasa su brazo por encima de mis hombros incitándome a recostarme de ella— Por suerte esa mierda no te logró tocar, está todo bien.