Emma
La vergüenza me golpeó como un huracán. Me giré, intentando que no viera más de mi espalda, y di un paso hacia atrás.
¿Qué demonios iba a decirle? Tenía las fosas de la nariz abiertas, los ojos brillantes de ira y la mandíbula apretada. Clavé la vista en el suelo y tiré del dobladillo de la blusa. Mi cuerpo estaba helado, y parecía imposible que hace unos instantes hubiera estado a punto de estallar en llamas. Solo podía escuchar su respiración acelerada pero todo me daba vueltas. La ansiedad hizo que me doliera el estómago. No quería hablar de esto. No quería que nadie lo supiera. Era suficiente con pasar la vergüenza una vez.
-Emma. -Su voz era dura. Estaba enfadado. No, estaba furioso.
Y este no podía ser el final. No quería que lo fuera pero si veía cómo era todo en realidad, la familia con la que tendría que relacionarse a partir de ahora, o mi propia inutilidad para hacer las cosas bien... ¿quién diablos se quedaría? Había intentado ser mi mejor versión, y lo había logrado. Incluso había encontrado cosas en mi misma que gustaban, un resquicio de la personalidad que tuve que ahogar. Me había esforzado para que incluso en los peores días él solo viera mi alegría, demostrarle que era algo más que toda esa oscuridad que a veces me devoraba. Demostrarme a mí misma que era fuerte y valiente, y que aún tenía un corazón que podía enamorarse.
Todo para nada.
-Yo... no... -Quise huir, fui hacia la puerta para salir de aquella habitación pero él fue mucho más rápido que yo. Con su brazo derecho pasando por encima de mí cerró la puerta y me acorraló contra su cuerpo.
-Sabía que algo estaba pasando... -Dijo en un tono mucho más apacible, casi era como un lamento. -Pero nunca pensé que sería algo como esto... por favor... confía en mí.
Esa súplica me hizo mirarle. Tenía un brazo extendido hacia mi, como si quisiera acariciarme pero no se atreviera. Como si fuera a rechazarle... ellos eran los culpables de esto. De haber roto algo que habíamos construido Henry y yo, una cercanía genuina. Un deseo compartido. Una necesidad mutua que ahora parecía haberse enfriado. Y, tal vez, era hora de que todo esto acabara. De rebelarme de verdad, de alzar la voz ante alguien que estaba desesperado por cuidarme. De contar mi verdad y mi dolor. De decirlo todo. Aunque el corazón se me hiciera pedazos.
-Siempre he confiado en ti. -Dije en un susurro.
-Entonces, -tragó saliva con fuerza -déjame ver que te han hecho. -Solo la idea de que me viera me puso los pelos de punta pero entonces cerró los ojos como si le doliera y suplicó. -Te lo ruego.
Mis manos se movieron, desabrocharon uno a uno los botones de la blusa hasta que la deslicé hacia abajo y su respiración se entrecortó. Cerré los ojos con fuerza, intentando contener todo lo que se estaba desatando en mi interior pero no pude.
Henry
Tenía la espalda de un tono púrpura aterrador. No había ni un solo rincón sin una marca, incluso con la blusa puesta pude verlo pero cuando la tela se deslizó por su piel y quedó desnuda quise matar a alguien.
Si había creído que había conocido la ira en el pasado esto demostraba que no. Iba a destrozar a todo el que le hubiera puesto una mano encima, fuera quien fuera. Recordé las palabras de mi padre, y entendí porque nunca fue capaz de decirme nada. En su preciosa piel había decenas de golpes. Y eran recientes.
Había visto mil hematomas antes, se los había curado a mi hermano o a mí mismo después de habernos metido en peleas cuando éramos más jóvenes pero esto... esto era algo muy distinto.
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Mil Razones (Henry Cavill)
FanfictionKentucky, 1947 Un vaquero con muy malas pulgas. Una extranjera que solo busca su lugar. Las sonrisas más dulces son las que esconden los secretos más oscuros. - Dual POV - Él se enamora primero - Spicy - Cowboy - ¿Quién te ha hecho eso? - Age gap...