Las garras de mi enemigo

Capítulo 5

Que Caleb supiera mi secreto antes que yo me confunde mucho. Permitidme explicarme... Es tan sencillo como que mi familia tiene una particularidad. Por parte de mi madre, toda la familia son hombres/mujeres lobo/a. Pero, la parte más particular es que mi padre es humano, tal vez por eso se cabrea y se preocupa más que mi madre respecto a nuestra característica.

No es normal mezclar ADN humano con el de hombre lobo, sin embargo mis padres lo hicieron. Tal vez por eso aguantaron el castigo. Se tuvieron que esperar a saber si mi hermano era hombre lobo, y lo es. Y ahora han confirmado que yo lo soy. Por eso es que no han echado a mi madre de la manada.

Mis amigas no saben nada, ellas creen que me fui del pueblo por el trabajo de mi padre. Pero en realidad me fui para poder controlar las transformaciones. Digamos que las primeras veces pueden ser un poco sangrientas, y no queremos poner en peligro a la manada.

Tras el entrenamiento voy corriendo a los vestuarios, aún así soy la única chica, por lo que estoy sola. Me vienen recuerdos de cuando Caleb me amenazó: voy a descubrir tu secreto. Pero él ya lo sabía de antes, entonces, ¿qué trata de descubrir?

Oigo un sonido a mi espalda mientras me cuelgo la mochila, y cuando me doy la vuelta veo a Caleb frente a mí. Es la segunda vez, así que ruedo los ojos sin mostrar sorpresa.

- ¿Qué? -pero solo me sale ser borde.

- No tienes que asustarte por mí -me aclara, pero me confunde más- Keila... trato de ayudarte.

- Nadie me puede ayudar -frunzo el ceño y miro hacia otro lado, pero me sujeta el mentón.

- Keila, sé que tu familia esconde un secreto importante para la mía. Tienes que contármelo o no te podré proteger -la rabia se expande por mis venas y arrugo la frente.

- Mi familia no esconde ningún secreto, porque ya lo sabías antes que yo -aparto su mano de mi mentón.

Él niega con la cabeza y da un paso hacia atrás- No te puedo decir nada más, lo siento. Parece que has elegido bando, pero ya sabía cuál elegirías.

- No sé de qué me hablas -cada vez estoy más cabreada y confusa.

- Keila, aún tienes tiempo de contarme el secreto... Hasta entonces mantente alejada de mí -se empieza a alejar.

- No sé qué coño te pasa, pero no te creas superior, Caleb. No sabes de lo que soy capaz -normal, no lo sabía ni yo. A menos que me siguiera escondiendo cosas de mi propia vida.

Él no se vuelve a girar, tan solo niega con la cabeza y después de un solo parpadeo él ya no está. Me sorprende su velocidad, pero tengo que conseguir más pruebas sobre él para saber qué cojones es. Así que lo voy a tener que espiar de alguna manera.

Sin embargo, lo que me ha dicho me deja aturdida. No tengo ningún secreto, al menos no uno que sepa. Es decir, todos tenemos secretos, pero no tengo ninguno que le interese a su familia. Se está volviendo raro. Por suerte hay una fiesta y puedo relajarme y desentenderme del tema. He tenido un mes de locos. Aunque no sé si debería relajarme mucho, seguramente Caleb va a estar.

- ¿Ya podemos irnos? -pregunto suspirando y echándome en la cama de Lía.

- Eso por favor. Cuando lleguemos no habrá nadie -Gisela hace lo mismo que yo y Lía sale haciéndose el pelo del baño.

- Si no os dejáis de quejar, no me puedo concentrar -murmura y nos mira alzando una ceja. Por eso lo tiro un cojín a la cara- ¡Keila!

Se vuelve al baño y Gisela me choca la mano sonriendo- Buena esa.

- ¡He oído eso! -exclama Lía desde el baño y nos reímos de ella.

Por fin sale Lía después de bastante rato y gracias a Gisela volvemos a tener medio de transporte. Si fuera por mí, iría caminando, pero por la noche con la oscuridad, mis amigas no me dejan.
No tardamos en llegar a casa de... no tengo ni idea de a quien pertenece la casa ni de quien hace la fiesta, pero es una casa bastante grande, aunque no tanto como la de Dani. Hay un Dj también y mucha bebida, pero la diferencia es que en esta fiesta la gente hace lo que le da la gana, mientras que en la otra todos hacían caso a Dani.