Capitulo 5

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Severus se encontraba absorto en sus pensamientos en la biblioteca cuando una figura familiar se acercó a él. Al levantar la vista de sus libros, vio a Remus Lupin de pie frente a él, con una expresión que combinaba sorpresa y algo que parecía ser alivio.

"Severus," comenzó Remus, su voz más suave de lo habitual, "he estado pensando sobre lo que pasó en clase. Y quería decirte que... lamento cómo reaccioné. No deberías haber sido castigado por algo que no fue tu culpa."

Severus se quedó momentáneamente sin palabras. No esperaba una disculpa de Remus, mucho menos en ese tono sincero. Antes de que pudiera reunir una respuesta adecuada, Remus continuó.

"Y... también quería decirte que... me alegraría si decides seguir siendo mi tutor. Realmente aprecio tu ayuda en pociones, y sé que puedo aprender mucho de ti."

Severus lo miró fijamente, tratando de discernir si había sinceridad en las palabras de Remus. El gesto de acercamiento de Remus lo tomó por sorpresa, pero algo en su interior le dijo que tal vez darle otra oportunidad no sería tan malo.

Después de un breve momento de silencio, Severus asintió levemente.

"Está bien. Volveré a ser tu tutor," dijo finalmente, su tono firme pero con una pequeña sombra de cautela.

El rostro de Remus se iluminó con una sonrisa genuina y sincera, una expresión que no se había visto en él desde el incidente en el aula de pociones.

"¡Gracias, Severus!" exclamó Remus, dejando escapar un suspiro de alivio. Sin pensar, extendió los brazos hacia Severus como si fuera a abrazarlo.

Severus se congeló por un instante ante el gesto inesperado, pero antes de que pudiera reaccionar, Remus se detuvo a medio camino y se retractó con una leve sonrisa avergonzada.

"Lo siento, no quería... Bueno, gracias," balbuceó Remus, sintiéndose incómodo por su propia reacción impulsiva.

Severus, sorprendido por la mueca de disculpa en el rostro de Remus, encontró un pequeño destello de humor en la situación. Una sonrisa sutil se formó en sus labios, algo que rara vez mostraba en público.

"No te preocupes," respondió Severus, suavizando su expresión habitualmente severa. "Gracias a ti también."

Remus asintió, aliviado por el hecho de que las cosas parecían estar mejorando entre ellos. Se sentaron juntos en la mesa de la biblioteca, discutiendo los detalles de la próxima lección de pociones y compartiendo apuntes sobre técnicas avanzadas de preparación de ingredientes.

Mientras tanto, en otro rincón de Hogwarts, James y Sirius estaban deliberando sobre cómo podrían contribuir a reparar la relación de Severus y Remus. Estaban decididos a hacer algo significativo para demostrarle a Severus que lamentaban lo sucedido en el aula de pociones.

"No podemos simplemente ir y disculparnos otra vez," dijo James, frunciendo el ceño mientras se pasaba una mano por el cabello desordenado.

Sirius asintió, contemplando seriamente la situación.

"Tienes razón. Necesitamos algo más... algo que realmente demuestre que estamos dispuestos a cambiar."

Ambos quedaron en silencio, sumidos en sus pensamientos mientras buscaban la mejor manera de proceder. Finalmente, después de una larga discusión y varias ideas descartadas, llegaron a una conclusión.

"Eso es," dijo Sirius con una chispa de determinación en sus ojos. "Vamos a hacerlo."

James sonrió con complicidad.

"Será épico."

***

Después de varios días de tutorías en la biblioteca, Severus y Remus habían establecido una rutina de estudio que sorprendentemente funcionaba bien para ambos. Aunque Severus seguía siendo reservado y concentrado en sus apuntes, Remus había comenzado a notar algo diferente en la manera en que percibía a su tutor. No era solo admiración por su habilidad en pociones, sino algo más sutil y complejo.

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