Emma
El amanecer llegó más rápido de lo que me hubiera gustado. Los rayos del sol colándose entre las cortinas fueron lo que me despertó, se oía el canto de un gallo a lo lejos. Henry aún dormía a mi lado, sentía su pecho desnudo subiendo y bajando con cada respiración, su brazo cruzaba por mi cintura para atraerme más a él.
Sonreí.
Y no pude evitar acariciarle el vello oscuro con la punta de los dedos, su brazo se tensó un segundo. Tenía cosquillas ahí.
Y estaba despierto.
Vete a saber desde hacía cuanto tiempo.
Se retorció tras de mí, hundiendo la cara entre mi pelo hasta llegar a mi cuello. Me dio un par de besos rápidos.
-Buenos días, mi amor. -Fue como si hubiera despertado a la bestia. Me pegó a él con tanta posesividad que mi cuerpo se calentó, su gruñido no hizo nada por mejorar la situación entre mis piernas.
Pero estaba demasiado dolorida como para querer seguir. Anoche, cuando volvimos a la cama, habíamos empezado a besarnos sin parar. Y, con ese enorme y fuerte y tan desnudo cuerpo sobre él mío no hubo forma humana de resistirse. Él me había dicho que no quería hacerme daño, que podía esperar todo lo que fuera necesario pero la que no estaba dispuesta a dejar pasar un segundo más sin sentirle era yo.
Le susurré un por favor y se descontroló.
Y vaya si me gustó que lo hiciera.
-Buenos días, preciosa. -Su voz ronca y bajita, con ese deje somnoliento, era preciosa. Su cuerpo estaba tan cálido y se amoldaba tan bien al mío que no quería salir de las sábanas por nada del mundo. De pronto levantó la cabeza. Me miró con los ojos entrecerrados por la luz que se colaba. -Te duele.
-Un poco, sí.Pero nada de lo que tengas que preocuparte, creo que es normal tener un poco de molestia. -Lo habíamos hablado anoche, varias veces, hasta que estuvo seguro de que no me quedaría paralizada de cintura para abajo. Y aún recién despertado su primer pensamiento fue hacia ahí.
-Sí, sí. Estoy intentando controlarme. -Estaba demasiado dormida para haberme dado cuenta pero algo me decía que había hecho algo que le había gustado demasiado.
-Me has llamado mi amor. -Explicó. Y me dieron ganas de saltar encima de él para besarle hasta que no tuviéramos más remedio que parar a respirar. Él carraspeó. Tímido de pronto, se frotó el cuello con la mano y miró hacia un rincón de la habitación. -No estoy muy lúcido aún.
-Estás adorable.
-¿Adorable? -La incredulidad en su voz me hizo reír. Luego empezó una guerra de cosquillas de la que casi creí que no salía con vida.
Al final él acabó sobre mí, apoyado sobre sus rodillas mientras que yo logré sentarme con la espalda apoyada en el cabecero.
-Oye preciosa. -Me tomó de las mejillas. -¿Tienes el vestido listo?
Esto era real. El corazón me latió con anticipación.
-Lo recogí hace dos días. -El día después de que Henry se presentara en mi casa, mi madre empezó con los preparativos de la boda. No había tiempo que perder,aunque sus palabras habían sido que si Henry se arrepentía que fuera cuando llevara puesta la alianza, y esa misma mañana estaba en la tienda probándome vestidos. Pude probarme al menos veinte hasta que di con el indicado... era precioso. Ajustado, me hacía un pecho precioso a mí, que apenas tenía, y la falda vaporosa. Una finas mangas ajustadas que no bajaban más allá de unos centímetros por debajo de los hombros. Con una cintura de encaje, tan discreta y elegante que parecía sacado de una película de Hollywood.
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Mil Razones (Henry Cavill)
FanfictionKentucky, 1947 Un vaquero con muy malas pulgas. Una extranjera que solo busca su lugar. Las sonrisas más dulces son las que esconden los secretos más oscuros. - Dual POV - Él se enamora primero - Spicy - Cowboy - ¿Quién te ha hecho eso? - Age gap...