NuNew seguía mirando fijamente el teléfono cuando Zee llegó unos minutos más tarde. Él lo vio nada más entrar y se detuvo al instante.
–¿Qué ocurre? –le preguntó con impaciencia, dándose cuenta de que NuNew sufría una especie de conmoción.
NuNew se llevó la mano a la mejilla. La tenía helada.
–Jane acaba de llamar –le dijo–. Quiere que la llames.
Sin dejar de mirar a Zee, se preguntó si se desmayaría o se echaría a llorar. Zee se sonrojó y dio un suspiro. Pocas veces había visto NuNew tanta emoción en sus ojos.
Zee dejó caer la cartera y suspiró con los dientes apretados.
Luego se acercó a un paralizado NuNew, lo apartó de su camino y se dirigió a su estudio. Entró y cerró la puerta. NuNew se quedó mirándolo, haciéndose preguntas acerca de lo que acababa de ocurrir entre ellos, además del holocausto que tenía lugar en su interior.
¿Zee reaccionaba así ante la simple mención del nombre de Jane? NuNew contuvo un sollozo, negándose a dejarse llevar por lo que ocurría en su interior.
¡Al saber que Jane acababa de llamar, Zee había corrido al teléfono como un poseso!
Estaba con Daniel en el salón cuando Zee entró buscándolo. Estaba pálido, y, aunque de sus rasgos había desaparecido todo rastro de emoción, podía ver huellas de la conmoción que sentía en sus ojos. Sarah corrió hacia él para abrazarlo, como de costumbre, pero sólo recibió una caricia en el pelo. Sam estaba viendo la televisión y Daniel estaba cansado, así que se limitó a dirigir una mirada a su padre antes de volver a sumergirse en el cálido abrazo de su padre.
Zee miraba fijamente a NuNew.
–Lo siento –dijo con voz grave– Le dije que no llamara aquí nunca.
–No importa.
–¡Claro que importa! –exclamó Zee violentamente. Los niños se dieron la vuelta para mirarlo. Se pasó la mano por el pelo, tratando de tranquilizarse.
–Sammy ... Sarah. Quédense con Daniel un momento mientras yo hablo con papá.
Sin dar lugar a una respuesta, levantó a Daniel y lo dejó sobre la moqueta, entre las piernas de Sam. Luego dirigió a sus tres sorprendidos hijos una mirada tranquilizadora.
Se dio la vuelta y agarró a NuNew de la mano. Al llegar a su estudio, lo soltó.
–Le dije que no debía llamar aquí –repitió– ¡Le dije que si era muy urgente, le dijera a la señora de la limpieza que me llamara en su lugar! ¡Pero que ella no llamara nunca!
–Ya te he dicho que no importa.
–¡Pero sí importa! –estalló Zee ferozmente– ¡Te ha hecho sufrir, y no quiero que eso ocurra!
–Entonces, lo que tenías que haber hecho…
NuNew se interrumpió porque no quería insultarlo y, encogiéndose de hombros, se acercó a su mesa.
–¿Cómo es que sigue trabajando para ti? –le preguntó entre dientes– Si decías que todo había terminado.
–No trabaja para mí –dijo Zee–. Trabaja para mi bufete de abogados. Hace meses que le pasé todos mis asuntos a uno de sus compañeros.
NuNew no lo creía. Tenía grabada la expresión de su cara cuando le dijo que Jane acababa de llamar. Todavía recordaba cómo lo había apartado para correr a llamarla.
–Entonces, ¿por qué te ha llamado?
Zee suspiró. NuNew estaba seguro de que trataba de controlar las emociones que le había provocado la llamada de Jane.
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infiel ; zeenunew
RomanceNuNew y Zee tenían tres hijos y formaban un sólido matrimonio, o al menos eso era lo que NuNew pensaba. Adaptación.