Quizás en otra vida

Capítulo 48

Give Em Hell - Everybody Loves an Outlaw

Hanae

Después de la competición, fui a tomar unos smoothies con las chicas antes de ir a casa.

Al llegar a casa, me duché y me alisté para la cena. Mis padres me comentaron que se irán unos días a Vernazza, ya que mi tío se casará por tercera vez. Nos preguntaron si queríamos ir, pero Hakeem y yo dijimos que no.

Les pedí permiso para asistir a la fiesta del padre de Luca porque se irán mañana por la mañana y me dejaron ir.

Les dije que la fiesta era de los padres de Daphne y aproveché y les pregunté si me podía quedar a dormir en su casa, al principio quisieron negarse por culpa de Hakeem, pero luego mi padre aceptó.

Mi hermano salió después de la cena, a verse con sus amigos y mis padres se fueron a dormir.

Mi tía ya se había ido y volvimos a quedarnos los 4 como siempre debió ser, sin visitas, sin primos, sin tíos ni nadie. Solo nosotros.

Cuando mis padres se fueron a dormir, salí con cuidado y dejé el portón medio abierto, al igual que mi ventana.

Estaba ansiosa por ver a Luca; ayer no lo vi y no podía soportar otro día más sin verlo.

Abrí mi armario y cogí un camisón negro de seda. El camisón es ajustado y tiene un escote atrevido. La tela se ajusta suavemente a mi piel, mientras que la abertura lateral hasta el muslo añade un toque seductor.

Los tirantes finos caen suavemente sobre mis hombros y el diseño ajustado resalta mi figura de manera provocativa.

Encima, puse una bata negra de mangas largas,
a juego con el camisón y até la cuerda de la bata en un lazo.

Dejé mi cabello suelto y bloqueé la puerta. Luego apagué la luz para que no se notara su entrada y me tumbé, ansiosa.

Miré la hora desde mi móvil y ya eran 22.p.m.

—¿Dónde estás? —murmuré
Me levanté de la cama y encendí la luz de mi mesita

—Detrás de ti —susurran en mi oído y con una sonrisa me giré

Luca me recorre con la mirada de arriba a abajo y me abalanzo sobre él, cayendo juntos en la cama.

Te he echado de menos —dice acariciando mi mejilla

Me levanto y me aseguro de cerrar la ventana. Luego me pongo frente a él.

Luca se sienta y vuelve a mirarme por segunda vez. Comienzo a moverme de manera seductora mientras desato la cuerda de la bata, dejándola caer y quedándome solamente con el camisón.

Los ojos de Luca brillan con diversión y deseo. Lentamente, me vuelvo a acercar y me siento encima de él.

—Yo también Luca Lombardo —murmuro antes de juntar nuestros labios.

—Te he echado muchísimo de menos —vuelvo a murmurar entre sus labios

Luca intensifica el beso entre nosotros, sus labios se mueven con desesperación entre los míos. Haciéndome entender que él me ha echado de menos incluso más que yo.

Su lengua se entrelaza con la mía, explotando con una intensidad que me hace temblar y no de frío exactamente.

Sus manos recorren mi espalda, apretándome aún más contra su cuerpo. Su boca se desliza por mi cuello, dejando un rastro de besos ardientes, después baja a mis hombros mientras que sus manos acarician mis muslos descubiertos hasta llegar a mis nalgas, que aprieta con deseo.