Cuchillo

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Las pesadillas habían vuelto, por alguna extraña razón había soñado con uno de los eventos traumáticos de mi vida

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Las pesadillas habían vuelto, por alguna extraña razón había soñado con uno de los eventos traumáticos de mi vida. Había pasado demasiado tiempo desde la última vez que soñé con mi pasado y no se sentía bien. Era una sensación desagradable y molesta. No porque me avergonzara mi pasado, si no porque odiaba con cada parte de mi ser cierto eventos de mi infancia. Era algo de lo que no quería hablar, y mas por el hecho de que había tenido que cambiar mi apellido para librarme de todo lo que tenía que ver con mi vida y familia.

Llegue a la base un poco más callada de lo normal. El haber tenido una noche de insomnio no me ayudaba en lo absoluto a mantenerme centrada y la molesta presencia del nuevo tampoco era de ayuda. Deacon se dio cuenta de inmediato y solo me dio un caramelo para endulzar la vida. Le di un golpe de puño antes de prepararnos para lo que se nos venía. Los entrenamientos siempre eran necesarios, nos ayudaban a mejorar en tácticas para detener a los sospechosos con facilidad y evitar bajas. De los nuestros sobre todos y civiles.

Era algo sencillo, un entrenamiento básico que hacíamos al menos una vez cada dos meses. Una simulación de un atraco con cualquier objetivo. La idea principal, era hacerlo sin cometer errores, trabajar en equipo, romper el tiempo del mes pasado y por sobre todo, detener a los malos. Estábamos listos en el área, nuestro objetivo era detener a un grupo de narcotraficantes posiblemente armados. Con el equipo listo y con las indicaciones de Hondo nos alistamos, a su señal iniciamos. El a la cabeza para patear la puerta e ingresar. Yo tras de Tan cuidando su espalda.

— Parece una cocina de metanfetaminas. Denme dos. Luca. – El mencionado avanzo para derribar la siguiente puerta. Tan y Deacon avanzaron para derribar a los primeros sujetos en nuestro camino, un par de golpes para derribarlos y poder esposarlos. – dos sospechosos en custodia. – menciono. Los demás solo continuamos tras el hasta llegar a la siguiente puerta. – puerta de acero, Mel derríbala.

— Claro. - tome un explosivo acomodando este junto a la cerradura. Hacer volar cosas era de mi parte favorita. - ¡Abajo! ¡Suelta la droga! – junto a Chris detuvimos a los otros dos asegurándonos de que quedaran inmóviles.

— ¡Street!

La verdad, yo quería golpearlo, quería hacerlo sufrir y torturarlo de las mil maneras que conozco por lo idiota e impulsivo que el puede ser. Creo que aun no entiende que no esta en Long Beach y que las cosas no se hacen de esa forma. Si abandonas a tu compañero corres el riesgo de que lo maten o incluso a el mismo. Todo lo bien que lo estábamos haciendo se estaba arruinando gracias a lo idiota que fue Street. La simulación estaba saliendo de maravilla y el tenia que estropearlo todo por dárselas de héroe.

— Hondo, tu entrada fue buena, pero tu equipo perdió cohesión y pago el precio. Sargento Mumford cuando se invirtieron los roles no sufrió baja alguna. Tu equipo gana el ejercicio de hoy.

— Gracias Street, perdimos por tu culpa. – gire la cabeza al escuchar a Tan y estaba en lo cierto.

— Suerte para la próxima, enana. – aprete mi arma y estaba lista para golpearlo en la cabeza.

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