Noctorius se sentó en una silla cercana y cerró los ojos, cayendo en un sueño profundo. En su sueño, se vio a sí mismo y a Kostrogula cuando eran pequeños. Ambos jugaban y reían juntos, disfrutando de la despreocupada felicidad de la infancia. Kostrogula, más cariñoso y alegre en esos tiempos, sonreía ampliamente.
Kostro: "Hey Noc, encontré un acantilado, ¿quieres ver?", dijo con entusiasmo, sus ojos brillando de emoción.
Noc: "Claro, Kostro, ¡vamos!" respondió sintiendo una calidez que no había sentido en mucho tiempo. Los dos corrieron a través de un paisaje soleado y verde, dejando atrás todas las preocupaciones del presente. Al llegar al acantilado, se detuvieron y miraron hacia el horizonte, admirando la vista impresionante. "Es hermoso, Kostro," dijo Noctorius, maravillado.
Kostro: "Lo sé," respondió sentándose en el borde del acantilado. "Siempre me ha gustado venir aquí. Es nuestro lugar secreto."
Mientras observaban el horizonte, Noctorius sintió una nostalgia abrumadora. Recordó cuánto habían cambiado las cosas desde aquellos días felices. Su amistad se había transformado en una lucha de poder, y la inocencia de su juventud se había desvanecido.
El sueño comenzó a desvanecerse, y Noctorius se despertó lentamente, sus ojos llenos de tristeza y añoranza. Miró a su alrededor, recordando dónde estaba y lo que había sucedido. Kostrogula estaba cerca, aún con su actitud amenazante hacia los prisioneros. Noctorius suspiró, preguntándose si alguna vez podrían recuperar lo que habían perdido.
Kostrogula no podía resistirse a molestar a los prisioneros, y lo hacía con un entusiasmo casi infantil. Movía sus jaulas bruscamente, sacudiéndolas para asustarlos y hacerles perder el equilibrio. Su cola, con una boca en la punta, se estiraba y se enroscaba alrededor de las jaulas, lanzando mordiscos al aire y burlándose de ellos.
Kostrogula: "Vamos, ¿dónde están esos collares?" repetía una y otra vez, disfrutando del miedo y la incomodidad que causaba.
La boca de su cola también participaba en las burlas, emitiendo ruidos amenazantes y arrojando comentarios hirientes. "¡Míralos! Ni siquiera pueden protegerse," se burlaba, agitando su cola cerca de Rob, P4ukky, Smooth y Araneaix.
Rob, tratando de mantener la calma, miraba a Kostrogula con desdén. Araneaix, aunque asustado, intentaba consolar a sus amigos con una pequeña sonrisa, intentando ser fuerte para ellos.
P4ukky: nervioso, le susurró a Smooth, "Esto es un infierno. Necesitamos un plan para salir de aquí."
Smooth: más sereno, asintió y respondió en voz baja, "Lo sé, pero primero tenemos que encontrar una manera de deshacernos de Kostrogula y su cola."
Kostrogula: notando sus susurros, se acercó aún más, su cara casi pegada a la jaula. "¿Qué están susurrando? ¿Acaso tienen un plan para escapar?" dijo con una sonrisa maliciosa.
Noctorius: "Déjalos en paz, Kostrogula," murmuró desde su silla, sin abrir los ojos. "Necesitan pensar. No los agotes antes de tiempo."
Kostrogula soltó una carcajada, pero retrocedió un poco, aunque siguió lanzando miradas amenazantes y moviendo su cola de forma inquietante.
Rob: aprovechó el pequeño respiro para mirar a sus amigos. "Tenemos que ser fuertes," dijo en voz baja. "Nosotros somos los únicos que podemos detener a Kostrogula y Noctorius. Y encontraremos esos collares antes que ellos."
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Cosas del pasado
Diversoslos personajes pasaran por cosas aterradoras, y enfrentaran al ultimo jefe