Capítulo 4

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En clase la gente nos saludan más a mis amigas y a mí. Me he dado cuenta de eso cuando estábamos cogiendo las cosas de la taquilla.

- ¿Esto es normal? -pregunta Lía y frunzo el ceño.

- ¿Qué cosa?

- Que nos sonrían y saluden -se extraña Lía y me doy cuenta de que tiene razón cuando me giro.

- A saber qué se les pasa por la cabeza -Gisela se encoge de hombros y se apoya en la taquilla de al lado de la mía.

- Vayamos a clase mejor -cojo lo necesario y cierro la taquilla con más fuerza de la necesaria.

Por suerte, en clase sigue siendo todo normal, al menos hasta que Dani nos saluda y la gente se queda pasmada a nuestro alrededor.

- Hey chicas, ¿os lo pasasteis bien? -mira a Lía y asentimos todas.

- Estuvo bastante bien -sonrío amablemente, al igual que mis amigas, que están un poco petrificadas.

Seguimos hacia delante. La gente nos observa raro por haber hablado con Dani. Ruedo los ojos suspirando. Estas personas son tan predecibles...

Inicia la clase y poco después me toca atletismo, así que trato de pensar como puedo calmar mis extremidades o al menos como fingir que me canso haciendo deporte. Porque la gente me mira raro cuando corro mucho y no me canso. En clase de atletismo aparece el profesor Smith de nuevo para preguntarme si quiero estar en el equipo de rugby definitivamente, pero yo aún no he llegado a una decisión.

Veo que se acerca muy directo- ¿Y bien? ¿Te unirás al equipo? -me pregunta seriamente.

- Pues... ¿Puedo unirme solo para probar y sino me salgo? -pregunto un poco temerosa.

Parece pensarlo mucho y al final suspira- Bueno, está bien. Pásate ahora, ya he avisado a tu profesora.

- ¿Ahora? Pe-pero sino... he... entrenado nada -me pongo nerviosa enseguida.

Voy a estar rodeada de chicos que saben jugar al rugby. Yo no tengo ni puñetera idea de si puedo lanzar un balón... o de pasarlo al menos.

- Ahora -me empuja por la espalda hacia el campo de rugby y me despido de Gisela agitando la mano mientras ella está estirando en un lateral del campo.

Llego al campo de rugby. Hace muchísimo sol y los chicos ya están sudando y algunos sin camiseta. Están practicando pases, pero en cuanto me ven aparecer paran en seco.

- ¿Pregunto qué miráis? -exclama el profesor Smith tan amable como siempre. Enseguida los chicos apartan la mirada volviendo a su ejercicio y el entrenador sonríe- Venid, chicos.

Se acercan todos y hacen un círculo a nuestro alrededor. Todos fijan su mirada en mí limpiándose el sudor. Caleb me mira muy fijamente. Él está con camiseta, una de tirantes que deja ver sus brazos bien trabajados.

- Chicos, esta es Keila Bodolf y va a probar un tiempo en el equipo -anuncia y los chicos se miran extrañados y murmurando, menos Caleb- ¿Algún problema? -todos se niegan enseguida- Entonces... Connor ponte con Bodolf y enséñale lo básico, así pones en práctica tu capitanía.

Fantástico...

No puedo averiguar qué se le pasa por la mente al aludido. Los demás sonríen divertidos y se van a dar pases. Caleb se acerca a mí, miro al entrenador y éste asiente antes de marcharse.

- Hola -murmura Caleb.

- Hola -me limito a decir, pero se forma un silencio un tanto incómodo- Bueno... ¿qué me tienes que enseñar?

Las garras de mi enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora