Capítulo 46

45 4 1
                                    





             Josh Makazo - Come My Way

Daphne

Me encontraba sentada en el suelo junto a Emi. No podía creer lo mucho que había crecido. Ahora es más grande y, de hecho, me llega a la altura de la cadera. Aun así, sigue pareciendo un peluche.

Eso me gusta bastante. Sigue conservando su pelaje gris y blanco. Sus ojos de azul cristalino me miran con un brillo y una alegría contagiosa.

Está tumbado boca arriba mientras le acaricio el vientre. Luego, comenzó a rodar sobre su espalda y a mover sus patas en el aire. No podía evitar reírme y sentir una ola de ternura.

Mientras seguía jugando con Emi no podía dejar de pensar en lo mucho que habíamos pasado y en lo afortunados que éramos. Con Angelo finalmente en prisión, Jace y Natasha desaparecidos, todo parecía estar encajando en su lugar y por primera vez en mucho tiempo, sentía que las cosas estaban yendo bien.

¿Será que finalmente tendremos la paz que merecemos?

No sé qué pasará pero no pienso pensar en cosas negativas. Desde que Giovanni salió del hospital, todos nos hemos esforzado por encontrar nuestro equilibrio y así fue.

Las cosas aquí en casa seguían igual de siempre, Luca y Fiorella estaban por ahí, viajando por el mundo y Dana cada vez mejoraba con la pintura.

Me levanté y me puse los auriculares, opté por la canción Unwritten de Natasha Bedingfield y dejé que las primeras notas comenzaran a sonar. El ritmo contagioso me llenó de energía, comencé a bailar por toda la habitación, cantando a todo pulmón sin importar que no hubiera nadie más para escucharme.

—I am unwritten, can't read my mind, I'm undefined
—canto a pleno pulmón mientras movía mis pies al ritmo de la música.

Mis caderas se balanceaban y mis brazos se alzaban en el aire. Los shorts que llevaba me daban libertad de movimiento y mi cabello recogido no se interponía en mi rostro, permitiéndome concentrarme en cada paso y en cada giro.

Reaching for something in the distance, so close you can almost taste it, release your inhibitions
—seguí cantando y sintiendo cómo la música vibraba en cada célula de mi cuerpo. Me dejé llevar completamente, saltando y riendo, sintiendo una liberación total. Mis movimientos eran torpes, pero eso no importaba. La alegría me hacía sentir ligera, como si pudiera volar.

En medio de uno de mis giros, de repente noté una presencia en la habitación. Al voltear, vi a Emiliano de pie en la puerta, mirándome con una sonrisa traviesa.

Me asusté tanto que casi me caigo, pero al ver su expresión divertida, no pude evitar reírme a carcajadas.

—¡Emiliano! —grité, tratando de recuperar la compostura.

—Hola francesa —se acerca y después coge de la cintura pegándome a él

Yo apenas pude hablar con la respiración agitada.

—¿Cómo has entrado?
—¿Por algo que se llama puerta? Es grande, sirve para...

Se detiene al sentir mi codazo en mis costillas

—¡Tonto! —digo entre risas

Se ríe y me da un beso corto después se acerca a Emi.
—Hola colega —le acaricia y Emi comienza a mover la cola de una forma juguetona.

Vamos, ahora vas a estar con la tía Dana, que tus padres necesitan estar un rato a solas.

—No te hará caso
Emiliano no dice nada y me dedica una sonrisa, Emi vuelve a ladrar antes de irse como si realmente le estuviera obedeciendo.

Quizás en otra vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora