Un tutor?

Prólogo

El otoño de 1974 traía consigo una brisa fría y las hojas danzaban a través de los terrenos de Hogwarts, posándose suavemente en los estrechos pasillos del majestuoso castillo. Este año en la venerable escuela de magia sería testigo de una transformación inesperada, no solo en el aire, sino también en los corazones de aquellos que caminaban por sus pasillos.

En el corazón del tumulto de la vida estudiantil, se encontraban los cuatro Merodeadores: James Potter, el carismático y audaz líder; Sirius Black, el rebelde con un corazón de oro; Peter Pettigrew, el leal y siempre sonriente amigo; y Remus Lupin, el reservado y estudioso joven con un oscuro secreto. Unidos por una amistad forjada en travesuras y camaradería, los Merodeadores navegaban sus años escolares con una mezcla de valentía y rebeldía, siempre al borde del próximo gran descubrimiento o la próxima gran broma.

Sin embargo, en el otro extremo del espectro, se encontraba Severus Snape, el solitario y brillante estudiante de Slytherin, cuyas habilidades en la elaboración de pociones eran inigualables. Un joven envuelto en sombras y secretos, Severus no tenía más compañía que sus propios pensamientos y su ambición de demostrar su valía en un mundo que lo miraba con recelo. A su lado, Regulus Black, el hermano menor de Sirius, compartía una visión de la vida que lo alineaba más con las estrictas tradiciones de su casa, Slytherin, que con la libertad desinhibida de su hermano.

En una desafortunada clase de Pociones, el profesor Horace Slughorn, con su entrañable sonrisa y su afán por ayudar a sus estudiantes a alcanzar la grandeza, tomó una decisión que cambiaría el destino de estos jóvenes para siempre. Remus Lupin, a pesar de su diligencia y esfuerzo, se encontraba en apuros con las complejas fórmulas y los calderos humeantes que exigían precisión y talento innato. Para evitar que se quedara atrás, Slughorn decidió asignarle un tutor: el más brillante en su clase, Severus Snape.