Soy Yerbatero, el dios de las pócimas

HIERBABUENA

Este capítulo dedicado a algunos de mis lectores que siempre dejan sus comentarios y me animan a continuar escribiendo, me dan ideas de si voy por buen camino y también me hacen reír. Gracias por su apoyo y por hacerme ver que mis historias cumplen con el propósito de entretener y despertar diferentes emociones.   HoseokVante AliceKuchiki493 MinAlice934 Van_zzzzzz Jack00953 Van_zzzzzz min0696  AbbyOhana Vane_RS19 SirenitadelInfierno 188Deysi si alguno falta, disculpas y desde ya mil gracias. 

Hoseok estaba con unas agujas apuntando a Taehyung, este le veía con aquella mirada que provocaba excitación en Hoseok, pero no se la dejaría fácil. Hoseok cuando se metía algo en la cabeza no lo dejaba ir, peor cuando alguien ignoraba sus sentimientos y necesidades. Taehyung no sabía qué más decirle, pues se había disculpado había prometido que se dejaría inyectar cualquier cosa con tal de pagar por aquella bofetada y su falta de confianza, incluso le iba a  dar un laboratorio completo con un invernadero lleno de las plantas que quisiera.

─ ¡Lárgate de mi casa!

─ Hoseok, hablemos... No enviaré más mensajeros o mensajes a tu móvil. ¡Escúchame, por favor!

─ Un paso más y mis agujas con sedante de mandrágora entrarán en tu piel exquisita. ─ dijo sin poder obviar que la piel de su esposo era realmente hermosa. Además las hormonas estaban desbordadas y ansiaba poder ser tocado por aquellas manos grandes de pianistas, ser abrazados por aquellos brazos fuertes de Apolo y ser besados por aquellos labios que parecían tener ambrosía. ─ La única hormonal eres tú narradora, ¿No quieres tiempo para irte a manosear pensando en mi esposo. Te daré acónito para que dejes la brama. 

─ ¿Con quién hablas?

─ Con esa voz... ¿No la escuchas? Al parecer te conoce muy bien, perro... O ella es la puta... ¡Como sea! ─ dijo dejando de divagar, es que Hoseok era un hombre sensible, pero poderoso con sus conocimientos herbolarios. ─ Eso sí me gusto, continúa.

─ Hoseok, regresa a casa y volvamos a empezar, yo te... te amo... sé que no debí...

─ No te lo decía a ti... Taehyung no voy a regresar, no creo en ti y menos en un matrimonio que solo se dio porque me atreví a matar a esa mujer y por tu hijo. 

─ Sabes que no sentía nada por ella, solo no deseaba...

─ ¿Qué? ¿Le permitirías una muerte santa...? ¿Solo porque fue tu primer amor y te traicionó, pero aún así deseabas que su enfermedad la llevara a la muerte?

─ ¿Sabías de su enfermedad?

─ Sí, obvio solo con verla lo supe... No iba a esperar tres años o meses solo porque deseabas darle paz. Esa puta se metió conmigo y además... Te traicionó. 

Taehyung le vio a los ojos, no sabía cómo hacer para que entendiera que no siempre sus métodos eran los mejores. Le había rogado mucho tiempo y este no quería escucharle, ¿Qué más deseaba? ─ ¿Qué deseas de mi? Dime y te lo daré. 

─ Eso es el problema, no me conoces y siempre me ignoras, no confías en mi en lo que puedo darte. ¿Quién dice que los donceles no son los que pueden dar? ¿Por qué siempre tienen que ser ustedes los que protegen o cuidan?